Claudia Sheinbaum abre las puertas al peligroso fracking

Los estados que se verían seriamente afectados por el uso del fracking serían principalmente Nuevo León, Coahuila, Tamaulipas, Hidalgo y Puebla, en donde grupos ambientalistas durante el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto frenaron algunos proyectos trasnacionales

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Por. J. Jesús Lemus

La presidenta Claudia Sheinbaum, quien se ha declarado abiertamente a favor de la minería a cielo abierto, también ha manifestado simpatías por abrir un nuevo periodo de explotación de gas mediante la técnica de fractura hidráulica de la corteza terrestre, conocida como fracking.

No se ha dicho de manera oficial, pero en la pasada reunión de Claudia Sheinbaum con el primer ministro de Canadá, Mark Carney, se estableció el acuerdo para que empresas canadienses que quieran invertir en la extracción de gas natural en México, lo puedan hacer sin restricciones, incluso utilizando el destructivo método del fracking.

Los estados que se verían seriamente afectados por el uso del fracking serían principalmente Nuevo León, Coahuila, Tamaulipas, Hidalgo y Puebla, en donde grupos ambientalistas durante el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto frenaron algunos proyectos trasnacionales.

El rechazo al método del fracking para la extracción de gas natural no es porque sí. Se trata de uno de los métodos mas dañinos para el ecosistema, el que terminar por fracturar mediante presión hidráulica la superficie de la tierra, solo con la finalidad de extraer el gas contenido en oquedades rocosas.

La voz de alerta está dada por parte de ambientalistas, los que ha denunciado que al menos 26 municipios de Nuevo León se encuentran ya dentro del mapa que el gobierno federal ha autorizado para la extracción de hidrocarburos, mediante esta técnica prohibida en otros paoses, lo que podría generar a corto plazo una serie de conflictos sociales de grandes dimensiones.

Más allá de peligrosidad que representa la permisión del uso de la técnica de fracking para la extracción de hidrocarburos como lo ha alertado de manera insistente la organización FUNDAR A.C., pareciera que los planes de atracción de Inversión Extranjera Directa , mediante la cual se ha posibilitado la cesión de la riqueza petrolera, están diseñados para entregar los activos petroleros de la nación al grupo de empresarios favoritos de las últimas tres administraciones federales: Carlos Slim, Germán Larrea y Alberto Bailléres.

De acuerdo con FUNDAR A.C., “las consecuencias de este proceso –de entrega de activos de la riqueza nacional a través de la Reforma Energética a particulares- se verán en los próximos años, cuando los nuevos operadores, donde se encuentran los gigantes energéticos cuyas ventas son superiores a 50 mil millones de dólares y, en algunos casos, superan 200 mil millones de dólares, comiencen a generar hidrocarburos en el país”.

Entre esos grandes operadores del petróleo a los que sin ninguna restricción el gobierno federal les ha comenzado a entregar la riqueza del subsuelo mexicano, se encuentran titanes capitalistas como “la empresa inglesa British Petroleum (BP), las estadounidenses Exxon y Chevron, la italiana ENI S.P.A. o la china CNOOC. Empresas cuyas actuaciones en varios países de América Latina, Asía y África han estado ligadas a episodios de contaminación ambiental, desplazamiento de comunidades nativas y encarcelamiento de opositores, corrupción y sobornos para adquirir contratos”.

Incluso, reconoce FUNDAR A.C., algunas de estas empresas han sido señaladas de promover grupos la participación paramilitares para la defensa de sus intereses económicos, como es el caso de BP en Colombia o ExxonMobil en Nigeria, las que son señaladas de sembrar el terror entre las comunidades y los territorios donde mantienen operaciones, a fin de desalentar la lucha comunal de defensa del territorio y el agua, persiguiendo a los líderes de esa resistencia.

A la antiética actuación de las petroleras trasnacionales que han encontrado un nicho inmejorable de inversión en México, se suma también la cuestionada moralidad de algunas empresas mexicanas que han incursionado en el campo de la explotación petrolera, como es el caso de Tonalli Energy, Diavaz, Roma Energy Holdings, Strata Campos Maduras, Sierra Oil & Gas, la que mantienen vínculos con ex secretarios de Estado, ex directores generales de Pemex y grupos financieros internacionales, que les garantizan una privilegiada posición en su negocios.

Por eso se estima que en esta ocasión, en que México ha abierto las arcas de su riqueza petrolera a la voracidad capitalista, habrá de suceder lo mismo que se vivió en la década de 90’s, cuando se privatizó la industria de las telecomunicaciones, la minería, los ferrocarriles y los servicios financieros, lo que solo sirvió para hacer crecer las fortunas personales de empresarios como Carlos Slim, Germán Larrea y Alberto Bailléres, “riquezas que han estado ligadas al poder político, la concentración de la tierra y la privatización de recursos naturales, y que –de acuerdo con reportes internacionales– en 2014 acaparaban 9 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) de México”.

De acuerdo con FUNDAR A.C., sólo el grupo de Alberto Bailléres –por medio de la Petrobal, en conjunto con un fondo de inversión estadounidense– ha ganado dos bloques para extraer hidrocarburos en el mar del Golfo de México. No obstante, tanto Carlos Slim como Germán Larrea han inscrito empresas en planes de extracción mediante el fracking, como Carso Oil & Gas y Controladora de Infraestructura Petrolera.