Una vez Héctor Aguilar Camín fue comunista… dice su expediente desclasificado de la DFS

El presidente Andrés Manuel López Obrador de manera frecuente busca sus propios némesis para salir victorioso en sus batallas discursivas de todos los días en Las Mañaneras. Uno de esos némesis predilectos de AMLO es Héctor Aguilar Camín… Aquí unas pinceladas para conocer quién es Aguilar Camín, según el expediente que en su momento le integró la Dirección Federal de Seguridad (DFS)

Ciudad de México, 31 de mayo .- En su juego preferido, buscando y construyendo sus propios fantasmas, nadie le gana al presidente López Obrador. Esa es una de sus fascinaciones. Sin eso, no sería Andrés Manuel. Uno de los némesis que López Obrador ha creado para poder sostener el mito de su lucha y su resistencia política se llama Héctor Aguilar Camín.

En sus conferencias mañaneras, en promedio por año, el presidente López Obrador se ha referido a Héctor Aguilar Camín en no menos de 20 ocasiones. Desde el imaginario presidencial, el escritor es referido como el artífice de un mando conjunto de intelectuales que se han unido para oponerse y descarrilar al gobierno de la llamada Cuarta Transformación.

A Héctor Aguilar Camín se le ha acusado desde el pulpito presidencial de ser portavoz de la ultraderecha, por estar a favor de la inversión privada en Pemex y en contra de la gratuidad de la educación, incluso se le ha acusado de ser punta de lanza en la estrategia del régimen priista de crear intelectuales orgánicos para inyectar en el tejido social las más conservadoras políticas públicas de gobernanza.

Sin embargo, hubo un tiempo en que ―al ser espiado desde el régimen de Miguel de la Madridla Dirección Federal de Seguridad (DFS) de la Secretaría de Gobernación estableció que Héctor Aguilar Camín era un izquierdista, pro Cuba, anti priista, que visitaba a guerrilleros en la cárcel, y que se negaba a dialogar con el entonces secretario de gobernación, Manuel Bartlett Díaz.

Ante los ojos del régimen priista de la década de los ochenta, Héctor Aguilar Camín representaba un riesgo a la seguridad nacional, no solo por su agitación como fundador de un grupo de periodistas democráticos, sino por sus posturas manifiestas en contra de Televisa y la necesidad de fundar un medio de comunicación (La Jornada) que equilibrara la opinión pública.

Expediente desclasificado

Recientemente el Gobierno federal ha desclasificado una serie de archivos históricos, integrados por la Dirección Federal de Seguridad (DFS), la temible policía política de la época de la Guerra Sucia, en donde se encuentra un expediente que devela cómo desde la década de los ochenta Héctor Aguilar Camín ya era espiado por el sistema.

De acuerdo con las pesquisas que los agentes de la DFS le hicieron en su momento, en el expediente desclasificado, ubicado en el Archivo General de la Nación (AGN), se retrata a un Héctor Aguilar Camín muy distinto al que el presidente Andrés Manuel López Obrador expone de manera frecuente en sus conferencias mañaneras.

En el expediente se habla de un Héctor Aguilar Camín que profundiza en el pensamiento social del periodismo, que reprocha la dependencia del periodismo de entonces a los intereses del poder económico y político, y que urge a cambiar el modelo de sometimiento al que se expone el ejercicio vertical de la información.

El Héctor Aguilar Camín de la década de los ochenta, que expone la DFS en sus informes de espionaje interno, se encuentra más cercano al presidente López Obrador que a los grupos reaccionarios de derecha, a los que hoy es asociado a fuerza del cotidiano discurso presidencial.

Asociado con guerrilleros

Llama la atención en el expediente desclasificado por el Gobierno federal que el escritor Héctor Aguilar Camín fue asociado a diversos grupos guerrilleros. Se le refieren antecedentes por lo menos de amistad con actores considerados por el aparato de inteligencia del Estado mexicano como desestabilizadores sociales.

En una tarjeta informativa de la Dirección Federal de Seguridad se establece que “Héctor Manuel de Jesús Aguilar Camín, tiene su domicilio en la Avenida México No. 15, Colonia Hipódromo, del D.F. (Distrito Federal)”, y se le atribuye ―a manera de antecedentes― el hecho de haber visitado a dos guerrilleros en reclusión.

Según el parte oficial de la época, Héctor Aguilar Camín, “el 27 de octubre de 1968 visitó en el Penal de Lecumberri a Pablo Alvarado Barrera, quien fuera dirigente del Comando Armado del Pueblo”… en ese mismo parte se establece que Aguilar Camín también visitó, en la misma cárcel de Lecumberri, los días 5, 14 y 21 de octubre de 1975, “a Salvador Ulloa Borneman (Sic), miembro de la Liga Comunista Espartaco”.

Pablo Alvarado Barrera sería a la postre uno de los fundadores de la Liga Comunista 23 de Septiembre, la organización criminal que el 17 de septiembre de 1973 intentaría secuestrar y terminaría asesinando al empresario Eugenio Garza Sada, en un evento en el que fueron actores centrales los guerrilleros Miguel Ángel Torres Enríquez, Hilario Juárez García, Elías Orozco Salazar y Anselmo Herrera Chávez.

El nombre de Héctor Aguilar Camín quedó muchas veces registrado en la bitácora de visitas a presos acusados de ser guerrilleros, recluidos dentro de las cárceles de la Ciudad de México, tanto en la Cárcel preventiva de la Ciudad de México, como en la Cárcel de Mujeres y en la Cárcel de Lecumberri, en donde Aguilar Camín se identificó con su cartilla del Servicio Militar Nacional (SMN).

Aguilar Camín, el comunista

Héctor Aguilar Camín no siempre fue el personaje de ultraderecha que públicamente expone el presidente López Obrador. Hubo un tiempo en que Aguilar Camín fue comunista, fue orador central ―y sus palabras resonaban con autoridad― entre los círculos de intelectuales de izquierda. Fue expositor de ideas en los frecuentes encuentros culturales del Partido Comunista Mexicano, al lado de Rolando Cordera Campos y David Márquez Ayala.

En el seno del Partido Comunista, Héctor Aguilar Camín compartió foro con intelectuales de la talla de Enrique Semo Calev y Jose Joaquín Blanco. Con estos debatió un análisis que quedó para la historia: “La Cultura y la Política, el laberinto de la indefinición”, una mesa redonda que se llevó a acabo ante más de 300 estudiantes reunidos en el teatro “El Galeón”, en ocasión de un aniversario del Partido Comunista Mexicano.

En ese encuentro, de acuerdo con el registro que inmortalizó el agente de la DFS que espiaba a Aguilar Camín, se estableció que “el contenido de esta mesa redonda versó sobre las implicaciones de la izquierda en el país, en relación con la cultura, la política y la forma en que ésta influye en el desarrollo de nuestra nación”.

Además, agregó el agente de la DFS a manera de resumen del pensamiento de los ponentes, entre ellos Aguilar Camín, “se hizo hincapié en la ayuda que los intelectuales de todo tipo presta a los partidos políticos de izquierda, y los mismos también militan en el partido en el poder, porque son intelectuales que venden sus conocimientos al mejor postor”, refiere el expediente.

El pensamiento del joven Héctor Aguilar Camín, que desde entonces escudriñaba el Estado mexicano, no solo era de avanzada, también era solidario con la causa social. A Aguilar Camín se le tenía como un férreo defensor de la libertad. El registro de la DFS señala que Héctor Aguilar participó como discursante en el cierre de la segunda Semana de Comunicación Popular de la Escuela Normal Superior de México, evento que también fue para apoyar una huelga de hambre de personal docente de esa institución.

En dicho encuentro Aguilar Camín estuvo al lado de personajes como Elena Poniatowska, Carmen Magdalena Garrido y Carlos Monsiváis, quienes ―de acuerdo al reporte de la DFS― llegaron a la conclusión, tras debatir sobre el destino de “la radio comunicación popular”, de que en materia de comunicación no hay democracia porque siempre, encartada por diversos intereses, las leyes son (de comunicación) controladas por un gobierno capitalista, donde desde luego la burguesía sienta sus reales”.

Lo que Aguilar Camín pensaba sobre la regulación de la comunicación por parte del Estado, no tiene desperdicio, según se lee en el expediente desclasificado: “hay que buscar la unidad de los sectores políticos-intelectuales, ya que con la fuerza de los trabajadores en general, se podrá avanzar para buscar alternativas y lograr una comunicación popular democrática”.

Aun cuando hoy a la distancia de tantos años pareciera que el pensamiento comunista de Aguilar Camín es un despropósito, en aquel momento no lo parecía. Solo era el producto de la actividad cultural y social del joven escritor ―que aún no sabía que sería escritor de ficción― que estaría llamado a ser uno de los comunicadores más odiados por el régimen de la Cuarta Trasformación.

El pensamiento comunista de Aguilar Camín se presume que pudo haberse fermentado por su cercanía con el régimen cubano de Fidel Castro. En el expediente desclasificado se revela que la DFS ubicó a Héctor Aguilar Camín realizando diversos viajes a la Isla de Cuba, con propósitos que solo él supo. En uno de los viajes documentados por la DFS que hizo Aguilar Camín a Cuba, estuvo acompañado de Ángeles Mastretta Guzmán y Carlos Monsiváis, entre otros

El Periodista

Por increíble que parezca, según se explica en el expediente que la policía política secreta de Mexico le integró a Héctor Aguilar Camín, en algún punto del multiverso este personaje fue un apasionado del periodismo independiente.

Durante una ronda de conversaciones que se llevaron a cabo en la UAM unidad Azcapotzalco, Aguilar Camín y Miguel Reyes Razo coincidieron en señalar que el periodismo está sometido a presiones del poder. Se concluyó diciendo que “no se puede hablar del periodismo como un cuarto poder, debido a que no es independiente, ya que existen intereses empresariales e industriales”.

Por dicho pensamiento es que Aguilar Camín asume un rol más activo dentro del periodismo y decide, junto con otros periodistas fundar el periódico “Punto”, según aparece el expediente desclasificado. Como socios de este medio, cuyo administrador fue Benjamin Wong Castañeda, también aparecen Héctor Aguilar Camín, Ángeles Mastretta, Francisco Martínez de la Vega, Manuel Buendía Téllez Girón, Miguel Ángel Granados Chapa, Leonardo Ramírez Pomar, Elena Poniatowska Amor, León García Soler, Fernando Benítez Gutiérrez, José Carreño Carlón, Iván Restrepo, Iván Zavala Echeverría, Renwar García y Carlos Monsiváis

Según la investigación de la época, se refiere en el expediente desclasificado, el periódico “Punto” nació cuando un grupo de periodistas salieron del periódico Uno Más Uno, que era dirigido por Manuel Becerra Acosta. Los periodistas que salieron de Uno Más Uno para fundar “Punto”, eran Carlos Payán, Héctor Aguilar Camín, Miguel Ángel Granados Chapa, Carmen Lira y Humberto Musacchio.

La salida de estos periodistas de Uno Más Uno para que naciera el periódico “Punto”, “no obedece a un simple conflicto de carácter personal o administrativo”, dijo el agente de la DFS que investigó el caso: “tiene que ver con un cambio radical en el proyecto”.  “Este periódico es subsidiado por Federico Reyes Heroles”.

En el expediente se explica cómo Aguilar Camín escaló sus diferencias políticas a encono personal con el entonces secretario de Gobernación, Manuel Bartlett Díaz, al que ―dice un informe de la DFS― no le recibe llamadas y cuando le contesta el teléfono lo hace en forma burlona.

En este texto desclasificado también se dan a conocer pormenores de otros periodistas que hoy son vacas sagradas del periodismo, en donde se evidencia la inclinación política e ideológica, la cual para difundir se han valido del periodismo.

Tal es el caso de Carmen Lira Saade, actual directora de La Jornada, de la que se refiere por parte de la DFS, que “es militante activa del PCM-PSUM (Partido Comunista, Partido Socialista Unificado de México) desde hace más de 15 años. De tendencia Maoísta. Recibió adoctrinamiento político sindical en Corea del Norte (Pyongyang) y Pekín, enviada por el Partido Comunista Mexicano. En Pekín vivió un año y aprendió a hablar el mandarín. Habla igualmente inglés y ruso. Ingresa a Uno Más Uno por recomendación de Carlos Payán”.

Por lo que hace a Héctor Manuel de Jesús Aguilar Camín, el informe de la DFS refiere que éste no tiene militancia partidista conocida. Es “historiador. Investigador del Colegio de México. Ingresa al diario Uno Más Uno por recomendación de Carlos Payán. Se inicia como articulista y cronista de Uno Más Uno, a cuyo amparo hace relaciones sobre todo en la campaña electoral de Miguel de la Madrid. Estas relaciones le sirven para fundar su propio negocio.

Se encontraba separado de Uno Más Uno desde un año antes de su renuncia oficial, por diferencias con el director Manuel Becerra Acosta, pero ese año siguió puntualmente cobrando 25 mil pesos mensuales por una ‘asesoría’ inexistente. Discrepa de la línea radical representada por Carmen Lira. Le resultan más atractivos los negocios. Acaba de comprar casa en San Jerónimo, después de rentar durante varios años un departamento en la colonia Condesa. Vive con la periodista Ángeles Mastretta, quien a su vez fue durante varios años amante de Miguel Ángel Granados Chapa”, dice el informe de la DFS.