El ave del negocio: la compra de un avión en la UNAM con miras a un negocio privado
La UNAM presumió por todo lo alto la compra de la avioneta K’usam, un Laboratorio Aéreo; el responsable del proyecto tiene un negocio privado.
CDMX, a 12 de febrero de 2024.- No es ni un pájaro y tampoco es un avión, más bien el Laboratorio Aéreo K’usam se asoma como un negocio privado con cargo a la UNAM.
Detrás de la compra de una avioneta Cessna para hacer el Laboratorio Aéreo K’usam que el año pasado dio a conocer la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en la portada de la Gaceta Universitaria (junio de 2023) hay una empresa que opera con bajo perfil conformada por un grupo de especialistas en cuya cabeza está Armando Peralta, el hombre detrás de la compra de la aeronave universitaria.
El funcionario encargado de la compra de la aeronave para la Universidad Nacional tiene un negocio que vende específicamente una información similar a la que se obtendría con el K’usam e incluso está facultada en su objeto social para hacer tratos con instancias públicas.
De manera oficial, de acuerdo con una respuesta vía transparencia, el uso de la avioneta está reservada de manera exclusiva para fines universitarios, aunque el secretario Armando Peralta en entrevistas ha dicho que está abierta la posibilidad para que empresas adquieran materiales de información aérea obtenidos por el K’usam.
El funcionario tiene una quinta parte de participación en una empresa fundada en Quintana Roo en la que participan otros académicos. La empresa se dedica a la venta de información obtenida de estudios aéreos y todo lo relacionado con el ramo, como compra e importación de equipo, inmuebles y tecnología.El Laboratorio Aéreo K’usam, una vez que recorra el Volcán Popocatépetl para hacer estudios, se dirigirá al Caribe a hacer investigación con relación al sargazo. En ese estado del Caribe está conformada desde el 21 de mayo de año 2019 la empresa Sensing Science & Tech, S.A.P.I. DE C.V., de la que Armando Peralta es presidente de la Asamblea Ordinaria de Accionistas.
¿Qué es el K’usam?
La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) adquirió una avioneta Cessna Turbo Stationair T206H para hacer estudios especializados en el Instituto de Geografía (IGg) de la UNAM. El proyecto para la compra de la aeronave fue dirigida por el propio Armando Peralta Higuera, en su carácter de secretario técnico de Vinculación en el IGg.
En el currículum vitae de Armando Peralta publicado en el IGg, se destaca el proceso de compra de la aeronave, que requirió modificaciones de fábrica para cumplir con su labor. El aparato puede cargar aparatos de investigación que se instalan en el piso movible de la areronave, e igual puede servir para llevar víveres a zonas remotas, ya que puede aterrizar sin necesidad de una pista aeroportuaria y también puede trasladar personal, por ejemplo, a médicos en caso de una emergencia.
“En caso de un desastre, podemos apoyar, si así es pertinente, en la evaluación del desastre y en labores de mitigación, y el avión también puede usarse para carga, es decir, podemos tener el orificio en el piso para foto aérea, pero está diseñado y está autorizado por todas las autoridades aeronáuticas para volver a poner el tapón que va en el piso, volver a poner los asientos y se puede utilizar para llevar a seis personas para misiones de observación o para llevar estudiantes para capacitación, pero también se pueden quitar todos los asientos, queda nada más el del piloto y copiloto, y podemos llevar carga para llevar equipos a zonas remotas”, explicó Armando Peralta en entrevista con TV UNAM.
En el informe de actividades del director del Instituto de Geografía, Manuel Suárez Lastra, ofrecido el 19 de abril de 2022, se dijo que la avioneta costó 21 millones de pesos, ya con las modificaciones.
El contrato ‘opaco’
El proceso de compra de la aeronave fue clasificada por el Comité de Transparencia de la UNAM, que aceptó que el contrato y dos modificaciones efectivamente se encuentran en los archivos del Instituto de Geografía (IGg), pero no se pueden dar a conocer al público debido a la cláusula 19 señalada en el propio documento signado entre la empresa Textron Aviation Inc. y la casa de estudios.
“De la cláusula 19 del contrato de compraventa se desprende que la UNAM se obligó expresamente a no divulgar a ningún tercero, en su totalidad o en parte, la información relativa a los términos, condiciones y precios de dicho instrumento consensual, por lo que, de revelarlos, se estaría incumpliendo con las obligaciones y compromisos pactados, situación que propiciaría una posible demanda por incumplimiento de contrato en detrimento de los intereses de esta Universidad”, se explica en la resolución CTUNAM/311/2023 ofrecida por la UNAM para dar respuesta a una solicitud de información pública.
La casa de estudios argumenta la clasificación porque, de ser divulgada esta información, se pudiera generar un daño o menoscabo en el patrimonio de la empresa vendedora del K’usam, al dar a conocer información relacionada con los precios y/o especificaciones de la avioneta, entre otros, por lo que se deberá de respetar la confidencialidad de dicha información.
Incluso, la casa de estudios apeló a la primera fracción del artículo 163 de la Ley Federal de Protección a la Propiedad Industrial, que explica que se considera como un secreto industrial “toda información de aplicación industrial o comercial que guarde la persona que ejerce su control legal con carácter confidencial que signifique la obtención o el mantenimiento de una ventaja competitiva o económica frente a terceros en la realización de actividades económicas y respecto de la cual haya adoptado los medios o sistemas suficientes para preservar su confidencialidad y el acceso restringido a la misma”.
La UNAM indica que aquella información contenida en el contrato y que pudiera ser constitutiva de secretos industriales y/o comerciales tales como: las estrategias de mercado, precios, especificaciones del avión, modificaciones, estrategias comerciales, descripción de la aeronave, manuales, métodos de capacitación, etc., constituye información que pudiera representar un valor económico para la contraparte al generarle un beneficio económico o competitivo frente a sus competidores en el mercado o frente a terceros y respecto de la cual la Universidad se obligó a guardar su confidencialidad.
Oficialmente, la casa de estudios no puede dar a conocer el precio en que adquirió la aeronave con las modificaciones, aunque en el Informe de Actividades se hizo público que el costo era de 21 millones de pesos. En el mercado estadounidense, una aeronave de este tipo nueva -sin modificaciones- se puede conseguir por poco más de medio millón de dólares, de acuerdo con información de páginas del sector.
El nido está en Toluca
El nombre maya de K’usam viene de un ave parecida a la golondrina común en el Sureste mexicano y que, aunque es pequeña, es una ave maestra del vuelo y puede dormir mientras está en el aire.
El K’usam de la UNAM es un tipo de avioneta Cessna que puede volar lentamente, para efecto de hacer estudios del terreno desde el aire bastante especializados y para ello fue modificada desde su fabricación para poder instalar las cámaras de fotografía aérea y de barredores lidar que permiten la obtención de información rápida muy precisa del relieve del terreno y la vegetación.“Es una aeronave pequeña, es una avioneta, pero que se pidió desde fábrica con ciertas modificaciones, tiene un orificio en el piso para tomar fotografías aéreas, tiene una ventana a un costado que se abre para que podamos tomar fotos oblicuas, o sumar sensores de diferentes tipos y que puede alcanzar los 26 mil pies de altitud”, describió Armando Peralta al hablar del proyecto en TV UNAM.
“No es un avión muy rápido, pero es lo que queremos; en nuestro caso, mientras más lento, mejor”, añadió.
La aeronave tiene una particular capacidad de adaptación, y ahora se ha utilizado para un recorrido por el Volcán Popocatépetl y algunas zonas aledañas. Independientemente de las horas de su utlilización, la Universidad Nacional Autonónoma de México desembolsa una cantidad mensual para su resguardo en la capital del Estado de México.
“De manera temporal se cubre la cantidad mensual de 53 mil 940 pesos, que incluye la guarda y custodia, despacho de vuelos, limpieza y preparación de la aeronave, los movimientos necesarios a plataforma para pruebas, mantenimiento y operación, y apoyo a tripulación y especialistas participantes en vuelos. El costo del servicio de estacionamiento, guarda y custodia en el resto de los aeropuertos nacionales es variable”, explica la UNAM en una respuesta vía transparencia cuyo folio termina con 1465.
La avioneta todavía no cuenta con personal fijo para su manejo. En el primer vuelo que ha realizado se contrataton a dos pilotos eventuales, pero hay un proceso de búsqueda para el personal universitario que se encargará de surcar por el cielo en este Laboratorio Aéreo K’usam.
“No se han celebrado contratos fijos de honorarios con pilotos. En tanto se lleva a cabo el proceso de prueba y selección, se prevé el pago por hora de vuelo. Durante el primer vuelo de trabajo se cubrieron honorarios de $1,500 pesos por hora de vuelo con duración de tres horas más $700 por gastos de traslado. Los pilotos convocados hasta el momento cuentan con grado de piloto aviador, personal técnico aeronáutico, licencia otorgada por la AFAC y certificado médico vigente, cursos de actualización tomados durante el último año, experiencia minima total de 1,000 horas de vuelo y un mínimo de 500 horas en la marca y modelo (Cessna 206)”, explicó la UNAM en su respuesta.
“El requisito mínimo para considerar pilotos candidatos será de más de 500 horas totales y al menos 300 en esta marca y modelo. La contratación de pilotos por honorarios estará sujeta a la norrnatividad universitaria, tras un proceso de selección basado en experiencia, aptitud y capacitación continua para cumplir con las funciones del Laboratorio Aéreo con seguridad, eficiencia y en total cumplimiento con la normatividad aeronáutica nacional”, añadió el Instituto de Geografía en el oficio G/209/2023.
Sobre la posible contratación de personal aéreo con una empresa en específico para la operación de la avioneta, la UNAM indica que no se ha analizado esta posibilidad.
Todos pueden usarla… Todos los que Peralta diga
Armando Peralta es descrito por trabajadores del Instituto de Geografía de la UNAM que se reservan su identidad como un personaje obsesionado con la compra de la aeronave.
En su currículum público está destacado el proceso de compra como “Selección de Aeronave para el Laboratorio Aéreo, IGg, UNAM” que se plantea con una proyección nacional. En teoría, cualquier universitario que requiera usar el Laboratorio Aéreo K’usam puede realizar el trámite para la utilización de la aeronave. En la realidad, de acuerdo con trabajadores consultados, se requiere principalmente del aval del secretario técnico de Vinculación del IGg, Armando Peralta Higuera.
Tras una solicitud de información para preguntar el procedimiento que tiene que seguir una persona, ya sea profesor o alumno de la UNAM, para poder tener derecho a un vuelo, se planteó un recorrido de contenido periodístico, como puede ser un sobrevuelo para localizar diferentes plantíos. La respuesta era más inclinada a ofrecer una negativa antes de que dar cuenta de los trámites para poder tener derecho al uso de la aeronave para una investigación.
“Los académicos de la UNAM deben ponerse en contacto con el Instituto de Geografía para concertar una reunión técnica en la cual se discutirá la viabilidad, los equipos necesarios y la metodología de las actividades que proponen realizar. Asimismo, se acordará la forma en que se cubrirán los gastos de operación del Laboratorio Aéreo K’usam, ya sea que este concepto esté contemplado en el presupuesto de un proyecto de investigación, o que sea necesario solicitar un apoyo a través de los mecanismos de apoyo a la investigación establecidos por la UNAM”, se explicó en el oficio de respuesta IG/210/2023.
“En caso de que el resultado sea positivo, la Dirección de la dependencia a la que pertenecen deberá dirigir un oficio a la Dirección del Instituto de Geografía solicitando la realización del vuelo, tras lo cual se realizará la programación y el IGg proporcionará el apoyo necesario para la planeación de las misiones, la instalación de los equipos y la logística para llevarlas a cabo. Los vuelos se programarán organizando campañas por regiones geográficas para optimizar los traslados y en función de la probabilidad de contar con condiciones meteorológicas adecuadas en cada área geográfica, según la época del año”, se añadió en la respuesta.
La UNAM indica que el Instituto de Geografía utilizará el Laboratorio Aéreo K’usam a través del Laboratorio Nacional de Observación de la Tierra para el desarrollo de sus actividades de investigación, desarrollo tecnológico, docencia, difusión de la cultura, apoyo en la solución de problemas nacionales y para el cumplimiento de compromisos establecidos en convenios de colaboración relacionados con sus actividades.
En el caso de personas externas que planteen el uso de la aeronave, ésta deberá tener algún vínculo con la casa de estudios, ya que no se utilizará la aeronave con placas XB-UNM, de acuerdo con el escrito, como se utilizan otras aeronaves que se pueden rentar en el mercado, ya que se trata de una avioneta con un uso especializado.
“Para el caso de instituciones externas a la UNAM, sean de educación superior, entidades gubernamentales, empresas o particulares, las actividades deben estar basadas en una colaboración existente con alguna dependencia de la UNAM, o bien, se deberá suscribir un convenio especifico de colaboración para la realización de las investigaciones. El Laboratorio Aéreo únicamente estará disponible para llevar a cabo actividades que estén relacionadas con tareas de investigación, servicios científicos, docencia y difusión de la cultura, en el marco de colaboraciones académicas o de convenios específicos de colaboración”, se explica.
En la entrevista con TV UNAM, el propio Armando Peralta, mencionado como responsable del Proyecto K’usam, reconoció que la aeronave puede tener tratos con empresas privadas para la venta de información.“La intención es todas las imágenes que tomemos ponerlas a disposición de todos los universitarios, de los centros de investigación. Habrá casos en los que tengamos restricciones, si hacemos un proyecto para alguna entidad gubernamental o con alguna empresa o algo, a lo mejor puede haber una cláusula de confidencialidad por ciertas razones”, explicó en la entrevista difundida por la Dirección de Comunicación Social de la UNAM.
Sobre un posible sobrevuelo para la realización de un artículo periodístico, la UNAM dijo que no se puede utilizar la aeronave.
“No se proporcionarán servicios equivalentes a los de empresas de aviación que rentan aeronaves para diversos fines, ya sea por viajes o por horas de vuelo, por lo que el Laboratorio Aéreo no está disponible para realizar un sobrevuelo para un artículo periodístico no relacionado con las actividades programadas de la aeronave para fines de investigación, docencia y difusión de la cultura”, explicó la UNAM en respuesta a una solicitud de información pública.
La casa de estudios explicó que puede haber excepciones a la regla, sobre todo cuando haya disponibilidad de espacio en la aeronave K’usam.
“La excepción a esta regla es la elaboración de artículos, fotografía, documentales y otros medios de difusión relacionados con las actividades propias del Laboratorio Aéreo, como parte de la realización de proyectos de investigación, que guarden relación con actividades de docencia o con proyectos relacionados con la difusión de la cultura, incluida la comunicación de la ciencia. La participación de profesionales del periodismo externos a la Universidad en estas actividades es posible, sujeta a la programación de los vuelos, la disponibilidad de espacio y a que no se vean afectadas las tareas técnicas y científicas que se desarrollen en cada campaña aérea”, explicó la casa de estudios.
La empresa de Peralta
Armando Peralta es socio de la empresa Sensing Science & Tech, S.A.P.I. DE C.V. conformada el 2 de septiembre de 2019 ante un notario público de Quintana Roo, de acuerdo con el acta constitutiva con Folio Mercantil Electrónico N-2019054464.
La empresa se conformó unos meses antes de que arrancara el proyecto de selección y compra de la aeronave K’usam que desarrolló entre el 1 de abril de 2020 al 30 de septiembre de 2022.
En el listado de socios aparecen, además de Armando Peralta Higuera como presidente de la Asamblea Ordinaria de Accionistas, otros académicos como David Julio Zárate Lomelí (Tesorero), Manuel Alejandro Boneta Rodríguez (vocal) y José Luis Riojas Galaviz (secretario). Cinco meses despúés de conformada la sociedad, el 18 de febrero de 2020, se inscribió como socio Carlos Medina Bolaños (sin cargo especificado en la Asamblea Ordinaria de Accionistas). Cada uno de los socios presentó 12 mil 500 pesos, por lo que la empresa se conformó con un capital social fijo de 62,500 pesos tras la inscripción del último socio.
La empresa en cuestión está enfocada, de acuerdo con su objeto social descrito en el acta asentada en el Registro Público del Comercio de Quintana Roo en “realizar investigación y desarrollo tecnológico, adaptar e instalar artículos, mercancías, equipos, herramientas y maquinaria directamente o a través de terceros, mediante asociaciones con instituciones públicas o privadas de desarrollo tecnológico, investigación, educación y empresas fabricantes en México y en el extranjero de equipos relacionados con el uso y aprovechamiento de sistemas de vehículos no tripulados y tripulados y sus aplicaciones entodos los campos de actividad, así como de tecnologías de punta de percepción remota, sensores y análisis de información física, espacial, geográfica, ambiental y socioeconómico”.
Asimismo, prevé la compra, venta, fabricación, producción, comercialización, mediación, consignación, importación, exportación, distribución y comercio en general, directamente o a través de terceros, de toda clase de productos de mantenimiento, equipos, materiales, maquinaria, en general todo tipo de bienes relacionados con el uso domestico, industrial, de investigación o didáctico, relacionados con el uso y aprovechamiento de sistemas de vehículos no tripulados y tripulados y sus aplicaciones en todos los campos de actividad.
Lo mismo prevé la renta de inmuebles relacionados con este ámbito y la realización de auditorías utilizando sistemas de vehículos no tripulados y tripulados, así como de tecnologías de punta y la implementación de estas tecnologías.
“Formular, evaluar y ejecutar todo tipo de proyectos de investigación, relacionados con el uso y aprovechamiento de sistemas de vehículos no tripulados y tripulados y sus aplicaciones en todos los campos de actividad, así como de tecnologías de punta de percepción remota, sensores y análisis de información física, espacial, geográfica, ambiental y socioeconómica”, se describe en el acta.
También prevé la prestación de servicios de asesoría, programación y desarrollo de toda clase de proyectos y de sistemas de vehículos no tripulados y tripulados, de tecnologías de punta, de equipos de automatización e instrumentación, de equipos de control, la instalación, mantenimiento, ampliación y mejoramiento de redes y sistemas de cómputo.
También prevé la comercialización de productos de mantenimiento, equipos, materiales, en general todo tipo de bienes relacionados con el uso domestico, industrial, de investigación o didáctico, relacionados con el uso de sistemas de vehículos no tripulados y tripulados y sus aplicaciones en todos los campos de actividad, así como de tecnologías de punta de percepción remota, sensores y análisis de información física, espacial, geográfica, ambiental y socioeconómica.
En el currículum vitae público de Armando Peralta Higuera se menciona su labor en investigaciones relacionadas con la investigación de los daños del sismo de 2017 y la conformación de Atlas de Riesgo, entre otros proyectos, pero no aparece nada acerca de su participación en la empresa privada Sensing Science & Tech, S.A.P.I. DE C.V., con las mismas características de su trabajo de investigación en la UNAM.