Narcos y Autodefensas reclutan a niños
Por doloroso que parezca esta no es la primera vez que se observa la participación de menores de edad en un conflicto armado local. Ya desde el 2015, dentro del movimiento de autodefensa de Michoacán, se habían reportado, por parte de la prensa, una serie de eventos de guerra en donde participaban niños de entre 10 a 14 años
En los entramos de la guerra que se libra en Sinaloa, la inexorable realidad de nuestro México ha vuelto a brotar: cientos de niños son parte del conflicto armado, por medio del cual dos carteles de las drogas, Los Chapitos y Los Mayos, se disputan la propiedad de la franquicia delincuencial del Cártel de Sinaloa.
La participación de niños en el conflicto armado de Sinaloa, fue recientemente señalada por el gobierno federal. La Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) reconoció la participación de niños sicarios, al referir una patrulla de militares había sido atacada por un grupo armado en donde participaron al menos seis menores de edad.
En el ataque a la patrulla de la Sedena, tras la respuesta de los soldados, por lo menos tres niños, entre los 12 y los 15 años de edad fueron abatidos. Otros tres menores, entre ellos una niña de 11 años de edad, fueron remitidos ante el agente del Ministerio Público del fuero federal para que decidera sobre el futuro de los pequeños.
Por doloroso que parezca esta no es la primera vez que se observa la participación de menores de edad en un conflicto armado local. Ya desde el 2015, dentro del movimiento de autodefensa de Michoacán, se habían reportado, por parte de la prensa, una serie de eventos de guerra en donde participaban niños de entre 10 a 14 años.
La presencia de niños en conflictos armados –como parte de la Guerra contra el Narco que continua- no solo se ha documentado en Michoacán, y ahora en Sinaloa. También existen antecedentes gráficos bien documentados de la participación de niños en las disputas del narco en estados como Tamaulipas, Zacatecas, Veracruz, Chiapas, Guerrero, Sonora y Baja California.
Oficialmente no existe una estadística, ni siquiera una cifra aproximada que estime la cantidad de menores de edad que están involucrados como generadores de violencia o que se han armado en respuesta a la ola de violencia que brota en sus localidades, una violencia que el gobierno federal no ha sido capaz de detener.
Los Niños del Narco
Hasta ahora solo había cobrado impacto mediático la participación de niños en los grupos de autodefensa, pero la cantidad menores que están integrados a los grupos de autodefensa en diversos estados del país, es por mucho menor a la cantidad de niños que recluta el narco.
En un sondeo propio, realizado para Grupo Sol Corporativo, con base en consultas a fuentes directas dentro de los diversos carteles de las drogas, se pudo establecer que la mayoría de las agrupaciones criminales que operan en México, no tienen ningún empacho en reclutar mano de obra infantil para ser utilizada en la guerra.
En el Cártel de Caborca de casi más 4 mil efectivos que participan dentro de sus actividades criminales, por lo menos cuentan con la participación de entre 100 a 140 menores de edad; en el Cartel de Los Chapitos, el reclutamiento de menores también es evidente, de casi 3 mil activos que registran en sus filas por lo menos 200 de ellos son menores de edad.
En el interior de las filas del Cártel Jalisco Nueva Generación, se estima que de casi 11 mil efectivos con los que cuenta la agrupación en todo el territorio nacional, al menos un millar de ellos son menores de 17 años. En el Cártel de Tijuana se reconoce que de poco menos de mil 500 efectivos que engrosan sus filas, por lo menos unos entre 70 a 80 son menores.
En Michoacán, más violencia infantil
Los carteles michoacanos son los que más emplean manos infantiles para sus actos criminales. Sal interior del Cártel de Los Viagra se estima que de unos mil 700 activos, por lo menos 200 son menores de 17 años. Dentro del Cártel de la Familia Michoacana se estima que hay por lo menos 150 menores, como parte de la fuerza delicitiva que se estima en más de mil 600 personas.
El Cártel de los Caballeros Templarios actualmente cuenta con por lo menos 300 menores, de un total de 2 mil efectivos que despliega en diverso estados del centro del país. Por lo que hace al Cártel de la Nueva Familia Michoacana, se estima que tienen reclutados a por lo menos 250 menores, que forman parte de su fuerza activa de más de mil efectivos.
El Cártel de Los Zetas se estima que opera con por lo menos 100 niños, que forman parte de los más de 4 mil activos con los que cuenta. Por lo que hace al Cartel del Golfo, aunque en menor medida, pero también cuenta con menos de 50 niños menores de 17 años, que forman parte de los más de 5 mil efectivos.
Por su parte, dentro del Cártel del Noreste, se estima que se han reclutado al menos de 30 menores, que forman parte de su fuerza de operaciones estimada en más de 5 mil hombre. Y finalmente en el Cártel de Juárez se estima una participación de por lo menos 100 niños en las actividades delicitiva que hace el grupo de más de 2 mil efectivos.
14 de cada cien, son sicarios
Aun cuando este cálculo de niños dentro de las filas del narco solo es a partir de 12 de los 75 cárteles de las drogas que existen en México, se puede establecer –al obtener la media- que en promedio cada cartel utiliza niños en razón de un 6.9 por ciento del total de sus activos.
Se debe señalar también que aun cuando todos los niños que participan dentro de una estructura criminal son reconocidos sin distingos como delincuentes, solo un porcentaje menor, estimado en un 7 a 9 por ciento, es el que realiza labores de sicariato o participa directamente en eventos de sangre o secuestro.
Con base en lo anterior se debe establecer, solo en lo que hace a los 12 cárteles referidos líneas arriba, que de todos los niños que han sido reclutados por el narco, se estima 14 de cada cien actúan dentro del narco como niños sicarios, el resto realiza labores de apoyo. Son punteros, vigilantes, “halcones”, hacen mandados, llevan recados, estar a cargo del teléfono o distribuyen drogas.
Los Niños Autodefensa… también
Si contabilizar a los niños del narco resulta difícil, lo es más con los niños que están reclutados por los grupos de civiles que se reconocen como autodefensas. Estas agrupaciones, por lo general asociadas con gobiernos locales, sean estatales y/o municipales, evitan mencionar la participación de menores, para no dejar de recibir recursos de sus financiadores desde el Estado mexicano.
Aún así, por fuentes extraoficiales de los gobiernos estatales se puede establecer un parámetro para cuantificar a los niños autodefensas. En Michoacán, por ejemplo, se habla de que de los 15 grupos asociados a la administración estatal, en solo cinco de ellos se cuenta con la participación de 40 niños en total.
En Tamaulipas, el grupo de autodefensas de esa localidad cuenta con el apoyo de por lo menos 10 menores de edad. En el estado de Guerrero, en donde solo 6 de los 12 grupos de autodefensas reconocidos cuentan en sus filas con niños menores de 17 años, se estima que son en total 60 los chicos que patrullan sus localidades.
En Veracruz se cuentan con dos grupos de autodefensas, y allí están incluidos como activos, listos para la guerra contra los narcos, por lo menos 20 muchachos menores de 17 años de edad. Sonora, se cuenta con cuatro grupos de autodefensas, y en donde participan por lo menos unos 10 niños. Mientras que en Oaxaca, con cinco grupos de autodefensas se tiene a 30 niños entre sus filas.
El Estado, omiso
Aun cuando el problema de los niños que se incrustan dentro de la guerra, sea del bando de los grupos del narco o de las autodefensas, el gobierno mexicano no contempla hasta el día de hoy un solo programa, como parte de una acción de gobernanza, que esté encaminada a solucionar este problema.
De hecho para el gobierno mexicano, este problema -el de los niños en la guerra- no existe. En ninguno de los programas oficiales de la Secretaría de Gobernación se refiere al reconocimiento no solo de la inspiración de los niños por los grupos bélicos, mucho menos a la forma en que el narco o los grupos de civiles armados reclutan a los menores de edad.
Los más cercano al reconocimiento del problema, que no intervención para su solución, es un pronunciamiento que la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) hizo apenas el pasado 12 de febrero del 2023, cuando en un documento manifestó su “preocupación ante el reclutamiento de personas menores de edad en grupos armados del crimen organizado, lo que significa un grave flagelo que atenta contra sus derechos”.
Eso fue todo lo que dijo la dependencia encargada de garantizar el respeto a los derechos humanos de las personas. Fuera de ese posicionamiento, ninguna instancia oficia, ni la omisa CNDH ha vuelto a tocar el tema, como si la problemática con el solo hecho de ignorarla pudiera desaparecer.