Apunte de Papel // ¿Por qué defender a los narcos?

Claudia y mayo

Por. J. Jesús Lemus

Lo que parecía imposible ha comenzado a suceder: en medio de los intentos de solidificar el menguado proyecto de la Cuarta Transformación, en su segundo piso, la reticencia viene desde afuera.

Con la llegada del derechista Donald Trump para cumplir su segundo mandato al frente del gobierno de Los Estados Unidos, también ha llegado la posibilidad de que el proyecto del Humanismo Mexicano se venga abajo.

El riesgo es porque el proyecto político de Andrés Manuel López Obrador, ahora continuado en la gestión de la presidenta Claudia Sheinbaum, se fincó sobre los pilares endebles de la opacidad y la corrupción, y en la base: las dudas de una insana relación con el crimen organizado.

Ese es el punto. El presidente Donald Trump ha anunciado que va contra las organizaciones criminales, que tanto daño han hecho a las sociedades mexicana y norteamericana. Por ello pretende catalogarlas como terroristas.

La intención del presidente Trump, vista por el sector social mexicano que reclama contra los grupos criminales la urgente intervención de la justicia, venga de donde venga, ha sido cuestionada por la presidenta Claudia Sheinbaum.

A Donald Trump se le ha calificado de intervencionista, por tratar de atender un problema que sucede en suelo mexicano, pero que afecta a la sociedad norteamericana.

A los mexicanos que ven con buenos ojos la clasificación de terroristas para los grupos criminales mexicanos, la propia presidenta Sheinbaum les ha calificado como traidores a la patria, apátridas en el mejor de los discursos.

En las trampas del poder, la presidenta quiere hacer creer a los mexicanos que defender a los grupos del narco es defender la soberanía nacional. Nada más alejado de la realidad.

La presidenta Sheinbaum se niega a que los grupos del narco sean reconocidos oficialmente como terroristas, pese a que en la litis mexicana, en el Código Penal Federal, en el artículo 139, se encuentra reconocido el delito de terrorismo. Hoy hay en cárceles mexicanas más de mil 200 personas procesadas penalmente por el delito de terrorismo, y otras 760 personas ya fueron sentenciadas condenatoriamente por ese crimen.

Es decir, el terrorismo sí existe en México. Lo ejecutan los grupos del crimen organizado, entonces ¿qué necesidad de defender a los grupos criminales? ¿en qué momento el crimen organizado se convirtió en parte de nuestra soberanía nacional?

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