Repite Gobierno de Sheinbaum Programa de Desarme fallido
La idea mal entendida del gobierno de la Cuarta Transformación sobre la atención a las causas con estrategias como ésta del desarme voluntario para reducir la violencia, la criminalidad e impulsar el combate al narcotráfico es realmente un placebo que en nada interfiere con los planes de los grupos delictivos como generadores de violencia, y, lo que es más, por medio de este programa se les ofrece en bandeja de plata un pueblo desarmado, indefenso y más vulnerable.
“Por tu familia, desarme voluntario”, programa de desarme, implementado en 2012 por Rosa Icela Rodríguez, sin resultados contundentes.
Ciudad de México.- Si usted no lo recuerda, permítame refrescarle la memoria. En 2012, el entonces jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera Espinosa, aquel hombre de baja estatura y grandes ambiciones, lanzó el programa de entrega voluntaria de armas “Por tu familia, desarme voluntario”, con el objetivo, según él, de “prevenir el delito y hacer frente a la violencia urbana derivada del uso de armas de fuego en la ciudad”, como aseguró él mismo en aquellos días.
En aquel entonces, Rosa Icela Rodríguez cobraba como secretaria de Desarrollo Social de la CDMX y encabezaba el programa, de la misma forma como lo hace ahora, como “la panacea de la paz”, prometía el canje de armas por ayudas económicas, lo cual nunca fue del todo cierto, a muy pocos les dieron dinero por sus armas, a otros les dieron enseres domésticos, y otros menos recibieron material informático, como lo habían prometido.
El canje voluntario de juguetes bélicos por juguetes didácticos y educativos, con el fin de promover la cultura de la paz y la no violencia, según Miguel Ángel Mancera, lograrían promover una cultura pacífica y prevenir los accidentes por arma de fuego en el hogar.
Según cifras oficiales (cifras de Rosa Icela, a saber), de 2012 a 2018, en la Ciudad de México, se lograron canjear más de 23 mil armas y 122 mil cartuchos y más de 15 mil juguetes bélicos por despensas, tabletas electrónicas y aparatos electrodomésticos, todo en coordinación con las delegaciones (ahora alcaldías), la Iglesia Católica, el Consejo Ciudadano de Seguridad Pública y Procuración de Justicia, la Secretaría de Seguridad Pública, el Ejército Mexicano y distintas dependencias del sector social.
El programa “Sí al desarme, sí a la paz”, presentado por la ahora secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, tiene muy pocas diferencias con aquel que presentó hace años junto con Miguel Ángel Mancera, también se realizarán en los atrios de las iglesias y participarán la Defensa y las policías.
Con base en los datos de investigación sobre seguridad ciudadana de la Ibero, ninguno de los objetivos del programa de desarme se ha cumplido, desde 2015, cuando el programa de desarme del gobierno de Miguel Ángel Mancera ya debía mostrar resultados, en la Ciudad de México se registraron 842 homicidios, 490 de ellos se cometieron con un arma de fuego; en 2016, 626 de 988 homicidios fueron con arma de fuego; en 2017, los decesos aumentaron mil 153 y 841 de ellos con un arma; en 2018, cuando terminó el gobierno de Miguel Ángel Mancera y su programa de desarme, se cometieron mil 599, siendo a mano armada mil 184 de ellos, lo cual explica perfectamente el fracaso del programa de desarme.
La idea mal entendida del gobierno de la Cuarta Transformación sobre la atención a las causas con estrategias como ésta del desarme voluntario para reducir la violencia, la criminalidad e impulsar el combate al narcotráfico es realmente un placebo que en nada interfiere con los planes de los grupos delictivos como generadores de violencia, y, lo que es más, por medio de este programa se les ofrece en bandeja de plata un pueblo desarmado, indefenso y más vulnerable.
Es tan absurdo como esto: el gobierno dará la cantidad de 23 mil 900 pesos a cambio de un arma larga útil; en la Frontera Sur de México, este tipo de armas puede conseguirse por un precio de entre 37 mil y 75 mil pesos, por la simple y muy sencilla razón de que se trata de un mercado negro, cualquier cristiano mexicano que posea un Cuerno de Chivo útil, no irá por ningún motivo al atrio de la Basílica de Guadalupe a entregarlo a la Segob ¡por Dios!, si es que se quisiera deshacer de ella, iría a venderlo a un lugar en donde pudiera conseguir el triple de lo que lo que ofrece la secretaria de Gobernación.
Ni la escultura “Molino por la paz”, del artista escultor Miguel Ángel Campos Ortiz, develada en 2021 y puesta en la esquina de Calzada de Guadalupe y Paseo de la Reforma, en la colonia Peralvillo, en la Ciudad de México, y fabricada con las armas entregadas por la ciudadanía ha logrado reducir la violencia, ni la incidencia, ni siquiera en la zona, ni ha colaborado en nada con la creación de una cultura de la paz, pues la Peralvillo sigue siendo una de las colonias más violentas y peligrosas de la Ciudad de México.
Ni Rosa Icela, ni Sheinbaum, ni el secretario de la Defensa, Ricardo Trevilla Trejo; ni el arzobispo de México, Carlos Aguilar Retes; ni Omar García Harfuch, entienden que las causas de la violencia y la tragedia son el desempleo, la pobreza, la desesperación, la impotencia, la impunidad y la corrupción y que esperar que alguno de Los Chapitos, que son los verdaderos generadores de violencia, salgan el domingo con sus armas a entregárselas al ejército, es una broma y que de ninguna manera, quitarle a las personas sus armas artesanales, hechizas, deportivas, juguetes bélicos, como fue demostrado en el periodo de Miguel Ángel Mancera, sirve para un carajo.