Iván Archivaldo, se les hizo ‘Ojo de Hormiga’
La detención de Iván Archibaldo fue confirmada en tiempo y forma por fuentes al interior del Cártel de Sinaloa, pero esa versión la echó abajo la propia Secretaría de la Defensa Nacional (SDENA), diciendo que no se había detenido al jefe del cártel de los hijos del Chapo. Luego todo se volvió silencio
No iban por el Señor Iván. Iban por Los Ninis, pero se les pelaron. Por eso terminaron deteniendo a Iván Archivaldo, aunque luego llegó la orden desde alguna parte del gobierno, y otra vez el señor Iván se les hizo ojo de hormiga.
Ese es el testimonio que priva dentro del Cártel de Los Chapitos, con relación los hechos del pasado 31 de agosto, cuando se corrió como reguero de pólvora la noticia de que Iván Archivaldo Guzmán Salazar, del Jefe de Los Chapitos, había sido detenido.
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La detención de Iván Archibaldo fue confirmada en tiempo y forma por fuentes al interior del Cártel de Sinaloa, pero esa versión la echó abajo la propia Secretaría de la Defensa Nacional (SDENA), diciendo que no se había detenido al jefe del cártel de los hijos del Chapo. Luego todo se volvió silencio.
Sí fue El Culiacanazo 2.0
Al interior del Cártel de Los Chapitos no hay la menor duda de que lo vivido la tarde del recién pasado 31 de agosto, fue la segunda versión del Culiacanazo, recordando la tarde del 17 de octubre del 2019, cuando sicarios al servicio de Los Chapitos incendiaron la ciudad de Culiacán, hasta doblar al gobierno de López Obrador, para liberar a Ovidio Guzmán Salazar.
Lo que pasó la tarde del 31 de agosto, está claro en la mente de los que integran el Cártel de Los Chapitos, por segunda ocasión ese cártel de impuso al gobierno de López Obrador, y se logró la liberación de Iván Archivaldo, al que se habría detenido en un error táctico de las fuerzas federales.
Iván Archivaldo Guzmán Salazar fue detenido en la localidad de Paredones, inmediata al poblado de Jesús María, pero solo duró menos de 40 minutos bajo la jurisdicción del gobierno federal. Fue puesto en libertad por una instrucción, que a bien todavía no se sabe de dónde salió, si desde la SEDENA o desde la Presidente de la república.
Lo que sí se sabe, por parte de fuentes internas al Cártel de Sinaloa, es que Iván Archivaldo fue detenido cuando intentó un diálogo con los soldados de la Sedena, que incursionaron a la vez en cinco casas conjuntas. Los soldados detuvieron a Iván Archivaldo, pero no llevaban orden de aprehensión en su contra.
Se sabe que los mandos del operativo, un Mayor y un Teniente Coronel, gestionaron por más de 40 minutos una orden de captura contra Iván Archivaldo que estaba detenido y esposado. Pero esa orden -para formalizar la detención- nunca llegó. Más llegó una instrucción: “dejen libre al menor”, dice que refunfuñó el soldado a cargo de la operación.
Un operativo anunciado
De acurdo a diversos testimonios desde adentro del Cártel de Sinaloa, desde dos días antes –es decir desde el 29 de agosto- ya se sabía que el gobierno federal estaba preparando un operativo, en busca de la captura “de alguien de la estructura directiva del Cártel de Los Chapitos”.
Desde que el operativo fue filtrado desde el gobierno federal a Los Chapitos, ya se sabía que un grupo de la Sedena, con soldados de élite y con respaldo de la Guardia Nacional, iba a lanzar un operativo de captura. No se sabía contra quien iba el gobierno, pero quien filtró la información sí estaba seguro de que ni Iván Archivaldo ni tampoco Jesús Alfredo eran los objetivos.
Por eso Iván Archivaldo no se desplazó de Jesús María y continuó haciendo su vida cotidiana, siguió en sus labores de producción y distribución de fentanilo. También por eso su hermano Jesús Alfredo siguió con sus negocios en Durango. No era él, ni su hermano a los que irían los soldados a buscar.
La persona que les filtró el operativo, desde dos días antes, supuso en su filtración que posiblemente el operativo tendría como objetivo la captura de Néstor Isidro Pérez Salas, El 19, o José Humberto Figueroa Benítez, El 27. Ambos a cargo del grupo de Los Ninis.
Los Ninis es una fracción de Los Chapitos. Su principal labor, aparte de actuar en ocasione como grupo armado, es dotar de seguridad a las familias y a las personas del círculo de confianza de Iván Archivaldo y Jesús Alfredo. Los Ninis también se encargar de tareas especiales, como el soborno a mandos policiales.
El Dia de D
Tras saber del operativo oficial que se bullía sobre el Cártel, Tanto Jesús Alfredo como Iván Archivaldo no le dieron mayor importancia. Según versiones dentro del Cartel de Sinaloa, se sabe que en el grupo conocido como la Chapiza, todo siguió con normalidad. Como si los mandos de esa organización se supieran inmunes a las acciones oficiales de seguridad.
Eran las 6.30 de la mañana cuando un comando del ejército circuló por las calles de Culiacán. Por lo menos 130 efectivos de elite entre de la SEDENA y de la Guardia Nacional, desfilaron por las principales calles de Culiacán. Los soldados trataron de ser discretos, pero en Sinaloa no se cae una hoja de un árbol sin que no lo sepa el Cartel.
Antes de que el operativo se desplegara por la localidad de Jesús María, el señor Iván Archivaldo –dijo una fuente- fue informado de que un comando se dirigía a su casa, en donde él estaba comenzado sus actividades del día. Iván Archivaldo no hizo el intento de salir de la zona.
Cuentan que lo más que hizo Iván Archivaldo fue retirar de su casa unas armas y unos kilogramos de cocaína. Les pidió a unos de sus escoltas que movieran “las cosas” a otro lugar, para que eso no fuera el pretexto de nada. La pistola .9 milímetros que era de Joaquín Guzmán, su padre, esa se la fajó bien al cinto.
Al filo de las 7 de la mañana los soldados se comenzaron a distribuir estratégicamente por la zona de Jesús Maria, en los accesos carreteros, caminos principales y posibles rutas de escape. Así permanecieron por espacio de tres horas. Los primeros indicios de un operativo se dieron hasta las 9 de la mañana.
Entre las 9.00 y las 9.30 algunos grupos de soldados comenzaron a moverse dentro de la localidad de Jesús María. Buscaban a alguien, pero no fueron directamente a las casas de Los Chapitos, de Jesús Alfredo e Iván Archivaldo, que están aledañas y que no hay un solo ciudadano de esa localidad que no sepa cuales son.
Iván Archivaldo supo en tiempo real la movilización de los efectivos de las fuerzas federales. Se mantuvo en contacto telefónico son su hermano Jesús Alfredo, solo para asegurarse que todo estuviera bajo control. Jesús Alfredo le dijo que él se encontraba en Durango, en tareas propias del cártel.
Después de dos cateos en domicilios ubicados a solo decenas de metros de su casa, cuando ya pasaba de las 11.30, Iván Archivaldo fue informado de que el operativo de seguridad estaba encaminado a la detención de las cabezas que lideran el grupo de Los Ninis.
Con la solidez que le da la capacidad de negociación y entendimiento con el actual régimen de gobierno, Iván Archibaldo Guzmán Salazar tomó la decisión de tratar de esquivar el cerco militar y dirigirse a la comunidad de Paredones, para apoyar a los mandos de Los Ninis en una fuga. Ya estaban alertados vía telefónica.
Fue durante el desplazamiento de su casa en Jesús María para dirigirse a Paredones cuando Iván Archivaldo fue detenido, junto con dos de sus escoltas. Los tres detenidos fueron llevados a Culiacán para ser trasladados a la ciudad de México.
Jesús Alfredo prendió a Culiacán
La detención de Iván Archivaldo fue informada casi en el acto a su hermano Jesús Alfredo Guzmán Salazar, quien –al filo de las 12.20- ordenó a las cabezas de Los Ninis que iniciaran una manifestación violenta para exigirle al gobierno la liberación del que es considerado el jefe del Cártel de Los Chapitos.
Lo demás ya se conoce. Fueron narcobloqueos los que paralizaron a la ciudad. Todo Culiacán fue incendiado. La orden de Jesús Alfredo fue precisa: ir con todo el arsenal contra cualquiera que portara el uniforme de las fuerzas federales de seguridad. La policía estatal de Sinaloa ordenó toque de queda y retiró a todos sus elementos de la calle.
Entre las quemas de autos, ráfagas de armas de fuego al aire y enfrentamientos de sicarios de Los Chapitos confrontando a las fuerzas federales, comenzaron a caer uno a uno los 10 sicarios asesinados, así como los tres soldados muertos en acción.
Antes que el saldo de sangre fuera mayor alguien en el gobierno federal comenzó a barajar posibilidades. Lo primero que resaltó fue la falta de orden de aprehensión en contra del detenido. Después se antepuso la vida de soldados que podrían quedar envueltos en la refriega, y se quiso evitar –antes que sucediera- la toma de rehenes de familiares de militares.
Por eso, otra vez, desde alguna parte del poder, alguien con poder de decisión, ordenó que se liberara al detenido. Que se dejara sin efecto el operativo y que se silenciara la noticia en la prensa. Se hizo silencio en torno al hecho de la liberación de Iván Archivaldo.
En la sede militar de Culiacán, a Iván Archivaldo -sin explicación de por medio-, simplemente se le retiraron la ataduras que le sujetaban las manos, le devolvieron sus botas, sus dos teléfonos celulares, unas gafas y hasta su pistola. Solo le dijeron que se podía retirar.
No lo dejaron que caminara. Cuidaron las formas y las cámaras. A Iván Archivaldo lo subieron a una camioneta de la SEDENA, con vidrios polarizados y lo llevaron al sitio en donde horas antes lo habían detenido. Apenas estuvo de regreso a la libertad, el mismo Iván Archivaldo comenzó a hablar por teléfono a sus mandos para cesar las acciones de guerra. Después, Iván Archivaldo se les hizo ojo de hormiga.
En la prensa nacional solo unos cuantos medios independientes se atrevieron a decir de la captura y la liberación del jefe de Los Chapitos. La mayoría de los medios fueron obedientes a la instrucción oficial, publicaron el boletín de la SEDENA -que negaba la detención-, y así cumplieron con su trabajo de desinformar a la población.