¿Y si desaparecemos los gobiernos municipales?
El reclamo hecho por la presidenta a las y los gobernadores debió también haberse hecho a los alcaldes de todo el país, los que en este México violento nadan de muertito dejando al gobierno federal toda la responsabilidad mediática de la violencia.
El reclamo que hizo la presidenta Claudia Sheinbaum a las y los gobernadores de la federación, para que tengan más empatía y una participación más activa en materia de seguridad en sus propias entidades, debió haber sido para los alcaldes de los 2 mil 460 municipios de todo el país.
No es que los gobernadores no se hayan merecido el jalón de orejas. Se lo merecen por el solo hecho de que muchos de esos gobernadores y gobernadoras se encuentran coludidos con el crimen organizado, de quienes se reciben instrucciones para gobernar.
La mayoría de los gobernadores, sin importar el partido en el que militen, hoy soy corresponsables del clima de inseguridad y violencia que se vive en todo el país, por el solo hecho de haber permitido que la corrupción y los nexos con la delincuencia se anidaran en sus respectivos círculos de gobierno.
Por esa razón, la presidenta Sheinbaum les hizo un fuerte reclamo a todos los y las gobernadoras del país, y para dejar —además— bien asentado que no solo es el gobierno federal el responsable de la ola de violencia que parece imparable en todo el territorio nacional.
Pero el reclamo hecho por la presidenta a las y los gobernadores debió también haberse hecho a los alcaldes de todo el país, los que en este México violento nadan de muertito dejando al gobierno federal toda la responsabilidad mediática de la violencia.
El reclamo por la falta de toma de decisiones en materia de seguridad debió dirigirse a todos los alcaldes de México, a los que se les ha normalizado en el abandono de sus funciones y hasta se les ha romantizado por la falta de programas locales de gobernanza.
Son los primeros respondientes
De acuerdo a lo establecido dentro del Artículo 115 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, el municipio es la unidad mínima de la división territorial y de la organización política y administrativa de los estados. Es la base de la demarcación territorial política del país.
Solo por lo anterior, en los gobiernos municipales es donde recae la primera responsabilidad de combate a la delincuencia y de preservación de la paz, porque en la Constitución se establece que es el municipio la mínima entidad política y administrativa de los estados de la federación.
Por esa razón, es que los gobiernos municipales tienen que ser obligados a cumplir con lo que se les ha marcado en la Constitución, porque es la célula administrativa mínima del gobierno mexicano y allí es donde deben comenzar los programas de gobierno.
Con el regaño que la presidenta Sheinbaum hizo a los gobernadores, pero no a los presidentes municipales, más que ignorar a los primeros respondientes del reclamo de seguridad de todos los mexicanos, en realidad está enfatizando quiénes son los que integran ese grupo político que ha pasado hasta ahora en forma discreta, en medio de la ola de violencia.
Ese señalamiento tácito hecho por la presidenta de México, al recordar sutilmente a los mexicanos quienes son la primera autoridad respondiente de los reclamos de la población, puede que tenga una intencionalidad mayor: iniciar un proceso de reforma constitucional para desaparecer a los gobiernos municipales.
Después de todo, ¿qué beneficio le representan a la población los gobiernos municipales? Ninguno. Solo significan un gasto desorbitado para sostener una clase política, que no un aparato de gobierno, que no sabe o no puede resolver problemas locales.
No hay gobiernos locales eficientes
En México, no existe un solo gobierno municipal que se distinga por su eficiencia administrativa o por la forma eficaz de responder a las necesidades de solución que se reclama de manera frecuente desde los vecinos.
Todos los gobiernos municipales turnan sus problemas, administrativos o de operación, al gobierno estatal o federal. Esa es como la principal regla que mueve a los gobiernos locales, los que cada vez se muestran menos interesados en la solución de conflictos o problemáticas sociales, mientras siga fluyendo el gasto corriente.
Desde la federación o desde el gobierno estatal es donde se resuelven cada uno de los problemas que se presentan en los gobiernos municipales, donde la principal razón de tal dependencia operativa es la falta de recursos que nunca son suficientes para los gobiernos locales.
En los gobiernos de los municipios nunca se tiene el dinero suficiente para atender los problemas de su población local. La falta de dinero en los gobiernos municipales, sólo obedece a dos razones: el saqueo de los dineros, por parte de los funcionarios de primer nivel, y -por otra parte- la infiltración del crimen organizado, que cobra un porcentaje no menor al 30 por ciento de los fondos que maneja el gobierno local.
El crimen se nutre en los municipios
El crecimiento de los grupos del crimen organizado está intrínsecamente relacionado con la infiltración de los gobiernos municipales. Los grupos delictivos se incuban dentro de las administraciones locales, en donde se nutren con altos porcentajes del presupuesto de egresos.
Solo quien no quiere verlo, no lo ve. Pero, en todos los gobiernos municipales del país está presente el crimen organizado, células de los cárteles de las drogas, que medran con los recursos del gobierno municipal, a los que se accede porque sus operadores financieros son los mismos funcionarios municipales.
Las células de los cárteles de las drogas o los grupos del crimen organizado, porque pueden, ahora sobreviven de los altos porcentajes económicos, que van desde el 10 hasta el 40 por ciento, de los fondos entregados a los municipios, vía participación por la federación o los gobiernos estatales.
Esa es la nueva fuente de sostenimiento económico de los grupos criminales: las finanzas públicas. De los fondos entregados a los municipios para obras directas, programas de desarrollo, programas de salud, obras de alumbrado, trabajos de alcantarillado y drenaje, de eso ahora vive el narco y el crimen organizado.
Ante tal situación, y por ello llama el llamado que hizo la presidenta Claudia Sheinbaum a los gobernadores, pero no a los alcaldes, para que los encargados de las administraciones estatales se comprometan más con los trabajos de seguridad pública.
¿Por qué no se hizo el mismo llamado a los alcaldes? Por solo una razón, porque ellos, los presidentes municipales no son parte de la solución, sino más bien son parte del problema de inseguridad, y por ello podría estar cocinándose una reforma constitucional que permita la desaparición de los gobiernos municipales.
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