La elección de una mujer no necesariamente implica avance en materia de género
Queremos que la presidenta escuche a los deudos de las más de cuatro mil mujeres asesinadas en México por razones de género, que atienda las causas de la violencia y no solamente que se dedique a defender y a reconozca el trabajo de funcionarios como Ernestina Godoy, dándole un cargo en el gobierno a ella, a su equipo y familiares, enalteciendo su trabajo de investigación “post mortem”
• “Soñar con igualdad de género en un país inequitativo, en un país con grandes brechas sociales es simplemente retórica o ilusión”: Cristina Fernández de Kirchner
Ciudad de México.- El movimiento feminista en México ha estado conformado de puro reclamo, demandas que nunca se han atendido, ha sido una lucha permanente y sorda como ese dolor que ni se quita, ni se alivia. Históricamente, nos hemos desgañitado reclamando espacios, haciendo notar las diferencia y distingos, hemos hecho propuestas sobre la mesa de cantidad de gobiernos, de políticos, de empresarios y el reconocimiento se ha dado a cuentagotas y siempre respondiendo a intereses mercantiles, políticos y partidarios, nunca han sido honestos, ni han tenido convicción verdadera.
Nosotras aparte de pobres, somos mujeres presidenta, así que aparte de que necesitamos una líder cercana a la gente, necesitamos que ésta sea feminista, que sea consciente de que la visión de género que ha implementado el gobierno ha sido guanga y falsa, que reconozca que las mujeres seguimos estando mal, seguimos atrás, seguimos violadas, que reconozca que a pesar de los discursos, los indicadores de violencia familiar, sexual y laboral en razón de género se han duplicado desde 2015, según cifras del INEGI, en donde se asegura que en los últimos 2 años, 27 de los 32 estados de México mostraron aumentos en sus tasas de violencia sexual y 23 de ellos en sus tasas de violencia familiar y que la violencia laboral, simplemente no existe para nadie.
Queremos que la presidenta escuche a los deudos de las más de cuatro mil mujeres asesinadas en México por razones de género, que atienda las causas de la violencia y no solamente que se dedique a defender y a reconozca el trabajo de funcionarios como Ernestina Godoy, dándole un cargo en el gobierno a ella, a su equipo y familiares, enalteciendo su trabajo de investigación “post mortem”.
No queremos números felices ni canto de resultados, queremos prevención y voz, no queremos que nos responda enalteciendo funcionarios y fiscales, no queremos escuchar sus cifras presidenta, queremos que escuche las nuestras, las más de tres mil 678 mujeres asesinadas en 2018; tres mil 844 en 2019; tres mil 776 en 2020; tres mil 729 en 2021; tres mil 757 en 2022; las tres mil 439 en 2023; y los más de 300 feminicidios cometidos en 2024, según las cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), no nos sirve saber cuánto se esforzó Ernestina Godoy en dar mediocres resultados durante su gestión en la Ciudad de México, eso simplemente no le sirve a nadie.
Ya lo dijo Cristina Fernández de Kirchner, primera mujer presidenta electa en Argentina, en el “Encuentro de Líderes Mundiales para la Igualdad de Género y Empoderamiento de la Mujer” en 2015: “Soñar con igualdad de género en un país inequitativo, en un país con grandes brechas sociales es simplemente retórica o ilusión”, los programas sociales resuelven algunos de los factores principales de la violencia de género, sin embargo, nos falta abordar con usted presidenta temas como la discriminación, el aborto legal y seguro, educación gratuita universal, desigualdad, empoderamiento, garantía de servicios básicos, reducción de la pobreza, la creación de entornos propicios, abuso infantil y adolescente y lo más importante: cambio de estructuras, creencias y normas que favorezcan la prevención de todo tipo de violencias (Organización Mundial de la Salud).
La experiencia en América Latina demuestra que la llegada de una mujer a la presidencia no necesariamente implica avances en materia de género. ¿Sabrá Sheinbaum cómo se trata a las mujeres policías en las corporaciones?, ¿a las soldadas?, ¿Cómo tratan sus funcionarios a las empleadas de su gobierno?, ¿Cómo se sienten y qué necesitan las amas de casa que no acceden a empleos dignos y a otras oportunidades porque no tienen con quién dejar seguros a sus hijos e hijas?.
Lo que esperamos los mexicanos de la primera presidenta mujer, Claudia Sheinbaum, es básicamente la erradicación de todo tipo de violencia en razón de género, es decir, un gobierno que establezca ejes y políticas de comportamiento social que garanticen a las mujeres una vida familiar, laboral, civil, económica, académica, en todos aspectos, plena, de fácil acceso, de realización y liderazgo femenino.