Por. Gerson Gómez
La Feria Internacional del Libro, organizada por el ITESM, cada año, en la última década, refleja improvisación, desconocimiento y pocas oportunidades reales de cultura.
Continúa siendo, a pesar del país invitado, Colombia, despapaye con cientos de eventos anodinos. Reciclaje de autores, títulos y días de lucimiento en un rancho con ínfulas de gran capital.
El siguiente sábado y domingo, días de clausura, las editoriales traerán autores, nativos del estado y de la comunidad, sospechosos de plagio. Incluyendo consagrados locales, directivos de carrera del ITESM.
Llevar a los hijos para divertimiento, tal vez funcione en las ludotecas. Para chamba de los talleristas de lectura. Trabajen y quizá les pagaremos en 45 días. Quizá. Quizá. Quizá.
De los pocos aventureos, J.J. Lemus, periodista de reconocida trayectoria internacional. Su reciente trabajo sobre la guerra del litio, en las salas exteriores. Tercer piso. Hasta el fondo del zahaguan.
Horario complicadísimo. Vialidad colapsada. Los pasillos interminables de Cintermex. El color de la feria lo resuelve la reunión anual de los otakus, personificadores de personajes fílmicos de terror, super héroes y muchas reproducciones del Good Guy, mejor conocido como Chuky, el muñeco asesino.
Dentro de la FIL del ITESM, Samborns vende funkos a precio de juguetería especializada. Rompecabezas replicantes de obras de arte mundiales. Pero como han subido los precios. Debe ser la inflación o los aranceles sobre aranceles, hasta en algo distorsionado sobre el elemento cultural.
Escuchamos el mensaje descompuesto, en la inauguración, de la señora Mariana Rodríguez. El besamanos para la carrera de si o si, por la gubernatura por Nuevo León. Su marido, el virrey de la fortuna inexplicable, la placea.
La lejanía del tesoro mental estira mucho de la cuerda. Ni siquiera los gastos de publicidad en los medios de comunicación, crearan nuevos públicos.
El promedio de lectura estatal es equivalente a las entidades del sur del país. Esta fiesta librera es el cuento falso de nunca acabar.