Aun sin multas ni sanciones claras, policías ya detienen y extorsionan a usuarios de vapeadores

Todavía no están especificadas las multas, órdenes de aprehensión o sanciones para quienes produzcan, distribuyan o vendan cigarrillos electrónicos o vapeadores, mucho menos para los usuarios de dichos dispositivos ya sea en la vía pública o en lugares cerrados, sin embargo, usuarios de vapeadores ya están siendo perseguidos, detenidos y extorsionados por elementos policíacos en las calles.

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Luego de que la Comisión Permanente de la Cámara de Diputados recibiera 22 votos aprobatorios de los Congresos estatales a la reforma a los artículo 4º y 5º, este miércoles declaró constitucional toda actividad relacionada con cigarrillos electrónicos, vapeadores, así como la producción, distribución y enajenación de fentanilo ilícito y otras drogas sintéticas no autorizadas.

Sin embargo, todavía no están especificadas las multas, órdenes de aprehensión o sanciones para quienes produzcan, distribuyan o vendan cigarrillos electrónicos o vapeadores, mucho menos para los usuarios ya sea en la vía pública o en lugares cerrados.

Lo único que se lee es que a partir de la entrada en vigor de la modificación a dichos artículos de la Constitución, se derogarán todas las disposiciones que se opongan a la reforma y que una vez publicado en el Diario Oficial de la Federación (DOF), el Congreso de la Unión tendrá 180 días para definir el marco jurídico, establecer multas o penas por consumir, distribuir o comercializar vapeadores y fentanilo.

Vaperos, víctimas de persecución y extorsión

No obstante, el temor de los usarios de los vapeadores de que la prohibición sea con fines persecutorios, como lo publicamos en este espacio, ya está siendo una realidad:

Los entrevistados coincidieron en que con la prohibición de los vapeadores y los productos para usarlos se podrán en riesgo porque ahora solo los podrán adquirir en el mercado negro, “que no está regulado, y ni Dios sabrá qué nos venderán y a qué costo”.

Ernesto Carrillo nos compartió esa vez que temía que la prohibición fuera con fines persecutorios porque se legisla el vapeo casi a la par con la adición del contrabando en el catálogo de delitos que ameritan prisión preventiva oficiosa. “Imagínate que si voy a surtirme de líquidos para vapear puedo ser encarcelado por ser acusado de contrabando”, señalaba preocupado.

Un usuario de vapeadores, quien lleva utilizándolo tres años como alternativa para dejar de fumar, asesorado por asociaciones de cesación del tabaco, nos compartió a Cenzontle400.Mx su testimonio de cómo fue perseguido mientras circulaba y detenido por policías municipales, quienes catearon su automóvil y finalmente remitido a una agencia del Ministerio Público en los límites del Estado de México y la Ciudad de México. Cerca de la estación del Metro Impulsora.

“Me detuvieron policías porque dicen que está prohibido el uso del vaper cuando sabemos que está prohibido la distribuidor del mismo. Yo no vendo, yo soy consumidor; estaban en mi mochila, no estaba en uso, lo hicieron mientras manejaba”, relató el vapero, de quien nos reservamos su identidad por seguridad.

“Estoy en el Estado de México. Me dicen que no es una detención, que es una revisión para inhibir y prevenir robos. No eran de tránsito. Nos revisó todo el carro; dentro de mi mochila estaba el vaper. Uno no abierto, y un oficial me dijo: mira esto es un vaper, y de ahí se quiso agarrar el cabrón para extorsionarme”, narró angustiado.

A los policías, que no eran de tránsito, les dijo que él estaba informado y solicitaba el derecho a ser asesorado por organizaciones para ver cómo proceder en estos caso, pero le fue negado:

“Pero en corto me quisieron mover. Me llevaron al MP (Ministerio Público). No podían proceder porque todavía no está marcado como ilegal, yo no soy proveedor, ni vendedor, así como los marihuanos que no pueden ser detenidos si no rebasan la cantidad que es permitida. Fue una detención ilegal porque como tal yo no venía consumiendo, y estaba guardado el vaper en la mochila”.

Como saben los habitantes del Estado de México, que allí hay “otras leyes y si te agarran en curva los policías, y si te pones al pedo, los pinches puercos te chingan por no haber cooperado para la ocasión”.