Entre 2018 y 2021, casi seis mil niñas, niños y adolescentes murieron por la violencia en México

La omisión del Estado mexicano ante la crisis de graves violaciones a los derechos humanos, la violencia y la impunidad que actualmente enfrenta México ha afectado de forma directa e indirecta a este sector de la población que registra un alza en los delitos del que es víctima como la extorsión, las lesiones, el secuestro y hasta el feminicidio

La población mexicana de entre los cero y los 18 años de edad -39 millones 135 mil 901 personas, es decir, el 29.8 por ciento de los mexicanos- no tiene garantizado su derecho a una vida libre de violencia en su etapa de desarrollo, porque las políticas públicas para protegerlos no son eficientes, de acuerdo con el Informe Alternativo al Comité sobre los Derechos del Niño de las Naciones Unidas, presentado por la Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM).

“De enero a septiembre de 2023 se registró un aumento de delitos contra la niñez, en comparación con el año 2022, entre las que destacan la extorsión, lesiones y el secuestro“, advirtió Tania Ramírez Hernández, directora ejecutiva de REDIM.

En los primeros tres años de la actual administración federal, entre 2018 y 2021, un total de 5 mil 819 niñas, niños y adolescentes perdieron la vida a causa de la violencia homicida. Esta cifra incluye a 4 mil 456 hombres y mil 358 mujeres entre los cero y los 18 años de edad.

“Resulta preocupante observar que el 30.5 por ciento de estas víctimas son mujeres”, dijo. Preocupa también que mientras el 82.3 por ciento de la población indígena de tres a siete de edad vivía en pobreza, esta cifra baja a 43.7 por ciento para los no indígenas, una brecha de desigualdad de más de 38 puntos porcentuales.

Tras reunirse con expertos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), organizaciones de la sociedad civil manifestaron su preocupación por el deterioro en la garantía de derechos de infancia. Así, para la REDIM, “existe una situación grave de violencia contra las mujeres, las niñas y las adolescentes, particularmente en relación con los feminicidios: de 2018 a 2022 se han registrado 500 feminicidios de niñas y adolescentes de cero a 17 años”. Representaban el 10 por ciento del total en el país de 2015 a 2023, de acuerdo con el registro del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública del 2023.

La última vez que se presentó este informe fue hace 9 años, en septiembre de 2014, el REDIM y otras organizaciones recomendaron al Estado mexicano fortalecer el Sistema Nacional de Protección Integral de Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes (SIPINNA) y no incorporarlo como una unidad administrativa al Sistema Nacional de Desarrollo Integral (DIF), que carece de la capacidad operativa, técnica, política y de enfoque de derechos de infancia para asegurar el cumplimiento de funciones que por Ley debe tener el SIPINNA.

La Iglesia católica llama a proteger a nuestros niños y adolescentes

El semanario Desde la Fe, de la Arquidiócesis Primada de México, en su editorial “Queridos niños, queridos adolescentes, queridos míos”, de este domingo incluyó el informe del REDIM, apelando a la feligresía católica “¿Qué estamos haciendo por proteger a nuestros niños, adolescentes y jóvenes? Este sector, que por naturaleza representa el futuro de nuestra sociedad, vive una crisis en la que son vulnerados sus derechos por el abuso, corrupción e impunidad que permea (…) Las cifras de violencia y muerte que merodean a nuestros niños, adolescentes y jóvenes, nos gritan como una señal de alarma, nos deberían atraer como una alerta roja. Esas cifras no son simples números; significan historias truncadas, sueños rotos, familias heridas y adoloridas”.

Y recordó que en 2016, cuando el papa Francisco visitó México les dijo a los jóvenes “son ustedes la riqueza de esta tierra”, sin embargo, estaban abandonados y así “es difícil sentirse la riqueza de una nación cuando no se tienen oportunidades de trabajo digno, posibilidades de estudio y capacitación, cuando no se sienten reconocidos los derechos que terminan impulsándolos a situaciones límites. Es difícil sentirse la riqueza de un lugar cuando, por ser jóvenes, se los utiliza para fines mezquinos seduciéndolos con promesas que al final no son tales”.