La ASF, comprometida con el pasado neoliberal, por eso no hay resultados
Solo por tratar de establecer la conducta ilegal de Colmenares hay que referir la permisión otorgada a la empresa OHL, a la que se le han encontrado un desvío de recursos superior a los mil 329 millones de pesos, en obras ejecutadas durante la administración del presidente Enrique Peña Nieto, pero por cuya causa no se ha podido presentar ante la autoridad judicial a un solo responsable
Un lastre que carga la Cuarta Transformación, para poder cumplirle a la gente en materia de revisión y rendición de cuentas económicas, es el titular de la Auditoria Superior de la Federación (ASF) David Rogelio Colmenares Paramo; este funcionario -heredado de la administración del presidente Enrique Pela Nieto- parece que está en contra de la transparencia ofertada por el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Desde que LXIII Legislatura de la Cámara de Diputados –el 15 de marzo del 2018, aun en el gobierno de Peña Nieto- designó a David Rogelio Colmenares Páramo como titular de la Auditoria Superior de la Federación, la constante que se observa es que este funcionario parece estar ayudando a ocultar los fraudes y desvíos económicos de gobernadores, presidentes municipales y funcionario federales identificados con el neoliberalismo.
Por deficiencia o compromiso con funcionarios que están comprometidos con el pasado régimen neoliberal, David Rogelio Colmenares Paramo se ha convertido en tapadera y ha sido comparsa en la simulación del combate a la corrupción, según lo denunció públicamente la diputada de Morena, secretaria de la Comisión de Vigilancia de la Auditoría Superior de la Federación en la Cámara de Diputados Inés Parra Juárez.
Esta diputada ha referido que el actual auditor superior de la federación mantiene altos compromisos con el pasado, luego que no ha querido, como si fuera una cosa de decisión unipersonal, presentar denuncias ante la Fiscalía General de la República (FGR) por desvío de recursos cometidos en el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto.
Se cuentan por decenas las obras que han sido auditadas por la ASF y cuyos funcionarios –de la pasada administración- no han sido siquiera molestados con una investigación más a fondo. Entre las obras en donde David Colmenares no ha querido trastocar el pasado, destaca la fallida construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM), así como algunas obras del aeropuerto Internacional de Toluca.
Se nota que los compromisos que mantiene el auditor superior de la federación también son con algunas de las constructoras del pasado, entre las que destacan Grupo Higa, OHL, Odebrecht, ICA y Geo, empresas a las que no les ha requerido ante la autoridad judicial, pese a que algunos de sus trabajos son deficientes o se registran desvíos de recursos económicos, principalmente por sobrecostos.
Solo por tratar de establecer la conducta ilegal de Colmenares hay que referir la permisión otorgada a la empresa OHL, a la que se le han encontrado un desvío de recursos superior a los mil 329 millones de pesos, en obras ejecutadas durante la administración del presidente Enrique Peña Nieto, pero por cuya causa no se ha podido presentar ante la autoridad judicial a un solo responsable.
Las obras de OHL que la Auditoria Superior de la federación de David Rogelio Colmenares Páramo ha encontrado con irregularidades y cuyos ejecutores no han sido sancionadas en forma debida, porque simplemente a la ASF no se le ha ocurrido presentar las correspondientes denuncias penales, son el Circuito Exterior Mexiquense, la Autopista Atizapán-Atlacomulco, el Viaducto Bicentenario, la Supervía Poetas (Ciudad de México), la Autopista Urbana Norte, la Autopista Amozoc-Perote y el Libramiento Perote, el Libramiento Elevado de Puebla y Ampliación en el Aeropuerto Internacional de Toluca.
A estas obras con irregularidades se deben sumar, dentro de los pecados que trata de ocultar David Colmenares, la obras que fueron concesionadas a la firma Higa de Juan Armando Hinojosa, las que registran irregularidades por más de 2 mil 832 millones de pesos, y cuyos responsables no han sido llamados a cuentas.
Las obras con irregularidades de Armando Hinojosa, que hasta el día de hoy no registran ningún tipo de sanción, ni administrativa y mucho menos judicial por la parte de la ASF, son la construcción del Acueducto Monterrey VI (Nuevo León), el Museo Internacional del Barroco (Puebla), la Remodelación del Hangar Presidencial (Ciudad de México), la Carretera Zamora-La Piedad (Michoacán) y la Carretera Guadalajara-Colima (Jalisco).
Las razones por las que el auditor superior de la federación no ha querido ir en contra de los que ejecutaron obras y defraudaron a la confianza de la población y del gobierno federal, haciendo cobros indebido por obras que no justifican la inversión, no es una cosa menor. El propio Audito David Colmenares ha dicho que así se trata porque no se busca la confrontación ni el choque contra funcionarios y empresas encargadas de hacer las obras.
Pero en términos prácticos, la pasividad de Colmenares ya no encaja con los requerimientos de la Cuarta Transformación, en donde cada vez más se exigen cuentas con el pasado corrupto. Ya no es suficiente pensar en la no confrontación para que todo continué sin ningún tipo de cambio. Ahora, la exigencia es mayúscula: la gente reclama sanciones a todos los que saquearon las arcas de la nación.
Por eso son cada vez más voces que reclaman, desde el Congreso de la Unión, la salida de David Rogelio Colmenares, pues al presentar el primer avance de la cuenta pública del 2022, ha establecido que existe un monto cercano a los 61 millones 547 mil 400 pesos por aclarar, eso solo de obras que fueron ejecutadas por gobierno estatales y municipales cuyo funcionarios son de origen del PAN, PRI y PRD.
Solo hay que recordar que el actual Auditor Superior de la Federación, tiene su origen en la administración del presidente Carlos Salinas de Gortari, quien lo asumió en como Director de Administración y Finanzas de Liconsa y Diconsa, luego que de David Rogelio Colmenares Páramo estuviera trabajando como Secretario de Finanzas con el gobernador de Oaxaca José Murat Casab.
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