Historia de “Mi Burrito Sabanero” y el niño que lo popularizó
El villancico que nos hermana como hispanohablantes, y que no falta en las fiestas decembrinas en infinidad de géneros musicales, celebra el próximo año 4 décadas. Su creador, el venezolano Hugo Blanco, no imaginó el éxito que tendría hasta la actualidad la versión del niño que la interpretó.
“Con mi burrito sabanero, voy camino de Belén, si me ven, si me ven, voy camino de Belén” es quizá una de las estrofas más pegajosos del villancico “Mi Burrito Sabanero” en las fiestas de la temporada navideña cada diciembre en infinidad de géneros musicales de habla hispana: desde son cubano, guaguanco, guaracha, cumbia, banda, mariachi, bachata, norteño, merengue, pop, reguetón, hasta corridos tumbados.
Ha sido interpretado por un amplio rango de artistas como la leyenda de la música venezolana Simón Díaz, el cantante colombiano Juanes, el puertorriqueño Elvis Crespo, el español David Bisbal, el panameño Nigga; en México, lo ha interpretado la Banda El Recodo, la Magnifíca del Sureste, Fuerza Regida, Grupo Cañaveral, Mariachi Vargas de Tecalitlán. En Estados Unidos, los grupos Aventura, versión bachata, y el grupo Calexico, en indie folk. Entre las versiones más recientes están la de Efecto SR, de corridos tumbados o “villancicos bélicos”.
Un villancico que nos hermana como latinoamericanos
Los estribillos de Mi Burrito Sabanero:
Tuki tuki tuki tuki
Tuki tuki tuki ta
Apúrate, mi burrito
Que ya vamos a llegar
Tuki tuki tuki tuki
Tuki tuki tuki tu
Apúrate mi burrito
Vamos a ver a Jesús
No falta en las calles, los hogares, las escuelas y hasta en centros comerciales; los niños y adultos lo cantan en las tradicionales posadas en México y en diversas tradiciones a lo largo de Latinoamérica.
El origen de “Mi Burrito Sabanero” o “El Burrito de Belén” como también se le conoce no es parte del repertorio de villancicos religiosos del siglo XVII y ni del XVIII cuando se hicieron famosos en Europa como parte de escenificaciones del nacimiento de Jesús en los templos católicos, ni de los que se adoptaron en Latinoamérica con sus diversas variantes a nivel regional. Es un villancico de los años setenta del siglo XX.
40 años de ser una de las mejores canciones navideñas de todos los tiempos
La letra y los arreglos musicales de Mi Burrito Sabanero las creó el maestro venezolano Hugo Blanco en 1975. Al ritmo musical lo llamó orquídea, ya que en él confluyen varios géneros como el son cubano, la guaracha y el guaguanco, según el presentador César Muñoz del programa Cata Musical.
“Primero la canta el reconocido músico, también venezolano, Simón Díaz” y después el niño Ricardo Cuenci de La Rondallita, le contó a la cadena británica BBC Mundo Aguasanta Márquez, actual directora del Coro Infantil Venezuela.
Pero la versión que tuvo más impacto fue la del Coro Infantil Venezuela conocido como La Rondallita. Es la más popular en la actualidad y “sigue siendo uno de los villancicos de referencia en la Navidad de América Latina, de España y de la comunidad latina de Estados Unidos”, de acuerdo con la BBC Mundo.
La revista estadounidense especializada en música, Billboard, la ha incluido en su lista de las 100 mejores canciones navideñas de todos los tiempos.
A Hugo Blanco le pareció que sonaría mejor en las voces de unos niños y contactó al Coro Infantil Venezuela, y a su director entonces, el también reconocido arreglista Raúl Cabrera. Como intrérprete solista eligieron al pequeño Ricardo Cuenci, de 8 años de edad.
La música para Ricardo Cuenci, que ahora tiene 58 años, fue parte de su vida: “Cuando yo tenía 4 o 5 años, mi papá participaba en una agrupación de música llanera”.
“Y yo agarraba una cajita de fósforos, le metía clavitos y empezaba a tocar maracas porque veía a los otros tocando maracas”.
Gracias a la gran amistad que tenía su padre con Raúl Cabrera, fue que Cuenci terminó cantando en La Rondallita. Y así el niño oyó “El Burrito de Belén” por primera vez.
“Recuerdo que estábamos grabando con el Coro Infantil Venezuela en un estudio. Estaba Hugo Blanco, estaba Raúl Cabrera y yo escuché la canción que había grabado Simón Díaz. Y yo me puse a tararear en los pasillos del estudio y a cantar El Burrito Sabanero. Entonces salen y escuchan lo que estoy cantando (…) Y como yo sabía que tenía cómo cantarlo, la canté (…) Incluso se tuvo que grabar como el Burrito Tabanero, porque yo no sabía pronunciar la S. Y así quedó”, relata Ricardo en entrevista para la BBC.
Una vez publicado el disco, el maestro Cabrera lo comenzó a introducir en las rockolas de todo Venezuela. Primero, comenzó a tener éxito en Caracas y de ahí se empezó a internacionalizar. La Rondallita llegó a Puerto Rico y fue un éxito, “pero lo cómico es que los niños que viajaron no son los mismos que grabaron. Entre los que viajaron no estaba Ricardo Cuenci”, recuerda Márquez.
“¡Se viajó! Hicimos dos viajes. La segunda vez estuvimos tres meses y cantábamos en todos lados. En zoológicos, en cuestiones nocturnas, en los hoteles, en los parques. En donde nos pidieran, cantaba”, relata Ricardo.
Se presentaban a nivel masivo llenado estadios, teniendo como representante legal a Edgardo Díaz, quien en ese entonces estaba formando la agrupación Menudo.
Después vinieron las desilusiones para Cueci: porque “tuvimos problemas con el manager o el patrocinante (…) Incluso tuvimos problemas con un hotel, nos sacaron del hotel y tuvieron que comprarnos ropa para poder cantar en otro sitio”.
Y nunca vio ningún tipo de regalías de la versión de Mi Burrito Sabanero a pesar de la popularidad que adquirió la canción en toda Latinoamérica y que aún mantiene.
“Uno como niño nunca supo nada de eso, ni de dinero, ni de cobros… Nunca se nos pagó ni un bolívar partido por la mitad, ni a mí ni a mis compañeros de La Rondallita”.
En entrevista para Cata Musical, Cuenci, con lágrimas en los ojos dijo: “quisiera que se hiciera justicia porque trabajamos, que se nos diera un reconocimiento, no es que estemos mendigando, porque había otros niños que necesitaban más que yo”.
Su papá no quiso que entrara a Menudo
Una oferta que pudo haber cambiado la vida de Ricardo Cuenci fue ser parte de Menudo, el famoso grupo de pop puertorriqueño al que perteneció Ricky Martin.
“A lo mejor a mi papá le faltó un poco de chispa”, lamenta Ricardo. “No me dejó, no me dejó y yo quedé así como que ‘mérmole’… ¡Y con Menudo!”
“Y llegó el momento en el que eso se apagó. Yo me apagué. No quise saber nada más del Burrito de Belén ni de La Rondallita ni nada de eso. Y me dediqué a lo mío, a mi familia, a mis cosas”.
Sin embargo, Cuenci estudió música, trabajó en el campo y actualmente labora en la publicidad. Mantiene contacto todavía con sus compañeros de La Rondallita y plantea lanzar una nueva versión de Mi Burrito Sabanero.
Se siente agradecido con el villancico y con la felicidad que le ha podido traer a tantas personas alrededor del mundo:
“Que cada niño en el mundo escuche esa canción y se llene de alegría a mí me llena un montón”.
“Que los llene de emoción, de esperanza, de ánimo, de nunca perder la fe. Si no fuese así, esa música ya hubiese desaparecido, por algo sigue sonando”.