La COP30 en Brasil, un fracaso

Con la ausencia de Estados Unidos y la poca participación de China, la 30ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP30), que debería reunir a los 198 países firmantes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, se realizó del lunes 10 de noviembre al viernes 21 en Belém, Brasil. Luego de casi dos semanas, los resultados de dicha convención son, cuando menos, un fracaso: se pospuso la eliminación de combustibles fósiles y los acuerdos no cumplieron las expectativas de combate al cambio climático propuestas en el Acuerdo de París, que busca limitar el calentamiento global por debajo de los 2 grados centígrados.

Luego de que en 2023, durante la COP28, se lograra un acuerdo histórico para comenzar una transición global que deje atrás el uso de combustibles fósiles como el petróleo, el carbón y el gas, responsables principales del calentamiento global, varios países expresaron su decepción ante los débiles acuerdos logrados durante la COP30, en la que incluso se evitó mencionar la palabra “fósiles” gracias a la oposición de países productores de petróleo como Arabia Saudita, Omán, Egipto e India, así como a la ausencia del principal país petrolero y segundo lugar en emisiones de gases de efecto invernadero a nivel mundial: Estados Unidos.

Estados Unidos evitó el envío de delegados, reafirmando su posición al abandonar el Acuerdo de París en enero de 2025, algo que el presidente Donald Trump ya había realizado durante su primer mandato, cuando se retiró en 2020, para que al año siguiente la administración del expresidente Joe Biden se reincorporara a dicho acuerdo. El argumento de Trump para abandonar el Acuerdo es que suscribirlo significa una carga “injusta” para Estados Unidos, afirmando que el país no “saboteará” su industria nacional “mientras China contamina con impunidad”, dijo el mandatario luego de que, en 2024, graves incendios forestales provocaran desastres en territorio estadounidense como consecuencia del cambio climático.

Ante la desinformación y el negacionismo de personajes mediáticos y poderosos como el mismo Donald Trump, los acuerdos finales contemplan reconocer la necesidad de abordar la desinformación climática, comprometiéndose a promover información legítima y contrarrestar narrativas cuyas bases no sean científicas.

El texto final de la COP30 incluye el compromiso de movilizar por lo menos 1.3 billones de dólares anuales para 2035, destinados a acciones contra el cambio climático, así como triplicar el financiamiento para la adaptación.

Después de casi dos semanas de negociaciones, el resultado más importante es el lanzamiento de dos iniciativas: el Acelerador de Implementación Global y la Misión de Belém, orientadas a mantener el calentamiento global por debajo de 1.5 grados centígrados, con el objetivo de ayudar a los países a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero y adaptarse a los impactos del cambio climático.

Durante la clausura, el presidente de la COP30, André Corrêa do Lago, reconoció que hubo temas que quedaron fuera del acuerdo: “Sabemos que algunos de ustedes tenían mayores ambiciones en algunos de los temas en cuestión”.