En Argentina, crearán una conferencia “mañanera” a modo para el presidente Javier Milei
En materia de agresiones a los periodistas por parte de presidentes latinoamericanos, los extremos se tocan, tal es el caso del mandatario mexicano, Andrés Manuel López Obrador, de izquierda, y del mandatario argentino, Javier Gerardo Milei, de ultraderecha, cuyas supuestas ideologías están radicalmente enfrentadas, pero son muy parecidas en los hechos cuando se trata de reprimir el ejercicio periodístico crítico de sus regímenes políticos y al querer domesticarlo con fines propagandísticos
Manuel Adorni, portavoz del presidente de Argentina, Javier Milei, anunció que el Ejecutivo trabaja en una resolución para permitir el acceso a la sala de prensa de la sede del Gobierno, la Casa Rosada, a “periodistas de fuste, con experiencia y de medios altamente reconocidos“, publicó el diario español El País.
Muy parecido a lo que sucede en México en la conferencia de prensa mañanera de AMLO en el Palacio Nacional, donde el titular de Comunicación Social de la Presidencia, Jesús Ramírez Cuevas, permite la entrada y cede el micofóno a quienes considera “periodistas dignos” para cuestionar al presidente sobre temas inocuos y banales a modo, para que el mandatario desvíe la atención de temas importantes de la agenda nacional al explayarse con su alocución para hacerle propaganda a su régimen.
En contraparte, los periodistas en la mañanera que han ejercido su derecho de cuestionar a AMLO sobre la corrupción imperante de los funcionarios de su gabinete, la inacción para combatir al crimen organizado o la indolencia al no atender a familiares de víctimas de desapariciones forzadas, por ejemplo, han sido amonestados con no dejarlos pasar durante meses a la conferencia mañanera o son víctimas de agresiones con campañas de desprestigio azuzadas desde la misma Presidencia de la República en redes sociales, que han llegado a materializarse en ataques físicos contra los comunicadores si son reconocidos en la calle.
El portavoz Manuel Adorni aseguró que durante años, los criterios para acreditar a un medio para cubrir la fuente presidencial “se ha manejado a dedo” y que a lo que aspira el Ejecutivo argentino es a emular a la Casa Rosada en la búsqueda de periodistas de “excelencia”.
Se acreditarán a medios de comunicación de acuerdo con “su alcance, su audiencia, y además exigiendo determinadas características del periodista, en términos de experiencia y que esté en relación de dependencia”.
“Vamos a buscar que les dé orgullo estar en la sala de conferencias“, puntualizó Adorni este martes a periódico El País. El presidente Javier Milei ofrece una conferencia casi a diario en la Casa Rosada.
En un honor estar con Milei
La concepción de lo que es la función de la prensa en la sociedad por parte del Ejecutivo argentino no dista del Ejecutivo mexicano: adular las acciones del gobierno en turno de manera triunfalista. Ambos requieren a periodistas domésticados, controlados, que militen en sus filas y “destaquen lo bueno“, publicando los supuestos avances de su administración como viles boletineros.
Será “una sala de prensa de élite“, declaró Adorni al canal LN+. Esos periodistas deben “sentir que es un honor estar en la Casa Rosada cubriendo lo que le pasa al presidente“, lo anterior como estrategia de moderar la agresión por parte del presidente Javier Milei sobre periodistas que le son críticos, que comenzó desde hace seis meses que asumió el poder.
Para el presidente López Obrador, los periodistas deben tomar partido y desconfía de aquellos que se presentan como independientes, “porque suelen serlo del pueblo, no del poder”.
“El que un periodista participe, simpatice en una causa, no es ningún delito. El hecho de que se asuma una postura y de que no siempre se esté de acuerdo, y se puede hacer un cuestionamiento y nosotros no pedimos a nadie que se subordine”, explicaba AMLO en 2022.
“Calumniadores seriales, “mentirosos“, “corruptos”, así agrede Milei a los periodistas
Las organizaciones defensoras de la libertad de prensa en Argentina sostienen que el presidente Milei no distingue entre el medio de comunicación ni la ideología política de los comunicadores. Es un hecho que sostiene una guerra abierta contra los periodistas, pues responde con un ataque verbal cada vez que un periodista cuestiona su administración.
A tan solo seis meses de que Milei asumió como presidente de Argentina, tanto él como miembros de su gabinete han agredido por lo menos a 20 periodistas, entre ellos, a Jorge Lanata, Jorge Fernández Díaz, Joaquín Morales Solá, María Laura Santillán, Jorge Fontevecchia, Romina Manguel, Silvia Mercado, Luisa Corradini, Marcelo Bonelli, Victor Hugo Morales y María O’Donnell.
Amnistía Internacional Argentina documentó que el mandatario argentino ataca a un periodista cada 10 días. Lo que marca un precedente de violación continua a la libertad de expresión del país sudamericano.
Al igual que ocurrió en México con la desaparición de la agencia de noticias del Estado mexicano, Notimex, en diciembre de 2023; en marzo de 2024, el Gobierno del presidente Javier Milei cerró definitivamente la agencia pública de noticias Télam. Luego de meses de hostigamiento contra los profesionales de la información.
E intentó de recuperar una legislación de 1944 para controlar quién puede ejercer como periodista.
Por otra parte, los funcionarios del gabinete de Milei han exhibido en medios de comunicación sin ningún reparo nombre y apellidos reales, no seudónimos, de los periodistas a los que atacan.
Hay una lista de adjetivos que ha dedicado el presidente Javier Milei a los periodistas que no le son afines, entre los que destacan: “Mentirosos”, “calumniadores seriales”, “corruptos”, “ensobrados”, “profetas de la verdad única”, “violentos” e “imbéciles”. Ha asegurado también que “probablemente en el lugar del mundo donde más podrido está el periodismo es en Argentina”.
El pasado 10 de abril con motivo de la visita del general estadounidense Richardson a Buenos Aires, el presidente Javier Milei aprovechó la presentación de una nueva Doctrina Política Exterior para la Argentina para verter su visión de lo que es “una verdadera libertad de expresión” al tiempo de acusar a los periodistas de extorsionadores, difamadores y calumniadores.
Sostuvo que “Primero te pegan y después te pasan la factura” con “cifras siderales”, y luego sostuvo que “la mayoría de los que pagan” esas supuestas exigencias son dirigentes políticos que luego “quedan presos de su propia trampa, ya que nunca pueden contestar los ataques a riesgo de que expongan sus negocios”.
Amenazó con que “no nos vamos a quedar callados frente a las operaciones, la mentira, la calumnia, la injuria o la difamación” en la información que se publica sobre las acciones de Gobierno. “Vamos a contestar. Vamos a decir nuestra verdad. Vamos a bajarlos de esa Torre de Marfil en la que creen que viven”.
Prensa tendenciosa, vendida, alquilada, al servicio de los corruptos: AMLO
De acuerdo con el informe del primer semestre de 2023 de violencia contra la prensa de la organización Artículo 19, se habían perpetrado 2 mil 941 casos de agresiones contra la prensa durante la presidencia de López Obrador. Una agresión cada 16 horas cometida en contra de periodistas y medios de comunicación en el país.
Amenazas, intimidación y hostigamiento, seguidas del uso ilegítimo del poder público, son las principales formas de violencia registradas contra los periodistas en México.
AMLO ha atacado a la prensa cerca de 3 mil veces en cinco años desde la conferencia de prensa mañanera en Palacio Nacional. De 272 agresiones contra periodistas en la primera mitad de 2023, más de la mitad (142) fueron cometidas por autoridades, por lo que el Estado es el principal agresor de los periodistas.
Los ataques verbales del primer mandatario de “izquierda humanista” contra medios y periodistas que no se alinean a las políticas de la Cuarta Transformación van desde descalificaciones, difamaciones, desacreditaciones, insultos, hasta la exposición de sus datos personales y la exhibición de sueldos y salarios en cadena nacional.
Para ello, cuenta con la ayuda de Ana Elizabeth García Vilchis, directora de Redes de la Vocería de Presidencia y lectora de la sección “Quién es Quién en las mentiras” cada miércoles.
Dichos ataques venidos desde el jefe del Ejecutivo federal, de acuerdo con especialistas, han llevado a una estigmatización de la prensa y han contribuido a un ambiente de desvalorización y hostilidad hacia los periodistas por parte de la sociedad.
Tan solo por poner un ejemplo, cuando la periodista Nayeli Roldán solicitó a AMLO que, como comandante supremo de las fuerzas armadas, pidiera al general Audomaro Martínez, director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), presentarse a la mañanera a explicar la base legal de espionaje con el spyware Pegasus, cuyas víctimas han sido periodistas y defensores de derechos humanos incómodos al régimen, el mandatario respondió molesto:
“Ustedes no van a poner la agenda, todos los días nos atacan, no hay objetividad, no hay profesionalismo; es una prensa tendenciosa, vendida, alquilada al servicio de los corruptos”.
Presidente Andrés Manuel López Obrador
Conferencia de prensa mañanera mexicana, principal instrumento de agresión a los periodistas
Para el periodista y escritor J. Jesús Lemus, “el desprecio del Estado por el trabajo periodístico nunca había quedado tan claro con la postura pública manifiesta por el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien desde su supuesta línea de izquierda se ha convertido en el jefe del Ejecutivo con más agresiones no solo a periodistas y reporteros, sino también a presentadores de noticias, comunicadores, opinadores y usuarios de las redes sociales“, (Los Días de la Ira, 2023).
Y la llamada conferencia mañanera, un modelo híbrido de comunicación institucional, “es un aparato propagandístico disfrazado de fuente informativa y principal instrumento de agresión para los actores de la prensa, tanto del sector libre -sin compromisos con los medios corporativos- como la prensa militante, que tienen obligaciones con sectores sociales o partidos políticos opuestos a los que apoyan a AMLO”, de acuerdo con Lemus Barajas.