Por. J. Jesús Lemus
Los Blancos de Troya, el grupo criminal identificado como Cártel de Las Drogas, sobre el que el gobierno federal ha lanzado un especial seguimiento para su desarticulación -porque es uno de los grupos criminales que han llevado al alza la violencia en Michoacán-, en realidad es un grupo que nació como autodefensa, para combatir al Cártel de los Caballeros Templarios.
En el 2016, ese grupo armado que se había anunciado como “garante de la seguridad en Tierra Caliente” y ellos mismos se autodenominaron Los Blancos de Troya, eran mayormente autodefensas, en realidad era un grupo que escindió de los grupos de autodefensa dispersos en la zona de Tierra Caliente, mayormente de los que pertenecieron a Luis Antonio Torres, El Americano.
Hasta donde algunos agentes de campo de la federación tienen conocimiento, este grupo armado desde que nació contó con el financiamiento para armarse, por parte de algún cartel de las drogas, entre ellos el Cartel Jalisco Nueva Generación, pero siempre usando la figura de los grupos de autodefensa, que nacieron para erradicar la presencia de los remanentes del cartel de los Caballeros Templarios.
En la estructura de este grupo podrían estar integrados también algunos exmiembros integrantes del movimiento de autodefensas que en su momento formaron parte del grupo del doctor José Manuel Mireles, los que en forma muy dispersa siguen en una confrontación a muerte con algunas células del cartel de los Templarios.
De acuerdo con datos de agentes de campo del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) la aparición y movilización del grupo Los Blancos de Troya podrían estar financiadas con recursos del Cartel Jalisco Nueva Generación, el que no ha cesado la pelea por el control de la zona de Apatzingán y la región limítrofe de Jalisco y Michoacán.
La principal sospecha que apunta hacia el financiamiento del Cartel Jalisco Nueva Generación hacia este grupo es la utilización de armamento de origen soviético –por los lanzagranadas que se observan en la fotografía de presentación en redes sociales-, similar al que a veces ha utilizado, o se les ha incautado, al Cartel de Jalisco.
De acuerdo a la hipótesis de agentes federales, Los Troyanos podría ser uno grupo que pudiera tener al menos cerca de 200 integrantes, todos fuertemente armados, con armas también de fabricación alemana y formación paramilitar que se denota en la forma en que portan sus armas con las que aparecen en las fotografías que circulan en redes sociales.
Tras el anuncio de la aparición de ese grupo de supuestos Autodefensas Los Blancos de Troya, las estimaciones de los órganos de inteligencia del gobierno federal apuntan a la posibilidad de que esa organización se comience a nutrir con integrantes de los grupos de autodefensa que han quedado acéfalos, tras el asesinato o encarcelamiento de sus comandantes.
Las regiones de Huetamo y Aquila, en donde los jefes de los grupos de autodefensa han sufrido un ataque frontal de las células del cartel de los Templarios, podrían ser las que más integrantes estén aportando al grupo Los Blancos de Troya, sobre todo el grupo de Huetamo, el que perdió a su comandante Camilo Santana.
El comandante Camilo Santana, uno de los que más intensamente respaldaron el llamado del doctor José Manuel Mireles Valverde, cayó abatido a manos de un sicario, cuando sostenía una reunión de organización.
También el grupo de autodefensa de Aquila, el que organizó Agustín Villanueva Ramírez, que fue encarcelado por un proceso penal solicitado por la minera Ternium, nutrieron las acciones del grupo de supuestos autodefensas Los Blancos de Troya, según estimaciones del CNI.
Otro de los grupos de autodefensa que podrían haber sumado para hacer crecer las acciones de Los Blancos de Troya, de acuerdo a fuentes federales, podría ser el grupo del malogrado candidato de Morena a la presidencia municipal de Yurécuaro, el del asesinado Enrique Hernández Salcedo, en donde se estima que al menos 50 autodefensas buscaron cobijo en agrupaciones hermanas alzadas en armas contra los Templarios.
Frente al panorama de posicionamiento del grupo Los Blancos de Troya, sumado al nacimiento del grupo de autodefensa en Ucareo –sin armas de fuego-, y pese a la movilización de los agentes de inteligencia federal, la Secretaría de Gobernación no reconoce el anunció en redes sociales como el nacimiento de un nuevo grupo armado.
El gobierno estatal, ni siquiera ha manifestado postura entorno al surgimiento y actividad del grupo de Los Blancos de Troya. En el universo del gobernador Alfredo Ramírez Bedolla es el idilio del Michoacán en calma, donde todo está bien, porque así se lo indican las cifras que él tiene, según ha insistido ante el gremio periodístico.
¿Cuánto cuesta armarse en Michoacán?
De acuerdo a versiones de integrantes de los grupos de autodefensa de la zona de la costa, “armarse no cuesta mucho”, en la zona de Lázaro Cárdenas, donde el tráfico de armas es más intenso que en cualquier otra parte del país, el costo de una pistola calibre .9 milímetros, como las armas de cargo de los policías federales, llega a tener un precio promedio de 3 mil a 7 mil pesos, dependiendo si ya fue usada o si es nueva.
Los fusiles de asalto, principalmente los Ak-47, en buen estado, de medio uso si provienen de Europa o Asia, llegan a tener un precio promedio de 5 mil pesos. Los hay hasta de 15 mil pesos, pero son los que llegan nuevos desde alguna tienda del sur de Texas, Nuevo México, Arizona o California. Los rifles de asalto de fabricación china, que son altamente cotizados entre las autodefensas, tienen un precio promedio de 4 mil pesos.
El costo de las granadas de fragmentación, que también se pueden conseguir en el mercado negro de la zona costera, llegan a tener un precio de 2 mil pesos cada unidad. Los rifles lanzagranadas alcanzan un valor económico de hasta 25 mil pesos. Los lanzagranadas soviéticos como los que aparecen en la foto de Los Blancos de Troya, que provienen de Afganistán, tienen un precio de 36 a 40 mil pesos.
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