Bartlett puede esclarecer el asesinato del Agente de la DEA ‘Kiki’ Camarena, atribuido a Caro Quintero

Enrique “Kiki” Camarena Salazar, fue secuestrado el 9 de febrero de 1985 por agentes de la Dirección Federal de Seguridad -que operaban con pleno consentimiento del secretario de gobernación al servicio del cartel de Guadalajara-, y fue asesinado 48 horas después, luego de estar sometido a tortura por más de 36 horas continuas, en un interrogatorio que encabezó el agente de la Central de Inteligencia Americana (CIA), el cubano Félix Ismael Rodríguez de nacionalidad norteamericana

Una nueva desavenencia se vislumbra en las relaciones diplomáticas entre México y Estados Unidos: Manuel Bartlett Díaz, el actual director de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) podría ser detenido por el gobierno de Estados Unidos para ser interrogado sobre el asesinato del agente de la Administración de Control de Drogas (DEA), Enrique “Kiki” Camarena Salazar, ocurrido el 10 de febrero de 1985.

De acuerdo a informes de la DEA, en 1985, cuando Manuel Bartlett Díaz era secretario de Gobernación –entre el 1 de diciembre de 1982 y el 30 de noviembre de 1988- en el gobierno del presidente Miguel de la Madrid, tuvo conocimiento del secuestro de Kiki Camarena y supo de la orden de ejecución que pesaba sobre el agente, sin embargo, al menos por omisión, no hizo nada para evitar el homicidio.

Enrique “Kiki” Camarena Salazar, fue secuestrado el 9 de febrero de 1985 por agentes de la Dirección Federal de Seguridad -que operaban con pleno consentimiento del secretario de gobernación al servicio del cartel de Guadalajara-, y fue asesinado 48 horas después, luego de estar sometido a tortura por más de 36 horas continuas, en un interrogatorio que encabezó el agente de la Central de Inteligencia Americana (CIA), el cubano Félix Ismael Rodríguez de nacionalidad norteamericana.

Por ese asesinato, en el que también fue ejecutado el mexicano y piloto aviador Alfredo Zavala, fueron detenidos y procesados los jefes del cartel de Guadalajara, Rafael Caro Quintero, Ernesto Fonseca Carrillo y Miguel Ángel Félix Gallardo. Nunca se investigó a los mandos de la Secretaría de Gobernación –entre ellos Manuel Bartlett- que protegían al cartel y que permitieron la operación impune del agente de la CIA Félix Ismael Rodríguez.

Rafael Caro Quintero nunca fue sentenciado por el homicidio del agente Kiki Camarena. Tras 28 años de prisión quedó en libertad –en agosto del 2013- al ganar un amparo que reveló fallas en el proceso penal. Hoy el gobierno de Estados Unidos ofrece una recompensa de 20 millones de dólares a quien aporte información para la detención de Caro Quintero que es requerido en la Unión Americana para ser procesado por el asesinato en cuestión.

Ernesto Fonseca carrillo fue sentenciado a 40 años de prisión, luego que se le consideró responsable del asesinato tanto de Kiki Camarena como del piloto Alfredo Zavala. Desde el 2016 Ernesto Fonseca cumple lo que falta de su condena en prisión domiciliaria, en su casa del Estado de México, a donde fue enviado luego de establecer que su precaria condición de salud no le permitía permanecer dentro de una prisión.

Por su parte, Miguel Ángel Félix Gallardo fue liberado en marzo del 2017, luego de permanecer en prisión, dentro de la cárcel de mediana seguridad de Puente Grande en el estado de Jalisco. Su liberación fue ordenada a cambio de la reparación del daño para los familiares de los dos agentes de la DEA ejecutados. Se le ordenó pagar la suma de 20 millones de pesos a cada una de las familias afectadas.

Un caso que revive

Pese a que parecía que con el encarcelamiento y procesamiento penal de los tres jefes del cartel de Guadalajara ya quedarían saldadas las muertes de Kiki Camarena y Alfredo Zavala, el caso ha revivido en Estados Unidos, luego que la DEA ha recabado nueva información que apunta a que los homicidios de los dos agentes de norteamericanos fueron permitidos por el gobierno mexicano.

De acuerdo a versiones de funcionarios de la DEA, existe evidencia sólida que apunta a que el entonces secretario de Gobernación, Manuel Bartlett Díaz al menos conoció, antes del asesinato, no solo del secuestro de Kiki Camarena y Alfredo Zavala, sino que siempre estuvo enterado de que los dos secuestrados serían asesinados, porque así lo había decidido el agente de la CIA, Félix Ismael Rodríguez.

Pese a que Manuel Bartlett -en su calidad de responsable de la política interna de México- siempre supo del riesgo de muerte de los dos agentes norteamericanos, nunca hizo nada para evitar el desenlace de los sucesos, por lo que hoy el gobierno norteamericano le finca la responsabilidad de omisión y conspiración para la comisión del delito de homicidio de los dos agentes extranjeros.

Por esa razón hoy el gobierno de Estados Unidos reclama la presencia de Manuel Bartlett, para que testifique ante un Gran Jurado sobre su participación en los hechos dolosos ocurridos hace más de 36 años, lo que podría ser motivo para ser procesado penalmente en una corte de Estados Unidos, y de ser encontrado responsable podría ser sentenciado a cadena de prisión perpetua.

La defensa estéril

Frente a esta posibilidad el propio presidente Andrés Manuel López Obrador ha salido a la defensa de Manuel Bartlett, calificando de “ataques” los señalamientos que se han hecho públicos en diversos medios contra el actual director de la CFE. Estos ataques –ha referido el presidente de México- son solo versiones de algunos periodistas que tienen como intención desacreditar a la administración de la Cuarta Transformación.

“Es público y notorio de que se trata de campañas de descrédito de la revista Proceso y de la mayoría de los medios, porque el licenciado Bartlett ahora es encargado de la industria eléctrica y está enfrentando a grupos de intereses creados, y cada que pueden, se le lanzan y si no es por eso, es por el 88 (cuando se cayó el sistema de elecciones). Son los dos temas y lo que se tiene que tener son pruebas”, ha referido el presidente de México.

Pero frente a esta defensa, que ha causado escozor en las esferas de gobierno de Estados Unidos, resaltan los hechos: De acuerdo a la versión de Rafael Caro Quintero, la que vertió tantas veces en la cárcel federal de Puente Grande, en el tiempo en el que fue compañero de pasillo del que esto escribe, el asesinato de Kiki Camarena y de Alfredo Zavala, no fue ejecutado por el Cartel de Guadalajara.

El asesinato lo ordenó la CIA

De acuerdo a Rafael Caro Quintero, el homicidio del agente de la DEA y de su compañero piloto, fue ordenado por la CIA y fue ejecutado por su agente en México Félix Ismael Rodríguez, al parecer porque Kiki Camarena había conocido, al infiltrarse dentro del Cartel de Sinaloa, que en el negocio del tráfico ilícito de drogas estaban involucrados miembros del gobierno de Estados Unidos que operaban con grandes ganancias a través de la CIA.

Para Rafael Caro Quintero es falsa la versión de que Kiki Camarena y su compañero fueran asesinados en venganza por haber descubierto el sembradío más grande de mariguana del que se tenga registro en la historia de México: el rancho El Búfalo, en las inmediaciones de Camargo y Jiménez, Chihuahua, donde el Cartel de Guadalajara sembraba con mariguana una superficie de 544 hectáreas, con el apoyo de 10 mil campesinos.

Ese fue solo el pretexto que se dijo oficialmente, según la versión de Caro Quintero. En realidad el doble asesinato fue porque Kiki Camarena dejó al descubierto las redes de operaciones del tráfico de drogas en México por parte de la CIA. Por eso la saña con la que fue ejecutado el agente de la DEA por parte del agente de la CIA que estaba protegido por el secretario de Gobernación Manuel Bartlett Díaz.

Kiki Camarena fue secuestrado el 8 de febrero por elementos de la Dirección Federal de Seguridad, una dependencia que operaba bajo las órdenes directas del secretario de Gobernación. Y fue Félix Ismael Rodríguez, el agente de la CIA, quien estuvo al frente del interrogatorio y tortura a los que fue sometido el agente de la DEA y su compañero Alfredo Zavala.

Durante las más de 36 horas que Kiki Camarena fue sometido a tortura, siempre estuvo presente Félix Ismael Rodríguez, quien intervino directamente en los actos de sometimiento: le rompieron huesos, los dientes, lo quemaron, lo violaron analmente con un palo. Al caer el coma, Kiki Camarena fue asesinado de un golpe en la cabeza usando para ello una barra de acero.

El proceso de la tortura de Kiki Camarena quedó registrado en una cinta de audio, que es la prueba reina que hoy tiene la DEA para reclamar la presencia de Manuel Bartlett Díaz a fin de que explique porque su nombre ha sido mencionado en diversas ocasiones por algunos de los testigos que intervienen en el caso.