Otra razón para no consumir aguacate: productores, en temporada de incendios, queman bosques… para sembrar aguacates

Solo en Michoacán, en los últimos 23 años, en los 11 municipios donde se concentra el 95 por ciento de la producción de aguacate, se ha perdido más del 40 por ciento de los bosques de pino y encino, pero en contraposición son las mismas hectáreas de suelo que ha ganado la superficie de cultivos de aguacate

Por. J. Jesús Lemus

A unas semanas estamos de iniciar oficialmente la temporada de incendios en los bosques mexicanos. Las altas temperaturas que se pronostican, avizoran una grave crisis ambiental. Durante el años pasado, el saldo oficial de incendios forestales fue de 8 mil 231 eventos. Estos incendios dejaron una afectación de más de 672 mil 882 hectáreas de bosques consumidas.

Como dato extra y muy preocupante surge este que requiere de la mayor parte de esas hectáreas consumidas que fueron boscosas, principalmente en los estados de Michoacán, Nayarit, Jalisco, Morelos y Estado de México, fueron reforestadas con árboles de aguacate.

Lo anterior solo pone en evidencia una realidad: la mayoría de los incendios forestales que azotaron al territorio nacional durante la temporada de calor, no fueron fortuitos. Al menos no en Michoacán, Nayarit, Jalisco, Morelos y Estado de México, donde la mayoría de los siniestros fueron provocados para satisfacer los intereses económicos de algunos agricultores, que de esa forma lograron incrementar las extensiones de terreno para la siembra de huertas de aguacates.

Desde el 2010, la agrupación internacional Greenpeace ha venido alertado sobre la acelerada perdida de bosques en Michoacán, Nayarit, Jalisco, Morelos y Estado de México, donde se reconoce que la única finalidad es dar paso a la extensión de las huertas frutales.

Solo en Michoacán, en los últimos 23 años, en los 11 municipios donde se concentra el 95 por ciento de la producción de aguacate, se ha perdido más del 40 por ciento de los bosques de pino y encino, pero en contraposición son las mismas hectáreas de suelo que ha ganado la superficie de cultivos de aguacate.

En los últimos 40 años, de acuerdo a datos de la propia Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural del gobierno federal, la superficie de cultivos de aguacate ha crecido en casi un 480 por ciento, que es la misma proporción en que se ha perdido la superficie boscosa, de diversas variedades de árboles, a causa de incendios.

Los casos más reciente, son los incendios registrados en los cerros de Uruapan, Zacapu, Coeneo, Puruándiro y Tancítaro, donde las llamadas –que ardieron en periodos de entre cinco a 12 días- el año pasado- devastaron más de 4.5 millones de metros cuadrados de bosque, lo que ha puesto en perspectiva el problema de la deforestación, sobretodo porque, sobre los bosques consumido, ya existen propuestas que ofrecen “reforestar” las áreas siniestradas con árboles de aguacate.

Hacia 1980, según cifras de la Secretaría de Agricultura, la superficie utilizada para la producción de aguacate en Michoacán –el principal productor nacional de este fruto- era de poco más de 31 mil hectáreas, misma que hacia el 2015 llegó a cuantificarse en casi 108 mil hectáreas, y que al cierre del junio del 2023 ya eran 210 mil hectáreas, todas ganadas al área de bosques siniestrados.

El crecimiento de la superficie de huertas de aguacate a expensas de los bosques devastados por incendios, no es exclusivo del estado de Michoacán. Este fenómeno también se registra en los estados de Jalisco, Estado de México, Nayarit y Morelos, donde la superficie de cultivo ha crecido en forma proporcional a la desaparición de bosques, que es en promedio de casi un 30 por ciento de la superficie siniestrada.

Según datos del Fideicomiso Instituido en Relación a la Agricultura (FIRA), dependiente de la Secretaría de Agricultura, son 27 los estados que participan en la producción de aguacate a nivel nacional, en donde Michoacán lidera con una producción promedio de aguacate de 156 mil 212 toneladas del fruto en forma anual.

También Michoacán encabeza las estadísticas en materia de incendios en bosques. Solo en el 2009, de acuerdo a datos de la Comisión Nacional Forestal (Conafor), en Michoacán se perdieron 12 mil 468 hectáreas de bosques, resultado de mil 083 incendios. En el 2010, la superficie de aguacate en el estado, registró un aumento de caso 8 mil hectáreas de nuevas huertas de aguacate. En lo que va del periodos 2023-2024 ya se perdieron por incendios 24 mil 233 hectáreas de bosques, y casi la mitad de esas hectáreas, ya son sembradas con árboles de aguacate.

Lo mismo sucedió en Jalisco, donde los incendios, cuantificados hasta el año 2009, en 402 eventos registrado, arrasaron 9 mil 458 hectáreas de bosque, de las que cerca de 7 mil hectáreas se incorporaron al cultivo de aguacate, que hicieron detonar la producción nacional del fruto. En lo que va del periodos 2023-2024 ya se han perdido 211 mil 222 hectáreas de bosques, donde el 32 por ciento ya está reforestado con árboles de aguacate.

En el estado de México, otro estado importante en la producción de aguacate, de acuerdo a las estadísticas del Centro Nacional de Control de Incendios Forestales, de la Conafor, en el 2016 se registraron mil 198 incendios, los que arrasaron con 4 mil 643 hectáreas de bosque, de las que al menos la mitad fue sembrada con árboles de aguacate, para impulsar la producción del llamado Oro Verde. En lo que va del periodos 2023-2024 ya son 14 mil 753 hectáreas de bosques consumidas por el fuego, de las que el 39 por ciento ya son sembradas con aguacate.

De igual forma, en el estado de Morelos, se han registrado solo en lo que va del 2023-2024 un total de 183 incendios, con afectación total sobre 8 mil 663 hectáreas de árboles, de las que más de 5 mil 883 hectáreas ya están siendo plantadas con árboles de aguacates, tras el cambio de uso de suelo autorizado por el gobierno estatal, sin mayor verificación.

En Nayarit, en lo que va del 2023-2024, revela la Conafor, ya se han registrado 23 incendios forestales, los que han devastado cerca de 32 mil 660 hectáreas de árboles, las que están en proceso para el cambio de uso de suelo a fin de que al menos el 64 por ciento de esa superficie sea rehabilitada con la instalación de nuevas huertas de aguacate.

Producción contra devastación

De acuerdo a datos de FIRA, de la unidad Uruapan, Jalisco aporta actualmente un estimado del 9.4 por ciento de la producción nacional de aguacate, en tanto que el estado de México contribuye con el 6.6 por ciento del total de aguacates que se producen en el país. Nayarit aporta el 4.1 de la producción nacional de ese fruto y Morelos el 3.3 por ciento de la producción.

Por su parte, los aguacateros de Michoacán producen el 91 por ciento del total de la producción de México, la que se estima solo en esa entidad en casi 2 millones 211 mil 345 toneladas, las que en su mayoría se exportan hacia los mercados de Estados Unidos, Canadá, Japón y algunos países de Centro América.

A causa de la devastación de los bosques, la que de acuerdo a Greenpeace, avanza en forma alarmante, México se ha colocado como uno de los primeros cinco países del mundo que en forma más acelerada está perdiendo sus bosques, pese a que en durante la administración del presidente Felipe Calderón nuestro país logró el Certificado Global de Liderazgo en Materia Ambiental.

Frente a esa situación, México también se ha colocado como la primera potencia mundial en cuanto a la producción de aguacate, con una generación promedio anual de 2 millones 211 mil 345 toneladas, las que en su mayoría son destinadas al comercio internacional, para fortalecer la balanza económica de ingreso de divisas.

La meseta indígena devastada

Una de las zonas que más ha sido devastada por los incendios forestales, de todo el territorio nacional, es la Meseta Purépecha en el estado de Michoacán, en donde los comuneros de las principales localidades indígenas, principalmente del municipio libre de Cherán, han denunciado intereses económicos detrás de los incendios provocados.

En la Meseta Purépecha ha ido a la alza en los últimos años, de la mano de los incendios forestales, el surgimiento de nuevas huertas de aguacate, las que han crecido a razón de 670 hectáreas por año. Eso ha hecho que en esa zona geográfica se concentre el 80.3 por ciento de la producción total de aguacates que genera la entidad.

De esa situación han surgido conflictos sociales importantes, toda vez que la explotación racional de madera que hacían los pueblos indígenas, se ha visto suspendida. Ello ha llevado a la confrontación directa entre comunidades, donde la mayoría defiende la permanencia de los bosques, en tanto que un reducido grupo –alentados por empresarios del ramo- insisten el cambio de la vocación silvícola de la zona.

Un estudio realizado por el Centro de Investigaciones en Geografía Ambiental, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), revela que los municipios michoacanos que más bosques han perdido en los últimos años, son Nahuatzen, Charapan, Los Reyes, Cherán, San Juan Nuevo, Parangaricutiro, Peribán, Paracho, Tingambato, Tancítaro, Uruapan y Ziracuaretiro.

En conjunto, las comunidades indígenas de esos municipios han perdido en los últimos 40 años más de 36 mil hectáreas de bosques, a causa de los incendios provocados, las que a partir del año 2000 se comenzaron a incorporar a la superficie de siembra de aguacate, en una proporción de poco más de 800 hectáreas por año, como parte de la política forestal del gobierno estatal.

La protesta indígena por la devastación de los bosques para convertir esos espacios en huertas de aguacate, no es por capricho. En ello tienen comprometido el sustento de por lo menos unas 230 comunidades rurales, donde no solo resalta el sostenimiento económico por la explotación racional de la madera, sino que lleva emparejado el problema del suministro de agua a sus comunidades.

La evolutiva sustitución de bosques por cultivos de aguacates, revela el estudio de la UNAM, sobre todo en la zona de Tancítaro, puede hacer que el suministro de agua a las comunidades se vea comprometido, toda vez que el sostenimiento de las huertas de aguacate requieren un suministro de agua de hasta dos a tres veces mayor al que se capta en la zona de forma natural.

Por citar un ejemplo, el cerro de Tancítaro suministra en forma anual un promedio de 25 millones de metros cúbicos de agua, de los que al menos 18 millones de metros cúbicos de agua se tienen que emplear las huertas aguacateras.  Las comunidades rurales de la zona requieren de un promedio de 7 millones de metros cúbicos de agua para su subsistencia.