Michoacán, secuestrado por el narco
A manera de descargo, el mismo informe oficial del CNI señala que el dominio del Narco en la entidad no es nuevo. Indica que el narco se encuentra gobernando Michoacán desde hace por lo menos una década, desde que el gobernador priista Fausto Vallejo Figueroa entregó el gobierno estatal al Cártel de Los Caballeros Templarios
En Michoacán desde hace muchos años, al menos desde el 2014, no existe un gobierno constitucional ni civil que responda a la gente. Lo que se ha asentado en esta entidad es un gobierno del Narco, que ha logrado horadar las estructuras oficiales para convertirse en el único poder de mando sobre la población.
Lo anterior es señalado en un informe oficial que apenas hace dos semanas envió el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) a la oficina de la presidenta Claudia Sheinbaum. En dicho informe se refiere en subrayado que el gobierno estatal se encuentra rebasado por los cárteles de las drogas.
A manera de descargo, el mismo informe oficial del CNI señala que el dominio del Narco en la entidad no es nuevo. Indica que el narco se encuentra gobernando Michoacán desde hace por lo menos una década, desde que el gobernador priista Fausto Vallejo Figueroa entregó el gobierno estatal al Cártel de Los Caballeros Templarios.
Posteriormente el Cártel de Los Caballeros Templarios pactó con el siguiente gobernador, Jesús Reyna García, quien fue sometido por la PGR a un proceso penal, por su relación simbiótica de protección entre el gobierno estatal y las células criminales bajo el mando de Servando Gómez, La Tuta.
La persistencia del gobierno estatal de Michoacán, infiltrado por células del crimen organizado, continuó en la administración del gobernador Salvador Jara Guerreo, quien si bien es cierto no apoyó a ninguno de los cárteles locales para que se posicionaran, sí dio entrada a un grupo delictivo, integrado por policías del Estado de México.
Dicho grupo criminal, que operó en Michoacán durante todo el sexenio del presidente Enrique Peña Nieto, fue y es conocido hoy como el Cártel de Los Chilangos, al frente del cual se encontraba Alfredo Castillo Cervantes, mejor conocido como El Virrey, luego de ser enviado por la Presidencia como el negociador con los grupos de autodefensa.
A la conclusión del gobierno de Salvador Jara Guerrero llegó al cargo el gobernador Silvano Aureoles Conejo, bajo el signo del PRD y con el respaldo del grupo criminal autodenominado Los Viagra, un cártel que surgió de los grupos de autodefensa que financió el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto.
Tras la salida de Silvano Aureoles del gobierno estatal arribó por la vía del voto el gobernador de Morena, Alfredo Ramírez Bedolla, quien –continúa el informe del CNI- para ascender al cargo contó con el apoyo del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
Son 36 grupos de autodefensas
La presencia del Narco en los órganos de gobierno no solo se manifiesta con la infiltración del aparato estatal, también salta a la vista su presencia al existir al día de un grupo de por lo menos 36 células de autodefensas que fueron armadas por el gobierno de Peña Nieto y dejadas en operación al servicio de los cárteles de las drogas.
La presencia de los grupos del narco tanto al servicio del gobierno estatal como dentro de los grupos de autodefensa siempre fue informada al gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, solo que éste no quiso atender el problema.
La entonces secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, en su momento, intentó negociar una pacificación y un desarme con los grupos de autodefensa, pero recibió la contraorden del propio presidente Andrés Manuel López Obrador.
Esa retracción oficial fue aprovechada por el Cártel Jalisco Nueva Generación, encabezado por Nemesio Oseguera, “El Mencho”, para reclutar a la mayor cantidad de grupos de autodefensas, a fin de echarlos a la guerra contra los grupos antagónicos del narco.
A la fecha, de los 36 grupos de civiles armados, bajo la autodefinición de grupos de autodefensas, por lo menos 14 de ellos están al servicio del Cártel Jalisco Nueva Generación y otros 10 grupos están al servicio de La Nueva Familia Michoacana.
Otros cinco grupos de autodefensas se reconocen al servicio de Los Caballeros Templarios, cuatro están a las órdenes de Los Viagra, dos grupos de autodefensa operan para Los Blancos de Troya y otro grupo que sirve al cártel de Los Correa.
Con mayor presencia criminal
Los grupos criminales que mayor presencia registran en todo el territorio del Estado de Michoacán son seis: Cártel Jalisco Nueva Generación, Los Correa, La Nueva Familia Michoacana, Los Caballeros Templarios, Los Viagra y Los Blancos de Troya.
El Cártel Jalisco Nueva Generación es liderado por Miguel Ángel Gallegos, mejor conocido como “EL Migueladas”, y tiene amplia presencia, con control absoluto, en los municipios de Apatzingán, Aguililla, Tepalcatepec, Zamora, La Piedad, Cotija, Los Reyes, Uruapan y Coalcomán.
El Cártel de Los Correa es liderado por Daniel Correa, “El Tigre”, con presencia en los municipios de Zitácuaro, Irimbo, Tlalpujahua, Maravatío, Ciudad Hidalgo, Ocampo, Indaparapeo, Charo, Zinapécuaro, Queréndaro, Tarímbaro y Morelia.
Por su parte, el Cártel de la Nueva Familia Michoacana, encabezado por los hermanos Jhony Hurtado, “La Mojarra”, y José Hurtado, “La Fresa”, mantienen presencia en Numarán, Zináparo, Churintzio, Tanhuato, Yurécuaro, Vista Hermosa, Ecuándureo, Puruándiro, Panindícuaro y Pastor Ortiz.
El grupo criminal de Los Caballeros Templarios es encabezado por Homero Gonzalez Silva, El Gallito, y su presencia se extiende a los 113 municipios del estado, en donde mantiene confrontaciones con diversos grupos criminales en busca del control regional.
Por lo que hace al grupo denominado el Cártel de Los Blancos de Troya, esta agrupación está encabezada por Cesar Sepúlveda “El Boto”, delimitando su presencia a la zona de Tierra Caliente, principalmente la región de Huetamo, Lázaro Cárdenas, Chinicuila, Churumuco y Tumbiscatío.
Por lo que hace al Cártel de Los Viagra, esta agrupación mantiene presencia en los municipios de la Meseta Purépecha, principalmente en Uruapan, Paracho, Charapan, Santa Clara, Tingambato, Pátzcuaro, en donde se mantiene el liderazgo de Nicolas Sierra Santana.
Desplazados por la violencia
Como efecto de la presencia de los grupos del narco, que se han apoderado de la gobernanza en el estado de Michoacán, en el 2024 se ha registrado el mayor éxodo de michoacanos que han tenido que salir de sus regiones, a causa de la violencia.
De acuerdo a estimaciones de fuentes de la Iglesia Católica en Michoacán, se estima que solo en los primeros diez meses de este año, por lo menos 120 mil personas tuvieron que dejar sus localidades, empujados por la ola de violencia.
Por secuestros, extorsiones, homicidios de familiares directos o despojos de sus propiedades, en promedio mensual casi 12 mil personas por mes tuvieron que salir de sus localidades en la zona de Tierra Caliente. El destino de la mayoría de los michoacanos desplazados fue la zona fronteriza norte del país.
Las principales ciudades destino de los michoacanos desplazados por la violencia fueron Tijuana, Mexicali y Nogales. En esas localidades fue la Iglesia católica la que ayudó a gestionar algunas citas de asilo con el gobierno de Estados Unidos, de las que por lo menos unas 2 mil de ellas sí pudieron prosperar.
El desplazamiento forzado interno que se padece en Michoacán es una realidad que el propio gobierno estatal se niega a reconocer. Para el gobierno de Michoacán, no solo no existe el desplazamiento forzado interno, tampoco existen grupos delictivos relacionados al narcotráfico tomando control de gobierno estatal y locales.
Alcaldes desplazados
A causa de la violencia que se vive en Michoacán, en donde todos los gobiernos municipales han sido infiltrados por todos los cárteles y grupos del narco, unos mediante el diálogo y el convencimiento y otros a través de la amenaza o mediante el terror, la mayoría de los alcaldes no están despachando en sus localidades.
De 112 municipios que cuentan con presidente municipal, en la mayoría de ellos, los presidentes o presidentas, por seguridad, despechan desde oficinas improvisadas en sus casas o en localidades aledañas. Solo se hacen presentes en los palacios municipales cuando se trata de sesiones de cabildo.
Los 13 municipios que se encuentran aledaños a la cabecera municipal de Morelia, la capital del estado, sus presidentes despachan en casas particulares, a veces en la mesa de un café bajos los portales de la plaza principal, porque en sus localidades no cuentan con la seguridad adecuada ante el temor de ataques de los grupos del narco.
La totalidad de los alcaldes de la zona aledaña a la ciudad de Morelia han optado por despachar o atender allí asuntos de gobernanza de sus municipios, porque en la capital del Michoacán es notoria la presencia de las fuerzas federales haciendo labores de seguridad pública.