¿Por qué no puede ser indultado Mario Aburto?

Está dando vuelta en la redes y en el mundo de información, un clip en donde Luis Donaldo Colosio Riojas, el hijo de Luis Donaldo Colosio Murrieta, hace una petición al presidente Andrés Manuel López Obrador para que indulte a Mario Aburto Martínez, el asesino confeso de su padre. Sin embargo, el presidente López Obrador, aunque quisiera no puede indultar al que la justicia ha señalado de ser el asesino confeso de Colosio, quien –de acuerdo- con el Poder Judicial de la Federación actuó en forma solitaria.

¿Por qué no se puede indultar a Mario Aburto? Porque el proceso sobre el asesinato de Luis Donaldo Colosio al día de hoy se encuentra vivo. Para que el indulto presidencial se pueda aplicar se necesita que el proceso de la persona a beneficiar se encuentre agotado en todas sus instancias legales.

El proceso del asesinato de Luis Donaldo Colosio lo reabrió el propio Mario Aburto apenas hace dos años, cuando con una petición ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) para que se revisara su caso, lo reactivó luego de señalar que fue objeto de tortura.

La CNDH aceptó la petición de Mario Aburto y solicitó a la Fiscalía General de la República (FGR) que se reabriera el caso por considerar que el proceso penal de Mario Aburto no se había llevado conforme a los lineamientos constitucionales. Se dijo que hubo tortura, y eso es suficiente para invalidar todo el proceso penal.

Incluso un Tribunal Colegiado, el 6 de octubre del 2023, concedió a Mario Aburto el beneficio del reinicio de su proceso penal que en este año cumplirá 30 años de haberse abierto, mismo que fue cerrado en octubre del 2004 cuando recibió una sentencia de 48 años de prisión. Esa sentencia fue reducida finalmente a 45 años de cárcel. De esa forma Mario Aburto podría quedar libre hasta el 23 de marzo del 2039.

Por esa razón Mario Aburto solicitó que se reabriera su caso, y así fue hecho por la Fiscalía General de la República, la que ahora busca la detención de uno de los agentes del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN), que actuaron aquella tarde en la colonia Lomas Taurinas en lo que apunta fue una concertación desde el poder y nunca la acción de un asesino solitario.

Como quiera que sea, la petición de Luis Donaldo Colosio hijo para que el presidente López Obrador dicte una sentencia de indulto, no puede suceder en este momento, tal vez por esa razón fue que la solicitó el hijo de Luis Donaldo Colosio.

Es más, tan se ha tratado con pies de plomo este caso que apenas el pasado fin de semana un juez federal ha negado la detención de uno de los supuestos tiradores que dieron muerte a Luis Donaldo Colosio, se trata del agente del CISEN José Antonio Sánchez Ortega, el que se conoce el tercer Aburto.

¿Cuantos ‘Aburtos’ hubo en la escena del crimen?

En la escena del asesinato de Luis Donaldo Colosio Murrieta, ocurrida el 23 de marzo de 1994, se sabe que concurrieron tres Marios Aburtos, todos parecidos entre sí, con una fisionomía que es igual al menos en el 95 por ciento, según lo han señalado especialistas en la materia.

El primer Mario Aburto es el verdadero Mario Aburto, el de Zamora, Michoacán, el ingenuo. El que está preso, el acusado. El que llegó a la escena del crimen, que estaba a más de 50 metros de distancia de donde estaba Luis Donaldo Colosio. El que llegó al lugar a invitación de dos personas que días previos lo habían contactado para comprarle una pistola.

El segundo Mario Aburto es un agente del CISEN de nombre Ernesto Rubio Mendoza, que llegó al lugar con la misión de disparar sobre la cabeza del candidato presidencial del PRI, y que iba acompañado de otro agente del mismo Centro de Investigación y Seguridad Nacional. Este segundo Mario Aburto (llamémosle así), mantenía un increíble parecido con el primer Mario Aburto. Con el original.

Un tercer Mario Aburto en la escena del crimen era José Antonio Sánchez Ortega, también con gran parecido físico con los otros dos Marios Aburtos, quien fue encomendado para secundar la acción del segundo Mario Aburto, y que en caso de que el segundo Mario Aburto fallara en su misión –de asesinar a Colosio-, él tendría que reaccionar para cumplir el objetivo.

De los tres Marios Aburtos, solo se conocían entre ellos el segundo y el tercero, el primero nunca conoció ni se relacionó con el segundo ni el tercero. Al primer Mario Aburto lo llevaron a la escena del crimen otros agentes del CISEN, que -con el cuento de comprarle una pistola- lo citaron al primer Mario Aburto en el mitin de Luis Donaldo Colosio.

El primero y verdadero Mario Aburto se situó a más de cincuenta metros del templete, y allí se mantuvo durante todo el evento. Durante el mitin Mario Aburto –según su propia versión- estuvo negociando la venta de una pistola con los dos agentes del CISEN que lo llevaron al lugar con engaños.

El segundo Mario Aburto o Ernesto Rubio Mendoza del CISEN es el que se puede observar en un video como coloca la mano con su pistola a solo unos centímetros de Luis Donaldo Coloso y lo asesina de una disparo en la cabeza.

El tercer Mario Aburto o José Antonio Sánchez Ortega, es el que estuvo a menos de un metro de distancia de Luis Donaldo Colosio, igual que el segundo Mario Aburto, y pudo dispar sobre la humanidad del candidato Priista en por lo menos dos ocasiones. Uno de esos disparos fue el que se le incrustó a la víctima por el lado izquierdo del estómago.

¿Qué pasó después?

Hasta hoy, la versión oficial refiere que Luis Donaldo Colosio fue asesinado de dos disparos en la cabeza y uno en el estómago, pero oficialmente solo se han logrado tener las balas, el arma y el tirador con lo que se le dio a Luis Donaldo en la cabeza. El arma, la bala y el tirador que disparó sobre el estómago del candidato priista, hasta el día de hoy soy un misterio, nadie sabe qué pasó con ello.

Después del asesinato, el primer Mario Aburto, que estaba a más de cincuenta metros de distancia del candidato, fue detenido y sometido por los propios agentes del CISEN que lo habían llevado al lugar. Estos lo entregaron a la policía municipal, la que a su vez entregó al primer Mario Aburto con la policía Judicial y esta a su vez lo presentó al Agente del Ministerio Público.

El Segundo y el Tercero Mario Aburto fueron sustraídos del lugar por un equipo de apoyo, para llevarlos a una casa de seguridad del CISEN, allí en Tijuana. Sin embargo, el equipo que sustraía al Tercer Aburto fue detenido por la policía municipal de Tijuana, el equipo fue acorralado y los agentes del CISEN no tuvieron más opción que identificarse como agentes federales.

Antes de dejarlos el libertad, cabe destacar se pudo documentar que el Tercer Mario Aburto tenía la chamarra manchada con sangre (de Luis Donaldo Colosio) y -en una práctica rápida, en la inspección de policía-, se encontró que José Antoni Sánchez Mendoza o el Tercer Mario Aburto, resultó positivo a la prueba de Rodizonato de Sodio, que revea que había disparado un arma de fuego.

A pesar de ello, desde algún lugar de la federación, se dio al orden de que el Tercer Mario Aburto fuera puesto en libertad. Que no se presentara ante el Agente del Ministerio Público. Un comando del Ejército pasó por él y lo llevó hasta el aeropuerto de Tijuana, en donde tomó un vuelo a la ciudad de México, junto con sus otros tres compañeros, para desaparecer del mapa y de la observación pública.

El Segundo Mario Aburto, es decir Ernesto Rubio Mendoza, fue llevado por su equipo de sustracción, hasta una casa de seguridad, en un taller mecánico, al norte de la ciudad de Tijuana, Allí al día siguiente del asesinato de Luis Donaldo Colosio, fue también encontrado el cuerpo sin vida del agente del CISEN. No se sabe quién lo mató, se presume que el asesinato de Ernesto Rubio fue cosa de su equipo. Ernesto Rubio tenía un balazo en la cabeza, por la parte de atrás.

Reabren el caso

De los tres Aburtos, solo fue detenido el primero. El segundo ya está muerto y el tercer sigue siendo un fantas. A pesar de ello, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) determinó que existen elementos para que se abra una nueva investigación sobre el Caso Colosio.

La Fiscalía General de la República (FGR) anunció que volverá a investigar todas las líneas existentes y otras no tocadas, a fin de esclarecer la verdad histórica sobre el homicidio del que fuera candidato presidencial del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Luis Donaldo Colosio.

La decisión de la Fiscalía General de la República, Alejandro Gertz, para volver a investigar el magnicidio no fue propia, fue orillada por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, la que a su vez así atendió el reclamo por violación a sus derechos humanos de Mario Aburto Martínez, quien actualmente se encuentra sentenciado como el único autor material e intelectual del homicidio.

Según la CNDH, fue el propio Mario Aburto, quien ya cumple casi 30 años de presión, tras ser acusado de ser el único responsable del asesinato de Luis Dolando Colosio, quien solicitó -luego de un intenso proceso legal- que se reabra la investigación de ese asesinato, toda vez que él fue obligado a declararse culpable.

De acuerdo a Mario Aburto Martínez, él habría sido sometido a tortura para declararse único culpable del asesinato de Luis Dolando Colosio. En un acto de intimidación oficial, funcionarios del gobierno federal también habrían amenazado a Mario Aburto con “desaparecer” a su familia, según la declaración del inculpado.

Por tal razón -argumenta Aburto en una petición hecha a la CNDH- él se declaró culpable del asesinato de Luis Donaldo Colosio, pero nunca tuvo ninguna participación en ello. “Todas fueron pruebas sembradas por funcionarios de la -entonces- Procuraduría General de la Republica”, según refiere Mario Aburto en sus declaraciones presentadas ante la CNDH.

En esas mismas declaraciones, Mario Aburto refiere que él ha sido solo “un chivo expiatorio del sistema”, pues considera que otros son los responsables de ese homicidio por el que él ya ha tenido que pagar injustamente 28 años de su vida en prisión, a lo que se suma el exilio al que su familia tuvo que acudir para preservar su vida.

Hoy el principal núcleo familiar de Mario Aburto se encuentra exiliado en alguna localidad de Estados Unidos, bajo el estatus de refugiados políticos, luego que el Estado mexicano no fue capaz de garantizarles su seguridad. Por su parte Mario Aburto se encuentra, desde mayo del 2021, recluido en la cárcel de El Hongo, en Tijuana.

Desde allí Mario Aburto ha ganado su primera batalla, al lograr que la CNDH le diera la razón y emitiera una recomendación a través de la cual se sugiere a la FGR que realice una nueva investigación del asesinato de Luis Donaldo Colosio, porque la persona que esta sentenciada como culpable de los hechos no fue la que cometió el delito.

A parte de la demostración de tortura y de la autoincriminación de Mario Aburto, la FGR cuenta con nuevas evidencias que podrían apuntar a la participación de otras personas, incluso instituciones del gobierno mexicano, en el asesinato del candidato presidencial ocurrido en el sexenio del presidente Carlos Salinas de Gortari.

El pasado fin de semana la FGR solicitó, sin éxito, una orden de aprehensión en contra del Tercer Mario Aburto, pero un juez negó esa posibilidad, argumentando que el caso Colosio se encontraba cerrado y sin posibilidad de nuevas evidencias que lo pudieran abrir.

Frente a todo esto, Mario Aburto ha dicho a su familia que se encuentra dispuesto a señalar todo lo que en el pasado no pudo decir por miedo, lo que llevará a apuntar a funcionarios del pasado como posibles asesinos del candidato presidencial, Luis Donaldo Colosio Murrieta.