¿Qué es romper el Pacto Fiscal?

Dicha propuesta ya se revisa como salida de emergencia en los gobiernos estatales no emanados de Morena. Y se analiza con un sentimiento de venganza. Con el mismo encono que en muchas ocasiones dejó observar desde sus adentros el propio Andrés Manuel López Obrador frente a adversarios políticos

Nada descabellada la propuesta echada al aire por Enrique Alfaro, ex gobernador de Jalisco, proponiendo una renuncia al pacto fiscal, en respuesta al desaire presupuestal que la federación ha hecho a los gobiernos estatales que no son de Morena.

Dijo el que fuera gobernador de Movimiento Ciudadano que el gobierno de Jalisco, hablando por Pablo Lemus, no descarta la salida del pacto fiscal, para que los impuestos recaudados en Jalisco se quedarán en Jalisco.

Dicha propuesta ya se revisa como salida de emergencia en los gobiernos estatales no emanados de Morena. Y se analiza con un sentimiento de venganza. Con el mismo encono que en muchas ocasiones dejó observar desde sus adentros el propio Andrés Manuel López Obrador frente a adversarios políticos.

Es decir, la escuela del enojo y la venganza política, en donde da cátedra Andrés Manuel López Obrador, ya está forjando a los primeros pupilos. La oposición de Morena aprendió rápido las formas utilizadas por AMLO para alcanzar sus fines políticos, estableciendo el método de cuando el fin justifica los medios.

La venganza de la oposición, la del PRI, MC y PAN, que solo quiere actuar como los trató López Obrador, se finca en el rompimiento, en el quiebre, en la polarización, en la destrucción solo porque se puede. Se finca en la herencia política del choque que ha dejado para los mexicanos el gobierno rencoroso de AMLO.

Por eso, bajo ese principio, con el deseo de la destrucción total de la nación, los gobernadores Coahuila, Durango, Nuevo León, Querétaro y Jalisco, así como las gobernadoras de Aguascalientes, Chihuahua y Guanajuato, han comenzado a acariciar las posibilidades de retirarse del pacto fiscal a la mayor brevedad posible.

La razón de la salida del pacto fiscal, es porque los gobiernos estatales que no son emanados de las filas de Morena fueron castigados presupuestalmente por la presidenta Claudia Sheinbaum, la que no envió dinero para obras a aquellas localidades en donde ganó cualquier partido frente a la propuesta de los candidatos de Morena.

Bajo el argumento de la austeridad, la presidenta Sheinbaum ha optado por dejar sin aportaciones directas para obras a los gobiernos que no son de Morena. Las reducciones son drásticas: en Chihuahua se les recortó un 87 por ciento de fondos, en Guanajuato un 76 por ciento, mientras que en Aguascalientes, la reducción llegó a un 83 por ciento del gasto necesario para obras de inversión tripartita.

En Durango la inversión federal de obras se redujo en más de un 72 por ciento, en Coahuila el recorte de fue de 64 por ciento, en Nuevo León, se   bajó la inversión en 59 por ciento, en Querétaro la inversión federal en obras locales se redujo en 80 por ciento, mientras que en Jalisco la reducción fue de 72 por ciento.

Los efectos de la reducción de obras públicas se comenzarán a notar a partir del primer mes del 2025, cuando los gobiernos estatales tengan que aportar su parte a términos iguales con los gobiernos municipales, lo que habrá de ocasionar que muchas de las principales obras de infraestructura de cada entidad no serán concluidas.

El problema es que la reducción de gastos de inversión en obras estatales va a generar un gran retraso en materia de infraestructura social en cada entidad, dado que obras de caminos, alumbrado, drenajes, alcantarillado, puentes y pavimentaciones, no tendrán dinero para la conclusión de los trabajos.

La lógica de Enrique Alfaro que ha comenzado a llamar a una suspensión del pacto fiscal, es que no es posible que los principales estados que aportan más recursos, vía impuestos a la federación, no cuenten con los fondos más elementales para poder ver concluidas sus obras más básicas.

A los gobiernos estatales que no son de morena se les está dando un trato peor que a enemigos, ha dicho Enrique Alfaron, quien recordó que es increíble que Jalisco, el segundo estado que más aporta fondos a la federación, vía impuestos, no tenga para concluir su programa de vialidades, que se merecen los ciudadanos que pagan impuestos.

En contraste, refirió que no cabe en la cabeza que, en algunas entidades del sur del país, donde se cuenta con la más deficiente recaudación de impuestos, donde las contribuciones fiscales son mínimas, están siendo tratados como si en esas entidades radicara la fuente de ingresos de toda la federación.

De los estados que han sido sacrificados en sus en sus gastos de inversión en obras públicas, ninguno de ellos aporta impuestos a la federación por debajo de la media nacional, todos se encuentran en el rango de la contribución por arriba del promedio nacional.

Y por lo menos en esa proporción deberían estar recibiendo los fondos para la inversión en infraestructura. Pero la visión del secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, no es en ese sentido, y por su decisión se han cancelado aportaciones a los que más aportan.

Por esa razón las pláticas que en lo secreto se siguen llevando podrían prosperar. Una ruptura en el pacto fiscal a nadie beneficia. Pero en estos tiempos de política de la 4T no importa si una acción gubernamental sirve o beneficia a la población, lo importante es que se haga sentir el peso de la autoridad.

Si los estados convocados por Jalisco, todos los que no son gobernados por Morena, atienden el llamado del rompimiento con el pacto fiscal, México estará en caída libre por el solo hecho de que no existe forma de evitar que una entidad se salga del pacto federal de contribución económica.

Habrá quien los llame traidores a la patria, por el hecho de la suspensión en la aportación de fondos a la federación, pero eso no importa, así llamaron también a los que salieron a defender al INE, al INAI, al Poder Judicial de la Federación, y de todas formas los destruyeron.

Eso es lo único que falta para que la República se derrumbe, que el movimiento que busca romper con el pacto fiscal cumpla su cometido y que todo se vuelva un caos. Después de todo Andrés Manuel así bosquejó los andares de la Cuarta Transformación, un camino que si no tiene vicisitudes tampoco puede aspirar a la gloria.