Justicia Gráfica//La manguerita de Armando Martínez

Altamira, paraíso de tráfico ilícito
Cinco mil hectáreas están ardiendo en Tamaulipas, en Altamira, de hecho, los incendios rebasaron las posibilidades del alcalde Armando Martínez, quien cuenta solamente con su paupérrima manguerita jardinera para sofocar un incendio que ya llegó a la ciudad.
De hecho, ayer por la tarde cerraron parcialmente la carretera Mante-Tampico a la altura de su municipio, Altamira, por los vehículos apagafuegos que acudieron de ambas ciudades para apoyar al negligente munícipe.
Y es que Armando Martínez abusó de su poder de decisión, eliminando de su presupuesto la compra de camiones de bomberos, eso sí, les dio pintura para la fachada del cuartel y se tomó la foto de la “renovación” pagada por su administración.
¡Puro blof! Y ahora la ciudadanía paga las consecuencias. Si alguien muere, que lo demanden. Y claro que se puede, es un derecho de cada ciudadano exigir eficiencia de sus servidores públicos.
Al parecer, Armando Martínez en el rubro de protección civil solo compró varios coches pequeños tipo Aveo ¿Para y por qué? Ahí seguramente se esconde la corruptela justificando un recurso presupuestal, cubriendo la forma pero no el fondo para robar a sus anchas, porque Altamira es un pueblo pequeño pero literalmente una mina de oro para sus alcaldes, y Armando Martínez no es la excepción.
Es conocido que para el cumpleaños de su papá, Armando Martínez trajo a Julión Álvarez, el cantante que cobra 15 millones de pesos por concierto. Tal vez le hizo un descuentito si su amiga la Senadora Huachicolera lo contactó.
Y créame que ni falta le hace ese descuento, Armando Martínez ha sabido captar y capitalizar el potencial de las costas municipales, cobrando sumas millonarias a las empresas que crean desarrollos exclusivos inmobiliarios.
Si usted simple mortal, como su servidora, camina en la playa Altamirence por la orilla del mar, de pronto encontrará que no puede transitar libremente su andar porque esos señores avalados por el femenino alcalde evitarán su libre tránsito. Pero no porque Armando Martínez sea una Dama literal, -en el trato- significa que el chico carezca de un lado salvaje, ¡Oh, no!
Definitivamente lo tiene y lo explota en el trato que sostiene con los señores del crimen organizado que trafican de todo en esa zona del Golfo de México: personas, huachicol, cocaína, fentanilo, de todo y para todo tipo de mercado negro, cruza desde Altamira hasta Estados Unidos y viceversa en el caso de hidrocarburo ilegal, en base a la armonía entre estos terroristas y la primera autoridad municipal. ¿Qué debemos suponer? Desde luego que un claro contubernio.

DE CARNAVAL
Me dicen que Armando Martínez, el alcalde de Altamira, tiene un aire tan divertido que se le vio hace algunos ayeres en el colorido Carnaval de Veracruz… disfrazado. Sigo viendo la foto en busca de similitudes: volumen óseo, rasgos oculares, tamaño de nariz, consistencia de labios, estatura, etcétera, y no tiene la menor importancia, love Is love.
Pero lo que sí es criminal es la negligencia de Armando Martínez para responder a la ciudadanía perseguida por las llamas con cero unidades de bomberos en su segundo periodo de gobierno, recordemos que es reelegido.
Ahora a soplar mi estimado Alcalde Armando Martínez, al fin dicen que usted para ese jale se pinta solito y de colores.
No cabe duda que los puertos en el sur de Tamaulipas son paraísos para el tráfico de Huachicol fiscal, como el buque tanque con bandera de Liberia y capacidad de 300 mil barriles que atracan periódicamente en los puertos de Tampico y Altamira procedentes de la refinería de Houston cargados de huachicol pero con registros de “aditivos para aceites lubricantes”.

Las pipas hacen una interminable fila para cargar con una simple manguera el huachicol.
Hay días que atracan hasta 5 buques tanques y realizan esta operación, el mismo día regresan a Estados Unidos, es escandaloso.

Por eso le llaman “Huachicol Fiscal” a esta red delictiva y corrupta que implementó Sergio Carmona y qué sigue operando a través de gobiernos municipales como el de Armando Martínez de Altamira, Tamaulipas, corrupto y negligente.
Nos leemos la próxima vez.