El discreto combate al terrorismo en la frontera sur
En promedio, según reconocen las estadísticas del INM, de cada 100 personas que ingresan ilegalmente a México a través de la frontera sur, principalmente por los puntos fronterizos de Talismán, Chiapas, y Candelaria, Campeche, por lo menos 45 son de origen centroamericano, 20 son del Caribe, 15 llegan de países sudamericanos, 13 son de alguna región de África y siete provienen de países del Medio Oriente
En la Agenda Nacional de Riesgos del gobierno mexicano, al día de hoy se registran al menos 68 “Focos Rojos” que representan un riesgo latente a la seguridad nacional; el flujo de migrantes ilegales que ingresa por la frontera sur es el tercer punto de preocupación, solo después del narcotráfico y el lavado de dinero.
Y cómo no va a ser de preocupación el flujo ilegal migrante, si –de acuerdo a cifras del Instituto Nacional de Migración (INM)- a través de la frontera de sur, la que comparten Guatemala y México, en los estados de Chiapas y Campeche, al menos en lo que va del 2024 han ingresado a suelo mexicano más de 450 mil personas provenientes de Centroamérica, El Caribe, Sudamérica, Medio Oriente y de las regiones de África del Norte y África Central.
En promedio, según reconocen las estadísticas del INM, de cada 100 personas que ingresan ilegalmente a México a través de la frontera sur, principalmente por los puntos fronterizos de Talismán, Chiapas, y Candelaria, Campeche, por lo menos 45 son de origen centroamericano, 20 son del Caribe, 15 llegan de países sudamericanos, 13 son de alguna región de África y siete provienen de países del Medio Oriente.
La mayoría de los migrantes que ingresan ilegalmente a suelo mexicano lo hacen con la intención de llegar a la frontera norte de México, en donde aspiran a solicitar asilo político en Estados Unidos o cruzar de también de manera ilegal hacia ese país. Se estima que solo menos de un 5 por ciento de los migrantes del sur llegan con la intención de radicar permanentemente en México.
De acuerdo a fuentes del gobierno municipal de Tapachula, Chiapas, que es la localidad en donde se concentra el mayor número de migrantes, solo en lo que va de este año, la población urbana ha crecido entre 100 mil y 150 mil personas más, lo que se refleja en claroscuros como en aumentos de la delincuencia, pero también en un repunte sustancial de la economía local.
Epicentro de Remesas y Delincuencia
De acuerdo a la periodista Cinthya Alvarado, actualmente Tapachula podría ser considerado el epicentro nacional del envío de remesas, pues se estima que en promedio cada mes llegan a esa localidad más de 60 millones de dólares, los que son enviados –a través de los servicios de transferencia de dinero de Elektra y Coppel- por familiares de los migrantes que en este municipio se ven obligados a permanecer temporalmente.
Esa suma de dinero es la que mantiene la actividad económica de Tapachula, explica Cinthya Alvarado, pues los migrantes hacen una gran derrama económica que mantienen activo el comercio local y genera fuentes de empleo. Pero por otro lado, ese mismo dinero también convierte a los migrantes en víctimas de extorsiones y delincuencia organizada.
Según reconoce la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana del gobierno de Chiapas, de cada 100 delitos de extorsión que se registran en esa entidad, por lo menos 45 de ellos se cometen contra migrantes, los que en la mayoría de los casos son cometidos por grupos del crimen organizado y en menor medida por funcionarios de las policías locales, incluso por parte de agentes del INM.
La delincuencia cometida contra los grupos de migrantes no solo proviene de grupos del crimen organizado o funcionarios corruptos, sino también de grupos de migrantes que han comenzado a incursionar en actividades delictivas. De acuerdo a fuentes de la policía municipal de Tapachula, se ha comenzado a detectar bandas delincuenciales de migrantes que extorsionan a sus iguales, de otras nacionalidades.
De preocupación nacional e internacional
Pero las extorsiones y la expansión de la delincuencia no son el mayor problema que representa el fenómeno de la migración. La migración ilegal en el sur se ha coinvertido en un asunto de seguridad nacional no solo para el gobierno mexicano, sino para los de otros países, principalmente de Estados Unidos y algunos de sus aliados.
Y es que se teme que el flujo migrante que orada la frontera sur de México pueda ser el vehículo de grupos terroristas con los que el gobierno de Estados Unidos mantiene abiertas confrontaciones. Por esa razón, en el caso del gobierno mexicano, se ha desplegado a la Guardia Nacional a fin de contener el tránsito de personas que podría llegar a Estados Unidos.
Los gobiernos de por lo menos 15 países de diversas latitudes del globo, entre ellos Estados Unidos, hoy mantienen presencia discreta -a través del espionaje- sobre el flujo migrante en la frontera sur de México, esto con la finalidad de detectar a tiempo el paso de personas que podrían ser una amenaza para la seguridad interna de la región de América del Norte.
De acuerdo a fuentes del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) del gobierno mexicano, solo en la zona de Tapachula hoy se tiene la presencia de por lo menos 210 agentes espías de diversos países, que se mantienen a la búsqueda de terroristas que podrían ingresar a suelo mexicano camuflados dentro del flujo de migrantes, y que podrían intentar llegar a Estados Unidos.
Como parte de su programa global contra el terrorismo, se sabe que el gobierno de Estados Unidos mantiene activos en la zona fronteriza del sur mexicano a por lo menos 10 agentes de la CIA y otros nueve del FBI, los que han sido asignados a la búsqueda de objetivos que podrían provenir del Medio Oriente, principalmente de la zona de Afganistán.
El mismo gobierno mexicano, en respaldo al gobierno de Estados Unidos y como parte de la estrategia de Seguridad Regional, también ha designado a un número no especificado de agentes de CNI, que trabajan también en la búsqueda de personas posiblemente relacionadas con grupos terroristas internacionales.
Alianza contra el terrorismo
A la caza de posibles terroristas dentro de los grupos migrantes del sur también se suman gobiernos aliados de Estados Unidos, como Egipto, que mantiene presencia con miembros de la Dirección General de Inteligencia de Egipto (Al Mukhabarat Al’Ammah); Marruecos, con efectivos de la agencia Quinta Oficina Contra la Lucha Antiterrorista (5Emme Bureau); Pakistán, que ha desplegado agentes de la Oficina de Inteligencia (IB), y Canadá que opera con agentes del Servicio Canadiense de Inteligencia y Seguridad (CSIS).
Tampoco pasa por alto la operación de agentes de la Dirección de Inteligencia (C-2) de Cuba, los que buscan ayudar a la seguridad del gobierno mexicano, o agentes secretos de China que buscan entre los migrantes a algunos ciudadanos de ese país que tienen cuentas pendientes con el gobierno de esa nación.
A la lista de agencias de espionaje internacional que escudriñan entre los migrantes del sur en México también se suman El Mossad de Israel, el FSB (antes KGB) de Rusia, el Servicio Secreto de Inteligencia (MI6) de Inglaterra y la Organización Australiana de Seguridad e Inteligencia (ASIO), los que en conjunto se estima que tienen desplegados por lo menos 80 agentes en suelo mexicano, para ayudar a la seguridad de Estados Unidos, México y Canadá.
Otros gobiernos que se han sumado al trabajo de filtro para evitar el paso de posibles terroristas a suelo norteamericano, son Argentina, que opera con algunos efectivos de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI); Bolivia, con espías de la Dirección de Inteligencia del Estado Plurinacional (DIDEP); Brasil que ha desplegado agentes antiterroristas de la Agencia Brasileña de Inteligencia (ABIN), y Chile que apoya a la seguridad regional a través de espías de Agencia Nacional de Inteligencia (ANI).