Su imperio se cae, mientras El Chapo pide nuevo juicio

La carta más reciente, que le fue enviada al juez Brian M. Cogan por parte del propio Guzmán Loera, este le solicita la reapertura del caso, pues el propio Chapo presume que su personalidad criminal se sobredimensiono como una consecuencia de la campaña mediática que se ha hecho sobre su persona

Mientras su imperio criminal se fracciona, desde el interior de una celda en la prisión ADX Florence de súper máxima seguridad, en Colorado, Joaquín Guzmán Loera, el otrora poderoso líder fundador del Cártel de Sinaloa pide clemencia a un juez federal de EUA. Le plantea la posibilidad de que se reabra su caso y se le favorezca con un nuevo juicio, en el que se le valore más objetivamente.

Esta no es la primera ocasión en que Joaquín “El Chapo” Guzmán envía una carta -de su puño y letra- al juez de su causa, Brian M. Cogan. Esta sería la quinta misiva pero la primera en la que “El Chapo” pide conmiseración, en su posición de infractor de la ley norteamericana. Las otras cartas fueron para solicitar mejoras a las condiciones de reclusión y comunicación con el núcleo familiar que integró con la señora Emma Coronel Aispuro.

Texto original en La Opinión de México https://laopiniondemexico.mx/pide-nuevo-juicio-2/

La carta más reciente, que le fue enviada al juez Brian M. Cogan por parte del propio Guzmán Loera, este le solicita la reapertura del caso, pues el propio Chapo presume que su personalidad criminal se sobredimensiono como una consecuencia de la campaña mediática que se ha hecho sobre su persona.

De acuerdo al Guzmán Loera, los medios de comunicación en México siempre han sobredimensionado su criminalidad, y eso –de alguna manera- influyó en la percepción del jurado que terminó considerándolo culpable de los cargos de narcotráfico que se le endilgaron. Por esa razón -estima en su carta- no fue juzgado con total objetividad.

El Cártel se divide

Mientras El Chapo espera la respuesta del Juez, el Cártel Sinaloa -del que una vez él fue el máximo líder- ha entrado en una clara atomización. La fracción criminal del Cártel de Sinaloa que se encuentra a cargo de sus hijos, liderados por Iván Archivaldo Guzmán Salazar, quien asumió el control tras la detención de Ovidio Guzmán López, se ha comenzado a dividir.

Según las fuentes extraoficiales de la SEDENA, la inconformidad contra el mando establecido por Iván Archivaldo fue manifiesta por Joaquín Guzmán López, quien se esperaba heredero del control en la fracción del Cártel de Sinaloa tras la detención de su hermano Ovidio. Hasta donde el gobierno federal sabe, Joaquín Guzmán estaría siendo alentado al rompimiento con sus hermanos.

Desde la inteligencia del gobierno mexicano se estima que la persona que podría estar alentado al rompimiento de Joaquín Guzmán López con sus hermanos Jesus Alfredo e Iván Archivaldo Guzmán Salazar, podría ser el tío de los hijos de El Chapo, Aureliano Guzmán Loera, mejor conocido como El Guano, quien a principio de este año rompió con la organización criminal de El Chapo y sus hijos para iniciar una nueva organización delictiva.

Los Guanos, la principal amenaza

El grupo criminal que ahora lidera Aureliano Guzmán, se hace llamar Los Guanos. Esta organización se ha expandido hacia la zona serrana de Sinaloa, en donde su principal actividad es el cultivo de mariguana y la producción de anfetaminas, incluyendo el peligroso Fentanilo, gracias a lo cual se ha aliado con otras organizaciones derivadas del mismo Cártel de Sinaloa, como Los Chapitos de Isidro Meza Flores y Los Salazar.

Los Guanos es una organización criminal que apenas nació a principios de este año, que se apunta a ser uno de los cárteles más poderosos de México por una sola razón: es el cártel que -después de el de Los Chapitos, Los Menores o la Chapiza- más Fentanilo produce, y que no lo lleva a su distribución en el mercado. Lo venden en grandes volúmenes a cualquier organización criminal u otros carteles que lo compran puesto en localidades inmediatas a los centros de producción.

Los Guanos, con su incursión en la producción de Fentanilo –según estima el aparto de inteligencia militar del gobierno mexicano- están arrebatando a Los Chapitos el control del mercado nacional de la droga sintética de moda, lo que ha llevado a una crisis económica dentro de la organización de los hijos del Chapo Guzmán, lo que consecuentemente ha hecho que se cuestione el liderazgo de Iván Archivaldo.

Se sabe de discrepancias al interior de la dirigencia del Cártel de Los Chapitos, en donde resalta la disyuntiva de seguir tomando en cuenta o no las opiniones de El Chapo Guzmán y Ovidio Guzmán, emitidas desde prisión a través de terceras personas. Se sabe que Iván Archivaldo es de escuchar lo que digan los dos detenidos en Estados Unidos, pero Joaquín Guzmán López, no.

Buscan a los grandes Capos


Otra de las razones por las que –según estima inteligencia militar- existe el riesgo de que se fraccione el Cártel de Los Chapitos, es la postura dividida al interior de los hermanos Guzmán, de buscar un acercamiento con los carteles de los que una vez fueron socios de Joaquín Guzmán Loera, El Chapo.

Hasta donde se sabe Joaquín Guzmán López ha planteados en diversas ocasiones a su hermano Iván Archivaldo hacer un acercamiento con su tío Aureliano, con el que se dividieron a principios de este año. Iván Archivaldo se niega a esa posibilidad porque responsabiliza a su tío El Guano de haber entregado a Ovidio Guzmán a las fuerzas federales que lo capturaron.

El aparato de inteligencia del gobierno mexicano cuenta con informes que refieren también la posibilidad de un acercamiento, entre el Cártel de Los Chapitos con el Cartel Jalisco Nueva Generación. Esa propuesta habría sido retomada por Joaquín Guzmán López, pero ha sido rechazada tajantemente por los hermanos Jesus Alfredo e Iván Archivaldo, quienes atribuyen al CJNG y su líder Nemesio Oseguera, el secuestro del que fueron víctimas en un restaurante de Puerto Vallarta.

También se ha ventilado de un acercamiento con el Cártel de Caborca, encabezado por Gil Caro, sobrino de Rafael Caro Quintero, pero no se ha podido concretar porque el Cártel de Caborca quiere un acuerdo con Los Chapitos, pero a partir de que estos no estén más aliados con el Cártel de Los Salazar, la agrupación criminal que más está confrontada con el cártel que se le atribuye es controlado todavía por Rafael Caro Quintero.

Recomendación desde prisión


De acuerdo a lo que se ventila en el órgano de inteligencia del gobierno mexicano, se sabe que el mismo Joaquín Guzmán Loera, padre de los dirigentes del Cártel de Los Chapitos, ha recomendado a sus hijos que para subsistir dentro del mundo del narcotráfico tienen que sostener una alianza con otras empresas criminales.

La recomendación desde prisión ha sido más radical. Se sabe que El Chapo Guzmán ha pedido a sus hijos en más de una ocasión que se alejen de la actividad delictiva que significa el mundo de las drogas. Les ha mandado decir a sus hijos que no le gustaría volver a sentir el dolor de ver a otro de sus hijos preso o abatido por la violencia de esa actividad.

El Chapo Guzmán se encuentra recluido en una cárcel de súper máxima seguridad, llamada así porque no se le permite a los internos a mantener diálogos con nadie, las visitas con sus abogados son restringidas y vigiladas para que no hable más allá de los aspectos legales y todos los presos son vigilados en su correspondencia.

Joaquín, de carne y hueso

Con el humanismo con que El Chapo Guzmán ha podido mandar mensajes a sus hijos, que siguen siendo protagonistas de la oleada de violencia y narcotráfico que se vive en México, con ese mismo humanismo se ha dirigido en su más reciente carta al Juez Brian M. Cogan, al que le ha dicho que se sobredimensionó su criminalidad. Por eso quiere un nuevo juicio.

El Chapo le dijo al juez de su causa, el que nunca ha atendido ninguna de las peticiones que se le han presentado por escrito, que en realidad no es la persona de alto perfil criminal que los medios de comunicación le han construido en México. El Chapo atribuye el crecimiento de su fama criminal a lo que se dijo en la prensa mexicana, en 1994, que había asesinado al Cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo.

Sin embargo, como el mismo Chapo lo dice, eso ya quedó establecido de que él no fue quien asesinó al Cardenal. Él solo fue testigo. El asesinato del Cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo lo ejecutó el que una vez fuera jefe de la policía judicial de Sinaloa y sicario al servicio de la Dirección Federal de Seguridad del gobierno federal, Humberto Rodríguez Bañuelos, La Rana.

En la carta que El Chapo Guzmán le mandó al Brian Cogan también le refiere de las condiciones extremas que se viven en esa prisión, en donde ni siquiera puede tener acceso a documentos en español que tiene la necesidad de leer, porque tratan de su caso.