Más de 30 mil profesores con décadas en la UNAM, sin estabilidad laboral y con sueldos por debajo del salario mínimo
Desde el 2018, docentes que han protestado y se han organizado para defenderse de las violaciones a sus derechos laborales enfrentan demandas jurídicas fabricadas por parte de directivos de bachilleratos y facultades, cuyo trato despótico tiene el objetivo de expulsarlos para colocar en esas plazas a familiares y recomendados
El tabulador de sueldos y salarios de la planta docente de la máxima casa de estudios es el más desigual del mundo: el 75 por ciento de los profesores, que son de asignatura sin nombramiento, percibe 110 pesos por hora; sumando las compensaciones como vales de despensa, su salario al mes oscila entre los mil 600 a los tres mil 500 pesos.
No tienen prestaciones como seguro social, ni tampoco estabilidad laboral, por lo tanto, no pueden hacer antigüedad. No es seguro que los recontraten al inicio de cada ciclo escolar. Todo ello muestra la precariedad laboral en la que viven decenas de miles de docentes mexicanos que imparte clases tanto en bachillerato como en licenciatura.
Frente a los casi 200 mil pesos mensuales que puede llegar a percibir un profesor emérito o un director de una facultad de la llamada “casta dorada” de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
El salario promedio que recibe un profesor de tiempo completo está entre los 50 mil y los 70 mil pesos mensuales. Algunos obtienen algunos nombramientos más ostentosos, por ejemplo, los profesores eméritos, que andan ganando 150 mil pesos. Un profesor emérito percibe 15 veces más que que un profesor de asignatura haciendo la misma labor: dar clases frente a pizarrón.
Los directores de las facultades cobran 180 mil pesos al mes, aparte los estímulos del Sistema Nacional de Investigadores (SNI). También pueden pertenecer a otras instituciones como el Colegio de México (Colmex) o el Colegio Nacional, y ya sumando todas sus percepciones, llegan a ganar de 250 mil a 300 mil pesos al mes. Uno de los académicos de esa alcurnia académica es Antonio Lazcano.
“Argumentos académicos” vs derechos laborales
Cada inicio de semestre, los grupos para los profesores de asignatura sin nombramiento, que representan entre 30 mil a 33 mil trabajadores (cifra variable cada ciclo escolar), los otorgan las comisiones de asignación de grupos mediante criterios discrecionales para ver si la persona en cuestión tiene los “méritos académicos” para dar la clase.
Aun teniendo 5, 10, 15, 25, 30 años formando generaciones, posgrados, especialidades y dedicándose de tiempo completo a preparar la clase, a dar asesoría o planear proyectos con el alumnado, para las comisiones de asignación de grupos, nunca es suficiente para que los profesores obtengan un nombramiento definitivo y asegurar un sueldo para mantener a su familia, de acuerdo con testimonios anónimos recopilados de maestros de Facultades de Estudios Superiores (FES), de Facultades de Ciudad Universitaria (CU) y del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH).
Efraín Vega, profesor de asignatura desde hace 19 años en la Facultad de Ciencias de CU, se envalentonó a denunciar esas arbitrariedades en el 2021 en el Movimiento UNAM No Paga y la “burocracia dorada decide abusar de su poder y fabricar denuncias para intentar hacernos a un lado de la universidad“, explicó en entrevista para www.cenzontel400.mx.
“Buena parte de esos años era estudiante de posgrado y tenía una beca, y hacía otras cosas, pero siempre hay ese sentimiento de abuso de poder, pues a pesar de que uno tiene una beca de otro tipo, hay la sensación de que la UNAM debería de pagar lo justo y que sería lo justo”, señala Vega.
De acuerdo con investigaciones elaboradas en la misma UNAM, el poder adquisitivo ha caído a lo largo de 30 a 40 años en el gremio de profesores de asignatura y ahora alcanza para comprar la cuarta parte de lo que se adquiría a principios de los años ochenta.
“Lo que quiere decir que en la actualidad te tendrían que estar que pagando entre 300 y 500 pesos por hora frente a pizarrón, no 110 pesos“, subraya el profesor de la Facultad de Ciencias.
No importa que tengas 5, 10, 15, 25, 30 años “dando clases para la universidad formando generaciones, no tienes garantizado tu salario para el siguiente semestre derivado de tu actividad académica para la universidad”.
“La Universidad viola el derecho humano laboral a la estabilidad en el empleo de decenas de miles de sus docentes”.
En las universidades públicas mexicanas no hay una convivencia sana entre los derechos laborales y la situación académica. Las mafias que controlan las direcciones de las facultades se amparan en la “autonomía del jurado y en la excelencia académica”, refiere el académico.
Al personal que sí debería de dar el curso porque tiene buen nivel académico y ha estado dándolo durante años, no se lo asignan y te dan algún “argumento académico“, cuando en realidad “no te asignan el grupo porque dijiste algo que los incomodó a las autoridades o a la misma comisión que asigna los cursos“, subraya Vega, cuyo contrato de la Facultad de Ciencias fue rescindido en noviembre de 2022.
Los profesores con un nombramiento de tiempo completo tienen garantizado su trabajo y su salario, “y eso es algo que debería de estar garantizado para todos porque es un derecho humano laboral”.
Buena dosis de nepotismo en la UNAM
Otra de las maneras de obtener una plaza definitiva en la máxima casa de estudios es a través del Concurso de Oposición Abierto en las facultades y en los institutos de investigación. Ahí los sueldos oscilan entre los 15 mil 162 pesos a los 22 mil 758 pesos mensuales, según la convocatoria actual de mayo de 2024.
De acuerdo con los testimonios de profesores consultados, cada vez que hay un concurso por alguna plaza de esas, llegan a postular hasta decenas de personas, sin embargo, “ya tienen nombre y apellido; van para el hijo del investigador fulanito o del director o directora fulana, fulano”.
Hay una buena dosis de nepotismo en las universidades públicas porque es una estructura piramidal en donde está la cuarta parte de profesores con nombramiento o plaza muy codiciadas y deseadas, al ganar 6 o 8 o 10 veces más que a un profesor de asignatura.
Ahí aparecen dinastías de apellido compuesto como los Álvarez Icaza, con ocho miembros de la familia en la UNAM, que “no vayas a pensar que van a ser profesores de asignatura, no vayas a pensar que esta familia va a andar recibiendo menos de 100 mil pesos al mes de salario por toda la familia. Ganan salarios de burócrata dorado de cerca de 200 o más de 200 mil pesos al mes, y haciendo la multiplicación, esta familia se lleva al mes un millón de pesos del presupuesto de la UNAM”.
Aparece el director de la Facultad de Ciencias, Víctor Manuel Velázquez Aguilar, quien tiene a su pareja como directora del Instituto de Ciencias Nucleares, con salarios de casi medio millón de pesos al mes, además de que se les acusa de desvíos de dinero del presupuesto de la propia facultad.
Este nepotismo se escuda en la autonomía y en la Ley Orgánica de 1945 de la UNAM, cuya Junta de Gobierno escoge a los directores de las facultades, es decir, 15 personas deciden los designios de una comunidad de cerca de 450 mil universitarios, y ese pequeño comité perpetúa a familias y a grupos de poder que controlan y disponen el presupuesto universitario de casi 56 mil millones de pesos al año. Cifra mayor al presupuesto que reciben 17 estados de la República.
Es un botín y entonces ahí está el nepotismo, por ejemplo, dentro de la burocracia dorada del nuevo rector, Leonardo Lomelí, está el hijo de José Narro, exrector que aspiró a ser dirigente nacional del PRI. Es de los que tienen más poder en la UNAM.
Fabricación de delitos para despedir a profesores que exhibieron la marcada desigualdad de sueldos y corrupción
Luego de que el Movimiento de profesores UNAM No Paga mostraron esos injustos pagos en los medios de información y redes sociales, algunos profesores fueron despedidos por delitos que tienen que ver con género, como acoso sexual contra estudiantes.
Se tiene documentado que a más de mil 500 profesores de asignatura se les fabricaron delitos que tienen que ver con género y los “archivaron en un cajón“, y si se atrevían a protestar por demandas salariales, los directores de las facultades y el área jurídica de la UNAM “investigaban expeditamente” y en una semana los declaraban culpables y los despedían.
El profesor Efraín Vega relata que a él y al profesor Juan Manuel Buchanan “nos fabricaron denuncias; las audiencias fueron lunes y martes, y el viernes ya tenían el documento de la investigación, y en ambos éramos ambos culpables. Nos despidieron por haber agregado a una persona a un chat de Telegram de profesores. La burocracia dorada utiliza esto para deshacerse de la gente que les incomoda; si realmente le preocupara esto, pues hubiera puesto una lupa y una investigación real contra la violencia hacia las mujeres”.
Escaló tanto el abuso de poder por parte del director de la Facultad de Ciencias que montó un operativo para sacar a dichos profesores del salón en plena clase. Ha habido otros casos no tan sonados de este modus operandi contra el cuerpo docente de la UNAM como el de diez profesoras de la FES Acatlán que después de manifestarse contra las condiciones laborales precarias que padecen, el director del campus no les volvió a asignar grupos.
Vega y Buchanan metieron una demanda ante el Tribunal Laboral Federal en febrero de 2023, misma que ganaron en julio del mismo año. El director no acató, cómo previamente había dicho, la resolución del juez; se amparó y aumentó la represión. Seis meses, después perdió ese amparo con lo cual quedó obligado a acatar la reinstalación.
A pesar de la plutocracia, la antidemocracia y el feudo que controla la administración y los presupuestos en la UNAM, profesores como Efraín Vega les parece que “hay varias cosas que son bonitas de la universidad, una de ellas es como diría el físico Richard Feynman, el placer de descubrir y de entender es algo es muy bonito, y, por otro lado, pues todas las ganas de la gente joven de aprender”.