Desde 2020, aumentaron 200 a 300 % los medicamentos más utilizados en México

Desde los medicamentos para las enfermedades más cotidianas como las respiratorias y gastrointestinales hasta los administrados para la diabetes, el cáncer y la hipertensión subieron hasta el triple de su costo en los últimos cuatro años del sexenio de AMLO, de acuerdo con juristas de la UNAM, quienes denunciaron que no existe una instancia que regule los precios inflados de los laboratorios desde hace 20 años, cuando la compra de medicamentos impacta profundamente en la economía de 50.4 millones de mexicanos que no cuentan con servicios de salud, por el fracaso de las instituciones públicas como el Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI), aunque el presidente López Obrador insista en que tenemos un sistema de salud mejor que el de Dinamarca.


Los datos revelados durante el “Análisis jurídico del control de precios de medicamentos” en el seminario sobre Derecho y Medicina realizado por el Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ) de la UNAM señalan que en los últimos cuatro años los medicamentos más usados por los mexicanos subieron hasta el triple de su precio: “la fosfomicina subío 200%, el ácido clavulónico 250%, los antibióticos en lo general y varios medicamentos para controlar el cáncer, los quimioterápicos, como fluorouracilo o vincristina entre 200 y 300%”, señaló el médico Rubén Fernando Cano Valle, uno de los ponentes.

Cano Valle destacó el fracasó del Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI) que se encargaría de suministrar los medicamentos en todo el sistema de salud pública y que desapareció y pasó las manos del IMSS-Bienestar en 2023.

“Sabemos el acto fallido que fue el Insabi, y cómo ha sido reclamado a otras instituciones del sector público la omisión o negativa de suministrar medicamentos”.

Desde hace 20 años no hay comisión reguladora de precios de medicamentos

Enfermarse actualmente es un privilegio de clase por los altos precios de los medicamentos.

Tan solo por el tratamiento para la faringitis, la señora Carmelita pagó 508 pesos por un frasco de 15 tabletas de ácido clavulónico 500. “Hace dos años no pasaba de 300 pesos”, dijo para Cenzontle400.MX


A principios de los años noventa sí existían acuerdos con la industria farmacéutica y había un control de precios en los medicamentos y en 2004 se quitó esa regulación.


De acuerdo con José Eduardo Mendoza Contreras, representante de la Comisión Federal de Competencia (Cofece) y panelista del Seminario sobre Derecho y Medicina, “tenemos derecho a comprar en mercados competidos, pero hay grupos de interés cuyo objetivo es obtener rentas indebidas en perjuicio de la sociedad. La relación de precios de medicamentos en México es una caja oscura, la OCDE ha realizado investigaciones y no ha tenido acceso a la información”.

La Cofece ha documentado mecanismos mañosos de farmacéuticas para incrementar precios y obtener ganancias millonarias, tanto en venta a farmacias como en compras públicas.

Pura maldita corrupción donde el pagano es el enfermo

“Se ha documentado la colusión en licitaciones, acuerdos entre los laboratorios para inflar precios, y que gane alguien diferente en cada proceso sucesivo. El IMSS ha pagado sobreprecios de 2.9 por ciento en sus compras de soluciones intravenosas y 57.6 por ciento en compras de insulina. Se ha multado con 151.7 millones de pesos a los involucrados. Una empresa ganaba una licitación grande y luego otras ganaban tres licitaciones chiquitas equivalentes”, relató Mendoza Contreras.

Otros medicamentos que aumentaron de precio drásticamente:

  • Metronidazol (antibacteriano utilizado para diversas infecciones): 200%
  • Isoniazida y Rifampicina (fármacos para el tratamiento de la tuberculosis): 150%
  • Moxifloxacina (antibiótico): 200%
  • Amoxicilina (antibiótico): 250%
  • Fosfomicina (antibiótico): 200%
  • Ácido Clavulónico (inhibidor): 250%
  • Fluorouracilo (usado contra el cáncer): 200%
  • Vincristina (usado contra el cáncer): 300%
  • Metrotexato (antirreumático): 250%
  • Ciclofosfamida (utilizado contra el cáncer y enfermedades renales): 300%.
  • Biomesina (trastornos gastrointestinales): 200%.
  • Clonazepam (sedante y anticonvulsionante): 200%
  • Atenolol (presión arterial): 300%
  • Ambroxol (expectorante): 250%
  • Metadona (adicción a narcóticos y dolor intenso): 300%