
En 2014, la justicia pareció tomar un respiro cuando Luis Alfredo Biasi, compañero de Leticia Salazar, fue encarcelado por delincuencia y extorsión.
Sin embargo, este acto de justicia no fue suficiente para erradicar el legado tóxico de su administración, que hasta la fecha, ese fantasma continúa ejerciendo influencia a través de varios medios de comunicación adquiridos con dinero de la delincuencia organizada y fondos públicos malversados.
A pesar de la transición a la administración del priista Jesús de la Garza Díaz del Guante, se documentó que más de 300 millones de pesos se lavaron en la compra de un periódico y dos estaciones de radio, así como en la creación de varios portales que más bien funcionan como trincheras en una guerra informativa enfocada en la extorsión más que en la información, aprendiendo bien el oficio durante los 3 años que estuvo preso en la universidad de Tamatán.
Estos medios no sirven al propósito del periodismo; son instrumentos de discordia y manipulación. Desde estas plataformas se ha orquestado la reciente crisis contra Beto Granados.
A diferencia de los externos que no son funcionarios públicos, sino particulares que fueron detenidos en #EUA, los acusados en estas líneas —Leticia y su pareja— sí han enfrentado a la justicia en México, contrastando con casos como el de Edgar Alejandro, cuyas acciones también señalan la extensión transfronteriza de estos delitos.

Eso no exime a nadie.
Las disputas en Matamoros no se limitan a enfrentamientos individuales; son conflictos que arrastran a comunidades enteras y familias, muchas veces atrapando a inocentes en el fuego cruzado. Con la inminente operación negra de ciertos individuos, surge la inquietante pregunta: ¿qué consecuencias traerá la cuando suelten al perro?

Este capítulo oscuro en la historia de Matamoros es un claro recordatorio de que las sombras del pasado aún proyectan su influencia sobre el presente, instando a la comunidad a mantenerse alerta y comprometida en la búsqueda incansable de la verdad y la justicia.
Mientras tanto, Beto Granados continúa al frente de la alcaldía, lidiando con la persistente influencia de propaganda negra de Leticia Salazar y Luis Alfredo Biasi, quienes desde sus medios en el Grupo Multimedia de Matamoros, Medios Masivos y otros, junto a sus prestanombres, no cesan en sus prácticas de extorsión disfrazadas de periodismo. Este es el escenario de un drama que aún no encuentra su final, donde los actores principales parecen dispuestos a mantener su guión, cueste lo que cueste.
Mientras no se le rece al Santo “asesor” inútil y traidor, todo estará bien.
Y todavía falta que rapen a la borrega mañosa.
A chambear.