Aun en el exilio, los periodistas enfrentan la represión política transnacional: ONU

Aumenta el exilio de periodistas por los ataques vinculados al autoritarismo y la supresión de la libertad de prensa en sus países de origen. E incluso en las naciones que les dieron refugio, la represión continua: enfrentan amenazas físicas, digitales y jurídicas, señala un reciente informe de la ONU. El organismo exhortó a los Estados de acogida a facilitarles visas de trabajo para que sigan ejerciendo el periodismo, así como a emplear medidas de protección digitales más eficientes para que puedan sentirse seguros, e instó a los empresarios y asociaciones civiles a invertir en medios independientes donde puedan laborar

En el reciente Informe “Periodistas en el exilio” de la relatora especial sobre la promoción y protección del derecho a la libertad de opinión y de expresión de la ONU, Irene Khan, se subraya que los periodistas y los defensores de los derechos humanos son los primeros en exigir responsabilidades a quienes tienen poder, y por ello pagan un alto precio tanto personal como profesionalmente, como el tener que exiliarse de su patria, e incluso en el país que los asila, enfrentar también la violencia y la represión política.

Por algún tiempo, los conflictos armados fueron uno de los principales motivos por los que los periodistas buscaban refugio en el extranjero, pero “en los últimos años, la represión política se ha convertido en el factor predominante para que miles de periodistas abandonen sus países”.

Cientos han sido expulsados por sus gobiernos. Otros han huido de su país de origen para salvar la vida o escapar de la detención y el encarcelamiento por acusaciones falsas. La mayoría se han marchado para poder investigar e informar libremente sin miedo ni favoritismos. En algunos países, no solo se han marchado periodistas, sino medios de comunicación enteros, e incluso sectores completos de medios independientes, relata el informe de la ONU publicado el pasado martes.

Y aunque el derecho internacional de los derechos humanos y el derecho de los refugiados ofrecen un marco sólido para proteger a los periodistas en el exilio, en la práctica, siguen siendo muy vulnerables porque los Estados no siempre cumplen con sus obligaciones internacionales, subraya la relatora del Alto Comisionado de las Naciones Unidas.

En ese sentido, da una serie de recomendaciones a los países de acogida de los periodistas en el exilio.

La represión transnacional

Si huyen de sus países por agresiones físicas, hostigamiento, espionaje, amenazas de muerte, desapariciones, desplazamientos, encarcelamiento, procesos judiciales, secuestros, violencia vicaria contra sus familiares, censura, asesinatos, campañas de odio mediáticas azuzadas por los mandatario en turno, etcétera, como expatriados padecen la “represión extraterritorial”.

Cientos de periodistas han huido en los últimos años de Afganistán, Bielorrusia, China, Etiopía, Rusia, Irán, Myanmar, Nicaragua, Somalia, el Sudán, Turquía y Ucrania. En menor medida, también se han expatriado periodistas de Burundi, Guatemala, México, Costa Rica, El Salvador, India, Pakistán y Tayikistán, “por nombrar solo algunos países. No obstante, el exilio no siempre proporciona seguridad“, de acuerdo con el documento.

Fuera de sus padecen son víctimas de discriminación, xenofobia, racismo, falta de oportunidades para ejercer el periodismo por no dominar el idioma local, pero también ciberataques, lo que se le conoce como represión transnacional digital, por parte de los regímenes políticos de sus países rebasando sus fronteras nacionales.

La represión transnacional digital es el uso de herramientas digitales por parte del Estado de origen o sus agentes para silenciar y coaccionar a activistas y disidentes que viven en el extranjero.

“En el caso de los periodistas, el objetivo es intimidarlos y silenciarlos, así como a sus fuentes, y fomentar la autocensura en general, haciendo más peligrosa y difícil la reunión y difusión de información por parte de los medios de comunicación que están en el exilio. Dado que a menudo no es posible identificar y enjuiciar a quienes están detrás de las amenazas digitales, prevalece la impunidad, lo que alienta a los autores”, señala el informe.

Los periodistas y redacciones en el exilio dependen en gran medida de las redes sociales y las herramientas digitales para reunir y publicar noticias, lo que los hace especialmente vulnerables a los ciberataques de los Gobiernos de sus países de origen o de sus representantes y, en ocasiones, de las autoridades de los países en que se han exiliado.

Bots y trolls para desacreditar a los periodistas y sus reportajes

Las herramientas de represión digital transnacional son abundantes y baratas. Las más comunes son “el reclutamiento de ejércitos de troles y bots para amplificar los ataques personales contra periodistas con el fin de desacreditarlos a ellos y sus reportajes, el bloqueo de sitios de noticias de exiliados o la interferencia intencionada de emisiones y la vigilancia digital selectiva”.

Doxing (divulgación de información personal)

Otra formas formas de reprimir a los periodistas en el exilio es mediante ataques en línea, amenazas de muerte, amenazas de violación y el doxing (divulgación de información personal, como direcciones, datos de correo electrónico y números de teléfono).

Al igual que las campañas de desprestigio con elementos sexualizados, misóginos o difamatorios y las suplantaciones de identidad se han disparado en los últimos 10 años, especialmente contra mujeres periodistas.

Mujeres periodistas en el exilio denuncian haber sido objeto de campañas de difamación coordinadas de carácter sexista en medios de comunicación estatales o alineados con el Estado, así como en redes sociales.

El informe “Periodistas en el exilio” de la relatora especial sobre la promoción y protección del derecho a la libertad de opinión y de expresión de la ONU, Irene Khan, no analiza casos en especial de periodistas mexicanos en el exilio, sin embargo, la agresión en México y en España a la periodista independiente Reyna Haydeé Ramírez ejemplifica la represión transnacional digital.

En agosto de 2022, la periodista independiente Reyna Haydeé Ramírez denunció en la conferencia de prensa mañanera del presidente Andrés Manuel Lopez Obrador haber recibido amenazas y persecución a partir de su participación en las conferencias en Palacio Nacional desde el 2020, incluso hasta España, donde tuvo que exiliarse un tiempo por las agresiones que recibió en México.

“Sin embargo, nada más lejos de la realidad, y como se explicó en Los Reporteros MX, Ramírez salió de México no por ser victima de amenazas, sino porque en realidad obtuvo una beca para estudiar en la mencionada ciudad española, esto gracias ayuntamiento Catalán, a la Asociación Mesa por México (Taula per Méxic) y a la organización Espacios OSC”, así fueron los ataques y la divulgación de sus actividades en redes sociales y medios digitales en agosto de 2022.

En este video se muestra cómo siguen los ataques a la periodista en 2024 afuera de Palacio Nacional después de una conferencia mañanera.

Vigilancia digital selectiva aumentó en la última década

A medida que han ido apareciendo programas informáticos de comunicación intrusivos (sofware espía), la vigilancia digital selectiva de periodistas exiliados ha aumentado en los últimos 10 años, ya que permiten a las autoridades tener acceso a teléfonos y dispositivos de trabajo de periodistas sin que estos lo sepan.

“Una vez infectados, los dispositivos proporcionan un caudal de información sobre los movimientos de los periodistas, sus contactos, sus interacciones con las fuentes y el objeto de sus investigaciones, lo que puede tener consecuencias devastadoras para la seguridad de los periodistas exiliados, los medios para los que trabajan y las fuentes que se encuentran en sus países de origen”.

La simple sospecha de la presencia de ese software difícil de detectar puede inducir a que se “actúe con cautela y generar miedo, mermando la capacidad de los periodistas para comunicarse de forma segura con las fuentes, especialmente en sus países de origen, y haciendo que estas sean reacias a hablar con los periodistas”.

De acuerdo con el informe de la ONU, a principios de 2022, “varios periodistas de El Salvador huyeron a Costa Rica, México y otros países, poco después de que investigaciones llevadas a cabo por la sociedad civil sacaran a la luz 35 casos de pirateo informático de dispositivos de defensores de los derechos humanos, activistas y periodistas mediante el programa espía Pegasus.

El papel de los periodistas en la sociedad es ser críticos, no peones de los regímenes políticos

La relatora especial sobre la promoción y protección del derecho a la libertad de opinión y de expresión de la ONU, Irene Khan, instó a los Estados a reconocer públicamente el valioso papel de los medios de comunicación independientes, incluidos los periodistas exiliados, en la promoción de la democracia, el desarrollo y los derechos humanos.

“Los periodistas no deben ser tratados como peones políticos, sino como seres humanos en apuros que, asumiendo un alto costo, sirven a un propósito social crítico: hacer efectivo el derecho de las personas a estar informadas de cuestiones que afectan a sus vidas“.

Relatora especial sobre la promoción y protección del derecho a la libertad de opinión y de expresión de la ONU, Irene Khan