Aún en el silencio, ni calla, ni otorga

Se dice que mientras más fuerte el grito, más desgarradora es la súplica. Puede ser de amor, de tristeza, de libertad o de vida. Pero hay veces que el silencio logra hacer más ruido que toda la artillería de un batallón.
Tomemos como ejemplo el caso del ave ‘ō’ō, un ave endémica de Hawaii, la cual se ubicaba en la isla de Kaua’i hasta que fue declarada extinta en 1987, esto debido a la introducción de especies animales dañinas para su ambiente, así como la modificación de su hábitat natural.
Existe un audio en el cual se puede escuchar a un macho continuando con el ritual de apareamiento, en el cual, a manera de dueto; el macho realizaba una parte del canto buscando que la hembra le respondiera, dando así cabida al apareamiento. Sin embargo, en dicho audio hay algo extraño, el macho canta como su ADN le ha indicado que lo haga pero, contrario a lo esperado, la respuesta que obtiene es la del silencio.
Mismamente tenemos el caso de dos piezas musicales: La primera, de 1947 o 1949, llamada <<Sinfonía Silencio Monótono>> del artista Yves Klein, en la cual la agrupación de instrumentos, entre los cuales se encuentran cuerdas, vientos y voces; interpretan de manera continua el acorde de re mayor durante 20 minutos como primer movimiento, para continuar por 20 minutos más en silencio durante el segundo movimiento.
En esta línea de silencio tenemos la obra de John Cage, llamada <<4’33”>>, la cual, como su nombre nos indica, es una pieza de 3 movimientos que dura 4 minutos y 33 segundos. La obra en cuestión puede ser interpretada por cualquiera, ya que son esos mismos 4 minutos y 33 segundos en silencio.
Ambas obras, a su manera, intentan expresar algo y aprovechando una de las características propias del arte, al interpretarla estamos interpretándonos a nosotros mismos. En la obra de Klein podemos imaginar los primeros 20 minutos que pasó alguien gritando, viviendo, hablando… existiendo, sólo para ser callado, recordándonos por otros 20 minutos que, tal vez, ahora ya no existe. En cambio, Cage, de manera más directa, nos invita a la reflexión, a imaginar lo que es estar casi 5 minutos, en una habitación silenciosa, cuando sabemos que no debería ser así, cuando anteriormente podíamos oír la sinfonía de la vida, la cual ahora es reemplazada por el violento silencio que nos recuerda aquello que nos fue arrebatado.

Y es así, cobijados en el silencio, como podemos escuchar las suplicas y los lamentos que muchas veces son calladas por aquellos a los que van dirigidas.
Muchas veces intentado ser acalladas de maneras tan perversas que parecieran un chiste mal contado, desacreditando a los verdaderos responsables y limpiándose las manos, cual Pilatos. Inclusive culpando a las víctimas de las circunstancias y responsabilizándolas de la realidad que, fuera de nuestro control, nos afecta y violenta día con día.
Asimismo, debemos de saber que las maneras en las que intentan obligarnos a mantenernos callados ocurren de maneras varias.
Tan sólo el día de ayer, 7 de abril de 2025, el <<fiscal de hierro>>: Javier Coello Trejo, en una columna de opinión en <<El Financiero>> busca reavivar la disputa que hay en contra de los <<narcocorridos>> mencionando que: <<estas mal llamadas “canciones”>> son responsables de los hechos a los que nos vemos expuestos diariamente en el país y, por si faltara añadir combustible a la hoguera; tergiversan y alteran la percepción de la realidad.
Todo esto escudándose en que, lo que denominaremos <<narcocultura>>, únicamente enaltece e idolatra a los perpetradores de tan violentas acciones y que esto es debido a que, nosotros como sociedad, hemos permitido su permanencia en la cultura colectiva debido a la admiración y seguimiento que hacemos a estos contenidos. Siendo que, muchas veces, este nos muestran la realidad en la que vivimos, una llena de violencia e impunidad, en la cual, quienes están en el poder, buscan tapar el sol con un dedo y achacarnos a nosotros el crecimiento de esta ola de nepotismo.
En su perorata, Javier señala a los jóvenes por elegir a criminales como modelos a seguir y que, en cambio, deberíamos enfocarnos en transmitir un mensaje de paz, amor y justicia. Sin embargo, está obviando que, el motivo por el cual se eligen estos ídolos es porque, en el fondo, ellos están obteniendo lo que siempre se nos ha dicho que debemos conseguir: dinero, sin importar los medios por los cuales se obtenga, además de que es imposible hablar de temas que brillan por su ausencia en este país.
Pero cuando no puedes contra ellos, úneteles
Como es el caso de <<Eddy Barrón>>, como se hace llamar artísticamente el capitán Eduardo Barrón, quien financiado por el ejército mexicano, y usando el mismo estilo de propaganda que en algunos <<narcocorridos>>; en sus videos musicales busca enaltecer el <<honor, lealtad y compromiso>> del ejército nacional apoyado con armas de altos calibres, la bandera nacional y el uniforme de éstos.
Todo con la intención de reclutar jóvenes con temas como: <<volvería a ser militar>>, en el cual hace alusión a que sus actos son por amor. Los cuales, si cuestionamos tal como señala Javier: <<¿Por qué (…) no aparece el dolor de las víctimas, los niños huérfanos, las madres desoladas (…)?>>. Puede que la razón sea sencilla, por pura propaganda.

Los gobiernos no son ajenos a ella. Desde hace siglos, como podremos observar en la época del virreinato, el arte, específicamente la música, ha sido usada como herramienta de evangelización, tanto religioso como cívico y moral.
Los gobiernos nos proveen de contenido <<aceptable>> para el consumo, en el cual se nos pinta un paisaje bastante tergiversado. Pensemos en los famosos programas policíacos, en los cuales se enaltecen los actos que los instrumentos del gobierno cometen, aparentemente, en pos de la seguridad, cuando en realidad pasan por alto la mayoría de veces en las que son éstos quienes comienzan las agresiones contra las poblaciones civiles, cumpliendo su deber y manteniendo el orden que las élites desean, contrario al orden que la mayoría de la sociedad exige.
De igual manera tenemos la propaganda encubridora de violencia que constantemente el gobierno proporciona en las mañaneras. Un espacio en el cual, de manera descarada, se niega el estado en el que se encuentra el país, alegando que son calumnias provenientes de medios amañados. Casi como ocurre en la novela de 1984, escrita por George Orwell, en la cual, de un día para otro, el enemigo del Estado ahora es su mayor aliado y su anterior aliado ahora es el mayor enemigo.
Es imperante señalar que, en efecto, los <<corridos>>, en cualquier presentación; desde sus orígenes son propaganda. Y, justo como ocurría en aquellos turbulentos años, buscan dividir a la población para que seamos nosotros mismos los que nos terminemos por asesinar, ignorando que el verdadero enemigo se encuentra sentado en la silla del águila, encubriendo sus ponzoñosas manos bajo el lábaro patrio.
Es por ello que surge la necesidad de cuestionar todo aquello que nos es <<informado>>, especialmente cuando el informante tiene una agenda que cubrir o su lealtad es con quienes, sistemáticamente, buscan el control del pensamiento social. Y, como diría Pearl Jam: <<Es evolución, nene>>.