Será Hernán Bermúdez el sepulturero de la carrera política de Adán Augusto López

Por. J. Jesús Lemus
Con la llegada del repatriado Hernán Bermúdez Requena, sin duda alguna se dará una colisión dentro de Morena, en donde las culpas y complicidades se habrán de repartir al por mayor, comenzado por el senador Adán Augusto López Hernández, quien tendrá que comparecer ante el Ministerio Público de la Federación.
Hasta hoy Adán Augusto López Hernández, en una suerte de favor hacia los mexicanos ha dicho que si su declaración es requerida acudirá a rendirla ante el Ministerio Público. Pero no es un favor el que Adán Augusto hace a los mexicanos. Las ínfulas de este delincuente deben quedar delimitadas a su responsabilidad como funcionario público.
Que no nos haga ningún favor, que comparezca -como es su obligación- ante el Ministerio Público y que allí explique cómo y porqué no se dio cuenta que su secretario de Seguridad Pública en el gobierno de Tabasco estaba liderando el Cártel de La Barredora.
Adán Augusto López debe explicar cómo fue que Hernán Bermúdez entró en contacto y estuvo en negociaciones con Sergio Carmona Angulo, El Rey del Huachicol, y cómo este le compartió la red de empresas que ayudaban a distribuir en el mercado el combustible robado.
Debe el senador López Hernández explicar ante el Ministerio Público de la FGR, hasta dónde supo Andrés Manuel López Obrador sobre la operación de la red de huachicol que extendió Hernán Bermúdez, y cómo fue que los hijos del presidente, Andrés Manuel, Andy, y Gonzalo, Bobby, López Beltrán terminaron involucrados en el negocio.
El deposo del senador López Hernández es fundamental para conocer cómo fue que desde la Secretaría de Gobernación no se prendieron las alertas cuando se supo que los hermanos Farías Laguna, sobrinos del entonces titular de la Marina, Rafael Ojeda Durán, se involucraron en la protección de la red de extracción de crudo en Minatitlán, Veracruz, para ser refinado en Texas.
Y debe, sin lugar a duda, explicar cómo fue y bajo que circunstancias se dio el cómodo asesinato de Sergio Carmona Angulo, el que era el constructor y propietario de la red de huachicol que terminó al servicio de Los Hermanos Farias Laguna y de Hernán Bermúdez Requena.
La versión del senador Adán Augusto López Hernández también es necesaria para conocer la participación de su correligionaria, la senadora tamaulipeca Olga Sosa Ruiz, la que terminó siendo recipiendaria de una parte de la fortuna de El Rey del Huachicol.
Se nos debe explicar a los mexicanos, desde la óptica del senador Adán Augusto, cómo fue que Olga Sosa, aún sin ser senadora, conectó a Sergio Carmona con la dirigencia nacional de Morena, entonces encabezada por Mario Delgado, quien no tuvo empacho para asociarse también en el negocio del huachicol.
Solo una declaración de Adán Augusto López nos daría certeza sobre cómo empataron Sergio Carmona, Rubén Rocha Moya, Olga Sosa Ruiz y Alfonso Durazo Montaño, quienes de manera conjunta extrajeron dinero de la actividad huachicolera para financiar diversas campañas políticas, incluidas las de los dos hoy gobernadores y la de la hoy senadora Sosa Ruiz.
Adán Augusto López Hernández debe muchas explicaciones ante el Ministerio Público de la Federación, pero una de las más poderosas es saber cómo el entonces Jefe de la Oficina de la Presidencia de la República, Alfonso Romo, terminó por poner sus bancos y casa de bolsa a disposición del Cártel del Huachicol para lavar activos del crimen.
Con su llegada a México, Hernán Bermúdez podrá poner en claro cual fue también el papel de Pablo Gómez, el que desde la Unidad de Inteligencia Financiera nunca supo ni vio nada dentro del sistema bancario nacional sobre los altos volúmenes económicos en que se traducía la actividad criminal del Cártel del Huachicol.