Crece la autocensura entre periodistas de México
Pero no sólo es la violencia la que va silenciando al periodismo: la coerción política y la publicidad oficial de los gobiernos locales, son otras formas de aquietar al periodismo, pues “eso también contribuye a la existencia de ‘zonas de silencio’, que poco a poco van creciendo en todo el país”, dijo la vocería de la organización Artículo 19
El periodismo de poco a poco se va quedando mudo. A causa de violencia desatada contra los comunicadores, son cada vez más las regiones del país en donde los periodistas han optado por la autocensura y el silencio, a fin de preservar la vida; a la fecha se estima que existen al menos 45 regiones en nueve estados de todo el país, donde el periodismo ahora se ha quedado quieto.
Son los sitios que organizaciones como Reporteros Sin Frontera (RSF), Artículo 19 y el Comité para la Protección de Periodistas (CPJ) reconocen como “zonas de silencio”, donde los comunicadores, a causa de la escalada de agresiones y amenazas, han preferido limitarse en su labor de denuncia social, dejando prácticamente desdibujada la profesión.
Pero no sólo es la violencia la que va silenciando al periodismo: la coerción política y la publicidad oficial de los gobiernos locales, son otras formas de aquietar al periodismo, pues “eso también contribuye a la existencia de ‘zonas de silencio’, que poco a poco van creciendo en todo el país”, dijo la vocería de la organización Artículo 19.
Pero la situación que más preocupa a las principales organizaciones defensoras de los derechos de periodistas en el país, procuradoras del libre ejercicio del periodismo, es el silencio de la prensa en función de la violencia generada contra los comunicadores, el que se observa como principal riesgo para la libertad de expresión.
De acuerdo a la corresponsal de RSF en México, Balbina Flores, en nuestro país, no sólo existen regiones donde la voz de los periodistas se ha dejado de escuchar, sino que otras más ya se perfilan hacia esa misma condición, esto como resultado de las agresiones, amenazas y asesinatos cometidos contra los comunicadores.
Los estados en donde a la fecha se registran regiones, que incluyen a más de dos y hasta ocho municipios, que han dejado de tener periodismo de denuncia, son Tamaulipas, Veracruz, Guerrero, Michoacán, Sinaloa, Chihuahua, Coahuila, Zacatecas y Puebla, en donde los índices de violencia registrados, no sólo contra los periodistas, son los más elevados de los últimos diez años.
A la fecha, de acuerdo a los datos que aportan las organizaciones defensoras de los derechos de periodistas, se estima que son 47 los municipios que en todo el país no cuentan con la presencia de prensa informativa, la que se limita sólo a la difusión de comunicados oficiales, acciones de gobierno y/o información sin trascendencia.
Entre las principales localidades en donde no se existe periodismo de denuncia y menos de investigación por parte de la prensa local, como resultado de la autocensura y la coerción oficiales, se señalan a Ciudad Victoria, Tampico y Reynosa, Tamaulipas; Coatzacoalcos, Misantla, Martínez de la Torre, Papantla y Tecolutla, Veracruz; además de Acapulco, Coyuca de Benítez, Atoyac de Álvarez, Tecpan de Galena, Altamirano y Arcelia, Guerrero.
A la lista también se agregan los municipios de La Piedad, Zamora, Apatzingán, Uruapan, Los Reyes y Lázaro Cárdenas, Michoacán; Cuauhtémoc, Madera, Guadalupe y Calvo y Nuevo Casas Grandes, en Chihuahua; Fresnillo en Zacatecas; Acatzingo, Quecholac, Palmar de Bravo, Tochtepec, Tecamachalco, Los Reyes de Juárez, Tepeaca, Huauchinango, Xicotepec, Zeta Mena y Vicente Guerrero, en Puebla.
El Comité de Protección de Periodistas reconoce como “zonas de silencio” periodístico a las regiones del norte de Sinaloa y el norte de Coahuila y aunque en menor medida a Baja California, en donde también se agregan las regiones que ubica la organización Artículo 19 que refieren a algunas localidades de Colima, Nayarit, Chiapas, Querétaro, Jalisco, Hidalgo, Campeche y Quintana Roo.
Tamaulipas, el Silencio
De todas las regiones en donde el miedo ha silenciado a la prensa local, reconoce la organización Articulo 19, a través del Julio Cesar Colín, la que manifiesta una mayor singularidad es la de Tamaulipas, en donde son muchas las localidades que han dejado de contar con una prensa no sólo denunciante, sino a veces carente de la información acorde a la realidad existente.
De acuerdo al politólogo, integrante del equipo de protección y defensa de Artículo 19, “lo que sucede en Tamaulipas es preocupante, por el efecto silenciador que han logrado las amenazas del crimen organizado, y la coerción de los gobiernos locales”, que han hecho que la prensa deje de cumplir con su labor social de información y denuncia.
Pero eso no es porque los periodistas así lo quieran, reconoció el representante del CPJ en México, Jan Albert Hootsen, quien dijo que en medio del clima de amenazas y agresiones al que se encuentran expuestos “la autocensura es la única alternativa a la que se enfrentan los periodistas de Tamaulipas para conservar su vida”.
El silencio es la única salida que observan los periodistas en Tamaulipas, dijo Hootsen, esto frente a la incapacidad del Estado mexicano para abatir los índices de delincuencia que se registran en esa entidad, en donde –el Estado- se ha mostrado incapaz de brindar medidas de seguridad para que los comunicadores puedan ejercer su labor con la certeza de que nada les sucederá, dijo.
Para el periodista Mario Alberto Segura, director de diario digital EL Sol del Sur de Tampico, la autocensura que se vive en Tamaulipas, “no es una alternativa, es la única salida que nos queda a los que queremos seguir siendo periodistas, y que amamos la vida. El que no se autocensura aquí, está cavando su tumba”, aseguró.
Según la visión de Segura, quien en el 2011 fue secuestrado por un comando armado, a la fecha “casi todos los periodistas de Tamaulipas tenemos que autocensurarnos, porque sabemos de las consecuencias, si no lo hacemos: primero las amenazas, luego la presencia de ‘los malos’ que cuando bien te va sólo son sólo unos golpes… pero nadie se quiere exponer a eso”.
Autocensura ¿Una salida viable?
La autocensura, aunque no es la mejor salida a la encrucijada en la que se encuentra la prensa de Tamaulipas -frente al índice de amenazas-, parece que está dando resultado en la autoprotección de los periodistas; de acuerdo a Julio Cesar Colín, esta entidad pese a tener uno de los mayores índices de violencia, en es también la localidad en donde se registra el menor número de denuncias de agresiones.
Las cifras de Artículo 19 señalan que durante el primer semestre del 2024, en el estado de Tamaulipas se registraron solamente nueve denuncias de agresiones a comunicadores, cifra que es notablemente baja si se compara con el índice de agresiones a periodistas que se registró en entidades como la Ciudad de México, Veracruz y Coahuila, en donde cada una de esas entidades registró 32 agresiones.
La baja en los índices de agravios a periodistas se atribuye, en primera instancia, al miedo a denunciar, y en segunda al acatamiento de los comunicadores a las disposiciones de censura marcadas por los grupos delictivos y a las estructuras de gobierno que ejercen presión sobre los comunicadores, considera Artículo 19.
Esto ha dado como resultado que otras regiones del país se perfilen para sumarse a las “zonas de silencio”, en donde se encuentran algunas regiones, con elevados índices violencia, en donde los periodistas cada vez denuncian menos agresiones, como es la zona central del estado de Colima, el estado de Querétaro y la zona del centro de Nayarit.
Sólo en Colima, en donde las estadísticas del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) establecen que en los índices delictivos fueron al alza durante el primer semestre del 2024, Artículo 19 registró únicamente 2 denuncias de agravios, en tanto que en Nayarit, donde también la violencia se ha desbordado, los comunicadores denunciaron únicamente seis agresiones.
Nayarit, Periodismo con “Precaución”
La situación de autocensura es reconocida por muchos de los periodistas en Nayarit. “Es la única forma de sobrevivir”, dijo la periodista Norma Cardoso, la que reconoció que el silencio de gran parte de la prensa se debe al temor que existe sobre el crimen organizado, “y de los funcionarios de las dependencias que tienen el control sobre los medios de comunicación”.
A tal grado ha llegado dicho control, explicó la periodista, que en muchas de las dependencias del gobierno estatal y algunos municipales, “existen listas de los periodistas incomodos, sobre los que se mantiene especial vigilancia. Pero también hay listas de los periodistas que reciben ‘apoyos’ de las nóminas de los gobiernos”, a través de los cuales se suelta la información.
De acuerdo a la periodista, una de las más experimentadas en toda la zona de Nayarit, a la fecha existen en esa entidad “al menos uno 300 comunicadores, de los que por lo menos el 20 por ciento cuenta con ‘apoyos’ oficiales del gobierno”, los que no están dentro de esas nóminas son frecuentemente requerido por los funcionarios en turno, para recomendar que dejen de tocar algunos temas.
“Uno se lo piensa dos veces cuando va a tocar algún tema que puede ser incómodo”, explicó Cardoso, quien considera que el periodismo se ha convertido en un tema de vida o muerte en esta entidad. Ella misma ha optado por no tocar temas del narcotráfico: “prefiero dejar de lado ese tema, que sean otros lo que lo hagan. Yo escribo sólo de política, y allí no me autocensuro”, dijo.
De acuerdo a la opinión de la periodista Cardoso, actualmente en todo el estado de Nayarit, de los más de 300 comunicadores que están en funciones, “solamente tres o cuatro, son los periodistas que tocan temas del narcotráfico, porque la mayoría tienen miedo, o como le llamamos nosotros: precaución”.
Sigue el Acoso
En el informe “Violencia Contra la Prensa Mexicana” donde Artículo 19 recoge las estadísticas de agresiones a comunicadores durante el primer semestre del 2023, se presume que “el 53.2 por ciento de las agresiones fue cometido por funcionarios públicos”, es decir 162 de 283, lo que apunta a que “es un reflejo de la impunidad y de la falta de autonomía en la procuración de justicia que, finalmente, se convierte en un aliciente para seguir violentando a la prensa”.
De todas las agresiones que ha documentado esta organización en lo que fue el primer semestre de este año, donde se señala como zonas preocupantes las de los estados de Coahuila, Tamaulipas, Baja California, Baja California Sur y Chihuahua, 72 fueron intimidaciones, 59 fueron por amenazas, 53 por ataques físicos o materiales, 29 por privaciones de la libertad, 32 por acosos y hostigamientos, y nueve por intervenciones de las comunicaciones.
De todos los periodistas agredidos que contabiliza Artículo 19 hasta junio de este año, 283 son reporteros, 72 son reporteras y 19 son periodistas gráficos de uno u otro sexo; de todos los que denunciaron su agresión, 142 cubrían temas de corrupción y política, 21 el de derecho humanos, 32 el de protestas y movimientos sociales, uno el sector privado, 67 el tema de seguridad y justicia, y tres el de tierra y territorio.
Las diez entidades más violentas para la prensa en el país, según Artículo 19 en su primer recuento del 2017, son Veracruz, Ciudad de México, Coahuila, Oaxaca, Guerrero, Puebla, Estado de México, Baja California, Chihuahua y Guanajuato, en donde se concentra el 65.5 por ciento de todas las agresiones registradas en ese periodo, donde la mayor parte de las agresiones provino de funcionarios públicos, seguido luego por miembro del crimen organizado.
Al cuantificar las agresiones por tipo de medio al que pertenecen los periodistas que han sido blanco de ataques, Artículo 19 señala que 121 de los comunicadores afectados trabajan para medios digitales, 71 son de periódicos impresos, 29 trabajan en radio, 22 son trabajadores de revistas, 17 son periodistas freelance, 16 trabajan para televisión, seis son de agencias informativas y uno es multidisciplinario.
México, Visto con Preocupación
Para Jan Albert Hootsen, el representante en México del Comité para la Protección de Periodistas, lo que ocurre en nuestro país, con las cada vez más crecientes “zonas de silencio” y otras regiones que se enfilan hacia allá, ya es una situación preocupante, sobre la que considera que el Estado mexicano debe actuar en forma inmediata.
Recordó que a las organizaciones civiles, que procuran los derechos de los periodistas y el libre ejercicio del periodismo, no les está dado el mandato de procurar la seguridad de los comunicadores, por lo que estimó que “es el Estado mexicano, el que debe intervenir en forma inmediata para garantizar mejores condiciones de seguridad para el periodismo”.
México es la fecha uno de los países de mayor riesgo para el ejercicio periodístico, dijo el representante del CPJ, y si la condiciones de inseguridad siguen con la tendencia actual, cada vez serán más zonas en todo el territorio mexicano, en donde la autocensura y el silencio sea el que caracterice a los periodistas y a los medios de comunicación mexicanos, lo que dijo no se puede permitir.
De tal magnitud son las agresiones a los comunicadores, que la oficina del CPJ en México recibe en promedio cada semana de dos a tres llamadas de periodistas que denuncian hechos intimidatorios y agresiones a sus personas y medios, como resultado del trabajo de denuncia que realizan, lo que no sucede en otras partes del mundo.
Aun cuando la violencia es generalizada contra toda la prensa en el país, desde su punto de vista, considera que los mayores focos de riesgo para ejercer el periodismo en México, se encuentran en Michoacán, Veracruz, Quintana Roo, Guerrero y Chihuahua, en donde se hace periodismo bajo condiciones extremas.
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