Si no se modifican la producción y el consumo de animales, más pandemias se avecinan en el mundo
Tres de cada cuatro enfermedades infecciosas nuevas o emergentes en las personas provienen de los animales. El consumo de alimentos de origen animal es el principal método de transmisión de enfermedades infecciosas, que pueden provocar pandemias como la que ocurrió a causa del COVID-19
El más reciente informe “Prevenir la próxima pandemia: Las enfermedades zoonóticas y cómo romper la cadena de transmisión”, de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), señala que el 60 por ciento de la enfermedades en humanos son de origen animal y la mayoría de las enfermedades zoonóticas se transmiten a través de nuestro sistema alimentario.
Expertos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades estiman que 3 de cada 4 enfermedades infecciosas nuevas o emergentes en las personas provienen de los animales.
Para la organización internacional Igualdad Animal México, “la evidencia científica a este respecto, no puede seguir siendo ignorada”, y teniendo como pretexto la conmemoración del Día Mundial de las Zoonosis, 6 de julio de cada año, señaló que es urgente aumentar la conciencia sobre las enfermedades que pueden transmitirse entre animales y seres humanos.
Las zoonosis son enfermedades capaces de transmitirse entre diferentes especies de animales (incluidos los humanos). La transmisión puede ser directa entre animales a través del intercambio de fluidos o por medio del aire, o transmisión indirecta donde el consumo de alimentos de origen animal es el principal método de transmisión, provocando enfermedades y pandemias, como la que ocurrió a causa del COVID-19.
Igualdad Animal México
Virus del COVID-19 tuvo un origen animal: OMS
Para la Organización Mundial de la Salud (OMS), existen cerca de 200 tipos de enfermedades zoonóticas y cada una de ellas representa un peligro global.
“El virus que causa el COVID-19 no es el primer virus mortal que se relaciona con el comercio y el consumo de animales vivos. El brote de influenza aviar en 2005, virus mortal entre aves de corral; la pandemia de influenza de la gripe porcina en 2009, que saltó de los cerdos a los humanos, y el MERS (Síndrome respiratorio de Oriente Medio en 2012). La historia está plagada de pandemias que han dado forma a la historia humana”, explicó la ONG mediante un comunicado.
Una de las teorías más propagadas en el mundo desde 2019 a la fecha es que el virus del COVID-19 salió de un laboratorio en China, sin embargo, en 2021, la Organización Mundial de la Salud declaró que el virus que provocó la pandemia por COVID-19 tuvo un origen animal.
“La teoría más probable contempla el paso a una especie intermedia, aún no identificada, y de allí al ser humano. Los expertos coinciden en que la transmisión a través de un huésped animal intermedio fue la causa más probable”, explica Igualdad Animal.
“Todo el trabajo que se ha hecho sobre el virus y la identificación de sus orígenes sigue apuntando a un reservorio natural” de animales, declaró durante la rueda de prensa Ben Embarek, jefe de la Misión Internacional de expertos de la OMS en China y especialista en zoonosis.
Deforestación, ganadería industrial y consumo de animales silvestres, contribuyen a la aparición de nuevos contagios
De seguir con nuestros hábitos actuales de consumo y no modificar nuestra relación con los animales, más pandemias se avecinan, advierte Igualdad Animal, cuyo objetivo es acabar con la crueldad hacia los animales de granja.
Los principales factores identificados de que los patógenos salten de animales a humanos son:
Invasión a los ecosistemas naturales. Los humanos se han apoderado de las áreas silvestres. Además, tanto la creación de nuevos asentamientos humanos como la tala de árboles y la minería acercan a las personas con los animales salvajes.
Consumo de animales silvestres. Ha crecido el comercio de animales silvestres para consumo humano. En mercados de animales vivos, los animales domésticos y silvestres se mantienen enjaulados con mucha proximidad entre ellos y se matan en condiciones antihigiénicas.
Ganadería industrial. Los patógenos de criaturas salvajes a veces llegan a los humanos a través de animales de granja. Al igual que con las personas, el hacinamiento de vacas, cerdos o gallinas aumenta el peligro de que una enfermedad se propague. Los antibióticos utilizados para acelerar el crecimiento de los animales también pueden promover agentes patógenos que son resistentes al tratamiento.
“Los hábitos de la vida moderna, como la deforestación, la urbanización y la agricultura intensiva, contribuyen a la aparición de nuevos contagios a un ritmo alarmante”, advierte Dulce Ramírez, directora de Igualdad Animal México
Considera también que el aumento en el consumo de carne “ha hecho que nuestro actual sistema de producción de alimentos basado en la ganadería industrial nos exponga cada vez más a graves riesgos epidemiológicos. Algunos de estos aún no han alcanzado su máximo nivel y por eso debemos actuar para evitar mayores peligros”.
Rastros clandestinos y mercados de animales vivos en México, un riesgo sanitario
El riesgo sanitario por el consumo de animales domésticos y exóticos no solo es un fenómeno en otros continentes como Asia, también en México, los rastros clandestinos y los mercados que comercian animales vivos son un peligro para la salud humana.
Investigadores encubiertos de Igualdad Animal se han adentrado a varios mercados húmedos de India, Vietnam y China, donde animales de granja y exóticos se mezclan en jaulas pequeñitas, sin comida ni agua, en condiciones insalubres y sin inspecciones sanitarias.
Igualdad Animal México asegura que en el país operan rastros clandestinos, “donde se mata a los animales sin respetar las normas para su aturdimiento y con extrema crueldad, son un peligro para los animales y también representa graves riesgos sanitarios que afectan la salud de los consumidores, estos sitios, operan con impunidad, sin medidas sanitarias, con ausencia de inspección para garantizar inocuidad alimentaria y por supuesto, sin ninguna inspección sobre Bienestar Animal”.
Aunque en la CDMX anualmente se matan alrededor de 60 mil 805 cabezas de ganado, bovino, ave, porcino y ovino, no existen rastros municipales, TIF o privados, ni casas de matanza debidamente registradas ante el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria. “No hay registro sobre dónde se realizan dichas matanzas”, según la ONG.
En febrero de 2023, los legisladores de la Ciudad de México elevaron a rango de delito los rastros clandestinos.
Por otra parte, existen iniciativas radicales de cerrar para siempre los mercados húmedos de animales, llamados así por la sangre, vísceras, escamas y agua que empapan el suelo. Esos sitios de comercio de alimentos constituyen también un riesgo epidemiológico si no se cumplen las Normas de sanidad recomendadas por las legislaciones.