Por. J. Jesús Lemus/La Opinión de México
Ciudad de México. –En círculos oficiales del gobierno federal se corre la versión de una propuesta de pacto, ofrecida por “El Mayito Flaco”, Ismael Zambada Sicairos, a Omar García Harfuch, donde ofrece deponer las armas y alcanzar la paz en Sinaloa, solo si las fuerzas federales se comprometen a la captura o anulación de los hermanos Jesús Alfredo e Iván Archivaldo Guzmán Salazar.
También se sabe del compromiso establecido por la presidenta Claudia Sheinbaum frente al presidente Donald Trump, al que le ofreció que “en un plazo razonable” se logrará la captura de los hermanos Jesús Alfredo e Iván Archivaldo Guzmán, conocidos como Los Chapitos, quienes son los dos más importantes generadores de violencia en México y principales exportadores de drogas a Estados Unidos.
De concertarse cualquiera de las dos versiones, implícitamente conllevan al fin de la Guerra en Sinaloa, la que a un año y dos meses de haber estallado ya ha acumulados 3 mil 600 personas asesinadas, más de 2 mil personas desaparecidas y por lo menos 30 mil personas desplazadas de su lugar de residencia hacia otros estados del país.
La Guerra en Sinaloa estalló el cinco de septiembre del 2024, luego que el 25 de julio de ese mismo año, Ismael Zambada García, “El Mayo” y jefe fundador del cártel de Sinaloa, fuera secuestrado Y/o entregado por Joaquín Guzmán Salazar a por lo menos cinco agentes de la DEA, con los que el mismo Mayo Zambada había acordado su entrega para ser Testigo Protegido en Estados Unidos.

La guerra de Los Chapos contra Los Mayos, que en términos prácticos es una confrontación violenta entre las familias de Joaquín Guzmán Loera, “El Chapo”, e Ismael Zambada García, “El Mayo”, las que buscan el control de la marca criminal del Cártel de Sinaloa, es también una de las principales preocupaciones en materia de seguridad para el gobierno mexicano.
La captura de los líderes de ambos cárteles, de Ismael Zambada Sicairos, de Los Mayos, y Jesús Alfredo e Iván Archivaldo Guzmán Salazar, de Los Chapos, también es una preocupación para el gobierno de Estados Unidos. El presidente Donald Trump, ha insistido en la anulación de los jefes criminales mexicanos, como una señal de buena voluntad del gobierno mexicano.
La premisa establecida por el presidente Trump a la administración de la presidenta Claudia Sheinbaum, a la que ha señalado de tener miedo por el imperio de los cárteles de las drogas, es la de imponer sanciones arancelarias a los productos mexicanos de exportación que busquen mercados de consumo en Estados Unidos.
Por eso la urgencia de la presidenta Sheinbaum. Ella sabe que si son detenidos de manera urgente los miembros del crimen organizado: “El Mayito Flaco” y Los Mayitos”, lo más seguro es que Estados Unidos no aplique los planes arancelarios que ha dejado suponer para los productos mexicanos, con lo que se salvaría la economía regional.
La propuesta de un pacto
De acuerdo con versiones extraoficiales del área de inteligencia del gobierno mexicano, el pasado fin de semana un particular se contactó con el secretario de Seguridad Pública, Omar García Harfuch, al que le dijo que portaba un mensaje de “El Mayito Flaco”, una propuesta que consistía en deponer las armas en cuanto el gobierno federal se lograr la captura de los hermanos Guzmán Salazar, “Los Chapitos”.
El mensaje que fue escuchado de manera puntual por el secretario de Seguridad, Omar García Harfuch quedó sin respuesta. Se presume que el secretario Harfuch ha consultado con la presidenta Sheinbaum, la viabilidad de la pacificación del país, luego de haber entrado en comunicación con “El Mayito Flaco”.
La comunicación entre el titular federal de la Secretaría de Seguridad y “El Mayito Flaco”, fue lo que generó -desde adentro del aparato de seguridad del gobierno mexicano- la versión equívoca de que Ismael Zambada Sicarios, “El Mayito Flaco”, había sido detenido por fuerzas federales. En realidad, solo se dialogaba con él.
Hasta donde se sabe, Ismael Zambada Sicairos no solo ofreció deponer las armas, si se logra la inmediata captura o aniquilación de Los Chapos por parte de las fuerzas federales. “El Mayito Flaco” también comprometió la declaración de su padre Ismael Zambada García, “El Mayo”, la que está programada para enero del 2026, en donde se presume que se podría mencionar el nombre de Andrés Manuel López Obrador.
La presunta oferta hecha por EL Mayito Flaco al secretario de Seguridad, podría ser también la base de las negociaciones que en el inicio de esta semana comenzó la presidenta Sheinbaum con el presidente Trump, al que le ha ofrecido estrechar las medidas de seguridad y combate a los grupos narcoterroristas que operan en México, a fin de evitar una escalada en aranceles a los productos mexicanos que van al mercado norteamericanos.
Esa misma comunicación de El Mayito Flaco con Omar García Harfuch podría ser la base de las declaraciones hechas recientemente por el propio secretario de Seguridad, cuando compareció ante los diputados federales. Harfuch fue enfático refiriendo su obligación de pacificar el país.
No es el primer pacto que se hace
La presunta comunicación entre Harfuch y El Mayito Flaco, que apunta hacía una negociación del Estado mexicano con un grupo de los Cárteles de las drogas, esta vez es con el fin de terminar con la ola de violencia y desarticular una guerra que se dice de Sinaloa pero que hoy en día se ha extendido a por los menos 16 estados del país.

Al parecer, esta vez el pacto entre narcos y autoridades no pretende beneficios personales para el representante de la fuerza de seguridad del Estado, como fue en su momento el caso de Genaro García Luna. Ahora -al parecer- lo que se busca es el imperio de la ley y la paz, aunque implícitamente conlleve a la impunidad de un grupo de narcotraficantes, encabezados por Ismael Zambada Sicairos.
Esta no es la primera vez que el Estado mexicano, dentro de la desesperación de ver que sus acciones no están impactando en la disminución de la delincuencia, tiene que buscar el diálogo. Hechos como estos ya habían sucedido en el gobierno de Felipe Calderón, cuando el secretario Genaro García Luna convocó a una cumbre del narco a los principales jefes de las agrupaciones criminales de aquel tiempo.
En el tiempo de Felipe Calderón, el encargado de esa encomienda, la de dialogar con los jefes de plaza de las principales organizaciones criminales, en busca de alcanzar la paz, fue Sergio Enrique Villarreal Barragán, “El Grande”, el jefe de sicarios de Arturo Beltrán Leyva.
Él convoco a una reunión fallida en donde estarían Ismael Zambada García, Joaquín Guzmán Loera, Francisco Arellano Félix, Arturo y Héctor Beltrán Leyva, Vicente Carrillo Fuentes y los jefes de la Familia Michoacana y Los Caballeros Templarios, Jesús “El Chango” Méndez y Servando Gómez Martínez, “La Tuta”.
El presunto acercamiento de El Mayito Flaco con el titular de la Secretaría de Seguridad podría ser la punta de lanza de una estrategia de seguridad, donde el método podría ser cuestionable, pero los resultados seguramente no. Por eso, tal vez, hoy hay plena confianza en la primera esfera de gobierno de que pronto se logrará la paz.
