Golpe de Estado en la FGR

Por. J. Jesús Lemus/La Opinión de México

No, la salida de Alejandro Gertz Manero de la Fiscalía General de la República no es un asunto consensuado. La renuncia del Fiscal no es una decisión que él haya tomado, ni mucho menos ha sido una decisión de la presidenta Claudia Sheinbaum.

La salida del Fiscal General Alejandro Gertz Manero de la titularidad del principal órgano procurador de justicia del país, es un Golpe de Estado que ha sido fraguado por el inquilino de Palenque, Andrés Manuel López Obrador, y el cadáver político líder de La Barredora, Adán Augusto López Hernández.

La razón de ese Golpe de Estado es la pérdida de confianza de López Obrador y el rencor de Adán Augusto López, sobre la actuación de Alejandro Gertz Manero, quien se convirtió en una amenazada para todo el narco círculo de amigos de la Cuarta Transformación, en donde lideran los hermanos López Beltrán, con Andy a la cabeza.

Sí. Sucedió lo que ni en sus peores pesadillas imaginó Andrés Manuel López Obrador: que el fiscal Gertz Manero, el que durante todo el sexenio pasado se mantuvo como una pieza decorativa, ahora está en posibilidad de desarticular toda la red de complicidades y nexos del poder de la Cuarta Transformación con diversos grupos criminales.

Sucedió lo que se suponía que no podría pasar: que el Fiscal Gertz Manero se pusiera a trabajar con estricto apego a la Constitución, persiguiendo el delito sin importar contra quien fuera, sin importar quién fuera el infractor. Y eso afecta directamente a todo el bandidaje que protegió Andrés Manuel López Obrador.

Al parecer el Fiscal Gertz Manero, en alianza con Omar García Harfuch, siguiendo la instrucción de Marco Rubio, el secretario de Estado de Estados Unidos, estaba en la línea de dar investigación completa -sin importar en que terminaran las pesquisas-, sobre la conexión de huachicol Fiscal, la barredora y el narco imperio de Adán Augusto López Hernández, cuando fue secretario de gobernación.

Esa fue una petición directa que le hizo el presidente Donald Trump, vía Marco Rubio, al gobierno de Claudia Sheinbaum, mediante el conducto de Omar García Harfuch y Alejandro Gertz Manero. La presidenta Sheinbaum, tibia como es, dejó que Harfuch y Gertz hicieran lo conducente. La Presidenta con A de Mujer quiso solo mantener a salvo su 90 por ciento de lealtad al expresidente AMLO. Por eso decidió zafarse de esa responsabilidad.

Bajo la directriz de ir a la cacería de la narco red de políticos criminales, fue decisión de Gertz Manero y Omar García Harfuch filtrar a la prensa algunos contenidos de las carpetas de investigación, de las 32 carpetas de investigaciones que refieren la participación criminal de un grupo de políticos de la 4T, ligados a López Obrador.

No fue fortuito que de la noche a la mañana, en la prensa mexicana, se mencionaran los nombres de Adán Augusto López Hernández, Olga Sosa Ruiz, José Ramón Gómez Leal, Andrea Chávez, Mario Delgado, Rubén Rocha Moya, Alfredo Ramírez Bedolla, Alfonso Durazo Montaño, Marina del Pilar, Rosa Icela Rodríguez, Alfonso Romo, Andy López Beltrán, Octavio Oropeza, Almícar Olan, Zoé Robledo, entre otros, como indiciados de probables actos constitutivos de delitos, todos bajo el signo de la delincuencia organizada.

Eso fue lo que más que molestar le preocupó al expresidente López Obrador. AMLO ya sabía que si había una traición -permítame el término para referir una acción legal en contra de los delincuentes al amparo del poder de la 4T- esa podría venir de Omar García Harfuch, el que nunca fue bien visto por López Obrador. 

Lo que nunca espero López Obrador es que la supuesta traición a su grupo delictivo, cobijado desde el poder, viniera de Alejandro Gertz Manero, sobre todo si existía el antecedente de que el Viejo Gertz solo había sido un florero durante el sexenio de López Obrador. Por eso fue el enojo.

López Obrador, tras establecer que Gertz Manero no se detendría en dar cacería al club de narco amigos encabezados por Adán Augusto, fue cuando tomó la decisión de quitar a Gertz Manero de la FGR. Esa decisión la tomó AMLO, con el poder que tiene de ser el titiritero, sin consultar la opinión de la presidenta Sheinbaum.

El mensajero fue Adán Augusto. El jefe de La Barredora se apersonó en Palacio Nacional y le dijo a la inquilina la decisión tomada por Andrés Manuel en el silencio de su finca en Palenque. Claudia solo apechugó. Aceptó la instrucción de su amo y dejó que Adán Augusto operara y notificara a Gertz la decisión.

Gertz Manero, quien acaba de llegar de una revisión médica de rutina en Estados Unidos, de entrada, no aceptó la petición de renuncia que le hizo el Senador Adán Augusto López Hernández. Hurgó en las leyes para ver las salidas que tenía frente a esa situación, pero no hay muchas alternativas, Si no presentaba su renuncia por incapacidad, la presidenta Sheinbaum estaba dispuesta a destituirlo por incapacidad, ese era el plan B.

Al parecer Alejandro Gertz doblado por la traición de López Obrador, humillado a sus años, y pagando la consecuencia de haber sido un pelele en la procuración de justicia, terminó por firmar su renuncia al cargo. Solo le han dado un plazo de 24 horas para que vaya a sacar sus pertenencias y le han pedido que deje las llaves con el portero.

En Palacio Nacional, bajo el lema de que es tiempo de mujeres, la mujer sumisa de AMLO, Claudia Sheinbaum ha ofrecido el cargo de primera mujer fiscal de la República a la señora Ernestina Godoy, la que se apunta a ser la próxima tapadera de las cochinadas del clan de López Obrador y Adán Augusto López Hernández.