Terrorismo Mexicano
Días después, el jueves 3 de octubre en Chilpancingo la capital del estado asesinaron al Secretario del Ayuntamiento Francisco Gonzalo Tapia a tiros cuando caminaba en pleno centro de la ciudad, el viernes el alcalde Alejandro Arcos Catalán visiblemente consternado pidió resguardo personal, al tiempo que afirmaba en una entrevista “No somos gente de conflicto”
La violencia no solo en Sinaloa, sino en todo el país no parece temer al impresionante poder de una recién abanderada Claudia Sheinbaum con los tres poderes de gobierno ejecutándose al chasquido de sus dedos.
El 27 de septiembre fue asesinado el capitán del ejército Ulises Hernández próximo a ocupar la Secretaría de Seguridad Pública de Chilpancingo Guerrero, sicarios le dispararon a él y su esposa, quien también fue muerta, cuando iban en la carretera Acapulco-Pinotepa Nacional.
Días después, el jueves 3 de octubre en Chilpancingo, la capital del estado, asesinaron al Secretario del Ayuntamiento, Francisco Gonzalo Tapia, a tiros cuando caminaba en pleno centro de la ciudad; el viernes el alcalde Alejandro Arcos Catalán visiblemente consternado pidió resguardo personal, al tiempo que afirmaba en una entrevista: “No somos gente de conflicto”.
Infortunadamente ni el gobierno sordo morenista de Guerrero ni el gobierno de Claudia Sheinbaum Pardo le prestó importancia a tiempo pese al antecedente de los crímenes de sus dos colaboradores más cercanos, el resultado fue brutal:
Alejandro Arcos Catalán fue asesinado y decapitado el domingo a 6 días de haber asumido la encomienda municipal, su cabeza fue puesta en el cofre de una camioneta y su cuerpo mutilado dentro del vehículo, sin huellas de sangre evidente o lagos hemáticos importantes, ni en la extremidad ni en el cuerpo, lo que revela a priori que la decapitación fue hecha post mortem.
El alcalde perredista estuvo desaparecido solo 8 horas antes de ser encontrado muerto en ese acto bárbaro y terrorista, su discurso siempre apuntaba a la reconstrucción de la paz, no a la persecución, a la unión, no a la desacreditación, pese a que su sucesora, la morenista Norma Otilia Hernández, fue evidenciada departiendo en un desayuno con el jefe de “Los Ardillos” un cártel local, en un restaurante.
Posteriormente una narcomanta le exigía a la entonces alcaldesa otro desayuno con ellos.
A pesar del franco reto que significa sacar adelante a uno de los Estados más pobres del país luego de los estragos del huracán John, que dejó al menos 270.000 afectados y 23 fallecidos en Guerrero, el rubro de la seguridad es un tema por demás rebasado por el gobierno federal:
Es claro que la estructura de los cárteles se integra desde las entrañas del gobierno estatal con la venia del federal porque así lo estableció Andrés Manuel López Obrador.
Ya el líder de “Los Ardillos” lo dijo en una entrevista pública, él por órdenes del Z-42, Omar Treviño Morales, operó personalmente la logística de AMLO en algunas de sus campañas.
El pacto de Andrés Manuel López Obrador con uno o dos cárteles por estado explicaría la política morenista de “Abrazos no balazos” vigente por séptimo año consecutivo que en el estado de Guerrero ha dejado 17 politicos asesinados en el proceso electoral próximo pasado, algunos de ellos aspirantes a cargos importantes, según números de la consultora “Laboratorio Electoral”, quien señala para agudizar más la preocupación de los narcos gobiernos mexicanos, que Chiapas registro el mayor número de homicidios de este tipo con 26 ejecuciones.
Sin duda alguna, el terrorismo en México punza y lo hace desgarradora y fuertemente; el fin de semana en Guanajuato se documentaron 36 homicidios, mientras que Sinaloa cumple un mes de guerra y su capacidad no mengua.
Estrella Palacios y Octavio Bastidas, presidentes municipales de Mazatlán y San Ignacio respectivamente, fueron despojados de sus camionetas en la autopista Mazatlán-Culiacán, sin embargo, para ellos la Fiscalía General de Justicia de Sinaloa fue efectiva, pronta y expedita, el vehículo de Estrella Palacios en menos de 24 horas fue recuperado y “Todo quedó en un susto gracias a Papá Dios” dijo la alcaldesa.
Señora Estrella, ¿Segura que fue Dios y no las amistades e intervención del gobernador Rubén Rocha Moya quien arregló con los mafiosos la entrega de la unidad?
Ayer la presidenta Claudia Sheinbaum con su parsimonia descarada, que revela su incompetencia y sumisión a López Obrador, dijo lo mismo que refiere frente a problemas que no está interesada en resolver; si son desastres naturales, le dice a la población que corran a los cerros para que no se ahoguen, pero si sienten que el montículo se reblandece, se agarren de los árboles por aquello de que se deslave.
Lo mismo hizo frente al terror de la decapitación de la primera autoridad municipal de la capital de Guerrero, dijo que sus indicadores no refieren al estado dentro de los primeros con máximo número de homicidios, igual que en Sinaloa.
Eso lo decía Andrés Manuel y sus fanáticos aplaudían, pero lo dice Claudia y no suena tan justificable, creíble o simpática la ocurrencia, la presidenta usa el erario público para mentir en un espacio nacional, para minimizar los problemas de una guerra encarnizada que ha dejado una veintena de negocios cerrados, para ignorar el dolor de los mexicanos, un espacio aún más terrible que el de López Obrador, donde imparte clases de doble moral e historia a su conveniencia y desde donde se preocupa y ocupa más en responderle a un actor que le llama “ama de casa” que a un pueblo que le reclama eficiencia en sus políticas de gobierno.
Que alguien le diga a la presidenta Sheinbaum que solo AMLO tenía ese don del disimulo, ella no lo tiene.
Deben quitarla de esas absurdas mañaneras urgentemente, son la soga en su cuello que aprieta un poco más cada día.
Nos Leemos la Próxima vez.
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