Agua, cada vez más escasa y envenenada; México avanza hacia desertificación
Actualmente existen en México 906 puntos geográficos de conflictos por el agua, en donde la disputa entre grupos poblaciones e industrias es la principal causa de la escasez, sigue después el agotamiento de los mantos freáticos por el uso indiscriminado de la industria, y en tercer lugar se encuentra el envenenamiento del agua por efectos de la misma contaminación industrial
Por. J. Jesús Lemus
En la conmemoración del Día Internacional contra la Desertificación y la Sequía, que para este lunes marca la efeméride de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), resalta un hecho: México se apunta como uno de los principales países del mundo en donde el uso de agua se sigue dando sin visión de futuro, con el riesgo del agotamiento de los mantos freáticos en menos de dos décadas.
El dato emitido por la propia ONU es alarmante, pero es más el hecho de que a causa de una mala administración del agua por parte del gobierno federal, al día de hoy son más las regiones de todo el territorio nacional que ya han entrado a la etapa de sequía, a causa de la desproporcionado uso del agua, en donde el recurso se considera como prioritario para la planta industrial antes que para el consumo humano.
Actualmente existen en México 906 puntos geográficos de conflictos por el agua, en donde la disputa entre grupos poblaciones e industrias es la principal causa de la escasez, sigue después el agotamiento de los mantos freáticos por el uso indiscriminado de la industria, y en tercer lugar se encuentra el envenenamiento del agua por efectos de la misma contaminación industrial.
Ninguno de estos casos es reconocido oficialmente por el gobierno, en ninguna de las últimas cinco administraciones federales, como eventos que requieran un estado de atención especial, pese a que la escasez del agua y el arrebato de la misma a la población ha comenzado a generar, más allá de la violencia intrínseca, el crecimiento de las zonas desérticas en todo el país.
Crisis en Puerta
Sin duda alguna, México se enfila hacia una crisis de agua. La mayoría de los mantos acuíferos en el país se encuentran sobreexplotados, pero no es a causa del consumo poblacional, sino como efecto de la presencia de industrias, muchas de ellas trasnacionales, que con el aval del gobierno federal se han apropiado de la riqueza hídrica nacional.
Los datos más recientes de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), refieren que en nuestro país el 88 por ciento de las aguas son utilizadas por las industrias, principalmente agroalimentaria, de extracción mineral y de generación de energía, dejando sólo el 14 por ciento para el consumo poblacional.
La sobreexplotación de los mantos acuíferos ha alcanzado niveles críticos en algunas partes de nuestro país, como es el caso de la zona de La Laguna, en la parte limítrofe de los estados de Coahuila y Durango, en donde la escasez ha llevado a la perforación cada vez más profunda de pozos para el suministro poblacional, en donde el agua resulta contaminada por arsénico.
Pero no sólo en la región de La Lagunas se registran casos de contaminación de agua por arsénico; de acuerdo al Centro de Geociencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), en algunas regiones hídricas de Querétaro, San Luis Potosí, Aguascalientes, Zacatecas y Sinaloa, también se han registrado aumentos de ese elemento semimetálico en el agua de consumo humano.
La presencia de arsénico en el agua de uso doméstico ha sido alertada por investigadores de la UNAM desde hace por lo menos cinco años, en donde esa condición no se disocia con el desmedido uso que del agua hacen las industrias asentadas, las que obligan a perforaciones cada vez más profundas ante el agotamiento de los mantos acuíferos y el consumo de las cuencas hídricas.
Reformas a Modo
Coincidentemente las concentraciones de arsénico en el agua para beber han registrado sus mayores incrementos a partir de que entró en vigor la reforma a la Ley General de Aguas, en el 2015, cuando se estableció que las plantas industriales no tendrían restricciones, más allá de la anuencia federal, para acceder al uso del agua que requieran para sus actividades productivas.
De acuerdo a organizaciones como Agua Para Todos, Red de Acción por el Derecho al Agua y la Coalición de Organizaciones Mexicanas por el Derecho al Agua, las que se opusieron a las reformas de la Ley General de Aguas ante la posibilidad de un mayor acceso de las industrias a las cuencas hídricas, la sobreexplotación de los mantos en México, ya alcanza niveles alarmantes.
Desde que entró en vigor la reforma a la Ley General de Aguas, son cada vez más las empresas industriales que tienen acceso irrestricto al uso del agua que antes sólo se destinaba para el consumo humano, dejando a poblaciones enteras con un racionamiento mínimo para sus actividades domésticas.
El ejemplo más claro de esta situación se ubica en el Estado de Zacatecas, en donde la autoridad federal ha dado prioridad en el uso del agua a las empresas mineras allí asentadas, cuya actividad absorbe más de 80 por ciento de toda el agua que dispone la entidad, reduciendo la posibilidad del acceso al vital liquido a las poblaciones urbanas.
De acuerdo al doctor en Estudios del Desarrollo de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ), Federico Guzmán López, actualmente en esta entidad son más de 334 mil 792 las personas que no tienen garantizado su derecho al agua, pero ello no ha impedido que las grandes mineras sigan extrayendo agua en cantidades industriales.
Las Mineras, Sedientas
En México, hasta el primer semestre de este año, se tiene el registro de que 417 empresas mineras son las propietarias de Mil 036 títulos de aprovechamiento de agua, que amparan un volumen de extracción de 436 millones 643 mil 287.92 metros cúbicos anuales de agua, la que sería suficiente para atender las necesidades de 11 millones 962 mil 830 personas.
De acuerdo al estudio “Debate Sobre Grandes Consumidores de Agua: El Caso de las Mineras en México”, elaborado por el Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública (CESPO) de la Cámara de Diputados, las empresas mineras que hacen un aprovechamiento irracional del agua, sólo en el 2014 lograron extraer casi 3 millones de litros de agua por segundo en todo el país.
De todas las mineras que sin mayor dificultad se han hecho del uso del agua, la que hasta hace diez años era exclusiva para el uso doméstico de la población, son las mineras del Grupo México las que ocupan los mayores volúmenes de líquido extraído, seguidas después por las empresas subsidiarias de la canadiense Gold Corp Inc.
Otras mineras que se han apropiado del agua destinada al consumo humano son Arcelor Mittal, Primero Mining Corp., Pondercel, Altos Hornos de México, Ternium, Cemex, Minera Frisco, Mexichem, Tubos de Acero de México, Consorcio Minero Benito Juárez, Fresnillo PLC, Las Encinas, Torex Gold Resources Inc., Holcim Apasco y Cobre del Mayo, las que consumen más del 86 por ciento de toda el agua que se estima está siendo destinada a la planta industrial de la transformación.
De los estados que más agua potable están destinando a las plantas industriales, y que en consecuencia afectan al suministro de la población, el primer lugar lo ubica Sonora, en donde se destinan anualmente 107 millones 867 mil 891 metros cúbicos de agua al año, la que sería suficiente para atender las necesidades de agua durante diez años para todos los habitantes de esa entidad.
Otras entidades con altos volúmenes de agua destinada a la industria minera, y que a la vez registran los más altos niveles de carencia de agua potable entre la población, son Zacatecas, en donde anualmente se extraen 55 millones 788 mil 044 metros cúbicos; Michoacán con 44 millones 382 mil 033 metros cúbicos de agua y Chihuahua por año aporta a la minería 34 millones 249 mil 726 metros cúbicos.
Efectos sobre la Salud
La falta de agua por el elevado consumo de la industria, ha obligado a centenares de poblaciones a buscar el suministro en profundidades cada vez mayores, en donde el agua se encuentra contaminada por arsénico, la que al consumirse hace que el semimetal se acumule en las extremidades ocasionado severos problemas a la salud.
“El arsénico en el agua es un detonante de enfermedades crónicas como la diabetes y la hipertensión, lo que ocasiona que se eleve el índice de mortalidad por estos padecimientos”, explicó a Zenzontle400 el doctor Uriel Galván Vásquez, médico de la comunidad de Horizonte, en el estado de Durango.
En esta localidad, situada en la zona de la Laguna se registra uno de los fenómenos de salud más graves relacionados con el consumo de agua contaminada con arsénico: en los últimos 12 años más de 46 personas, adultos mayores principalmente, han tenido que ser amputados de alguna de sus extremidades, a causa de la acumulación de arsénico.
De acuerdo al doctor Uriel Galván, el consumo de agua con arsénico en la localidad de Horizonte, también ha hecho que se disparen los casos de cáncer, lesiones cutáneas, padecimientos cardiovasculares y algunas de manifestación neutrónica, lo que coloca a esta parte de La Laguna como uno de los epicentros nacionales de enfermedades en adultos mayores.
De los pocos amputados que aún perviven en esta región, Juan Jáquez Muñoz, de 82 años de edad, dio testimonio de cómo fue menguando su salud al consumir agua contaminada por arsénico durante más de dos décadas; hoy se encuentra amputado de un pierna y sufre problemas de orientación, lo que lo mantiene postrado en su cama y a veces sujeto a una silla de ruedas.
También está el caso de Jose Ángel Contreras de 74 años de edad, que a causa del consumo de agua contaminada con arsénico se agravó su problema de diabetes y sufrió la amputación de una de sus piernas. El resto de los amputados en esta localidad ya falleció, a causa de problemas de salud que se agravaron por el consumo del agua contaminada, que es la única a la que tienen acceso, luego que los mayores volúmenes se destina a la industria agroalimentaria.