Justicia Gráfica // Olga Sosa hace el ridículo en Reynosa… y en Altamira, incautan un buque tanque de huachicol vinculado a los López Beltrán

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La senadora Olga Sosa intenta usar el dolor de las víctimas para promocionarse regalando una escoba y un trapeador, en tanto que  el alcalde de Altamira hace lo que mejor sabe: se hace tarugo.

 Ni modo que usted tenga un buque tanque, lo llene con 10 millones de litros de huachicol, zarpe en Texas y se detenga en Altamira, sin que la primera autoridad conozca de que va el contrabando.

 Armando Martínez alcalde de Altamira debe explicar -y con lujo de detalles-, hasta dónde tiene participación en el tráfico que se realiza en los muelles de su municipio.

Armando Martínez el alcalde no puede alegar inocencia, desconocimiento, o estupidez. El munícipe hasta casita les hace a los enormes buques que descargan su producto en la clandestinidad, por algo será.

No cabe duda que aquella foto donde Armando Martínez se ve muy sonriente en la casa del Rey del Huachicol, no es mera casualidad, le quedó el gusto por delinquir, por permitir el tráfico de combustible que genera ingresos extraordinarios, de una solvencia tal que permite el financiamiento electoral de todo un estado.

Se debe investigar a este gris personaje y se debe hacer de forma inmediata.

Cuando un político usa el dolor ajeno para promocionarse, es un anti cristiano, un don nadie, un cínico, y justamente eso hizo la Senadora Olga Patricia Sosa Ruiz en Reynosa: aprovechar la desgracia de los más vulnerables damnificados por las pasadas lluvias, al llevarles una escoba, un trapeador y cloro.

Perdón, pero ella es ¡SENADORA de la República! Podría trabajar para dar resultados permanentes, legislar para regresar el FONDEM, fondo para resolver desastres naturales, legislar para buscar sanciones en contra de la primera autoridad de los lugares devastados a causa de su negligencia, solicitar mínimo una auditoría severa contra Carlos Peña Ortiz, para que nos explique peso a peso como fue que destinó 130 millones a una red pluvial que solo existe en su imaginación, en donde usó cada centavo de ese plan de gobierno que falló.

 Olga Sosa puede hacer mucho más que repartir abrazos sudados y hediondos. Los abrazos no mejoran a una población cada vez más sumida en la ignorancia, en la violencia extrema. Reynosa tiene tanto miedo del crimen organizado que ya no denuncian ni las desapariciones de personas, y nos damos cuenta por el número de fosas clandestinas que a diario los colectivos de búsqueda siguen encontrando con víctimas de diferentes temporalidades… todas abarcan los gobiernos de Maki Ortiz Domínguez y Carlos Peña Ortiz.

Este par de cínicos nunca han dado la cara como primera autoridad del municipio de más alto índice de exhumaciones clandestinas encontradas, o también dirán que ellos no tienen la culpa de las violaciones, pedofilia, trata humana, privación ilegal de la libertad, extorsión, asesinato, mutilación, ocultación y abandono de cadáveres.

Todo está documentado con imágenes, y en algunos casos hasta con reconocimiento genético. El exterminio humano en Reynosa es el pan de cada día, y es un punto añadido que permite que estos dos oscuros personajes sigan enriqueciéndose a costa de las pobres víctimas mortales.

¿No se conmueve Maki, Makito y Makita al ver una extremidad superior semi seca, mutilada y enterrado con la cuerda que sujetaba a la víctima en vida? ¿No se dice Maki “feminista”? ¿Sabe Maki Ortiz o la señorita Makita, el número de víctimas femeninas mutiladas y ocultas?

No lo saben, porque los y las desaparecidos en Reynosa no les importan. Es eso, indolencia, deshumanización porque le aseguro mi estimado lector que ellos saben perfectamente sobre lo que estoy narrando.

La ingobernabilidad en la que Carlos Peña tiene hundida la ciudad, ayuda a que las actividades del crimen organizado sean incuestionables e imparables.

Carlos Peña Ortiz es un poco culpable, un porcentaje asesino de todas esas víctimas del narco terrorismo que él permite.

El tema de la mañanera de ayer

Un buque bastión de Huachicol incautado la semana pasada en  las aguas de Altamira y zona conurbada fue el tema de la mañanera de ayer, en el programa cómico, mágico y casi musical de Claudia Sheinbaum Pardo, donde cantaron los 10 millones de litros de huachicol fiscal, 192 contenedores, un buque, 29 tractocamiones, armas y coches asegurados en un impresionante operativo.

Lo que no dijeron y que me parece a mí es lo mejor de este tema, es que el dueño del buque es un contrabandista de Matamoros, con disfraz de hombre formal, que documenta empresarial y absolutamente todos sus movimientos, sin embargo, en realidad es una fachada de los hijos de Andrés Manuel López Obrador, a través de su socio de Matamoros, Tamaulipas, un personaje de apellido Brown, quienes me dice mi fuente, son los dueños de este “hallazgo”.

Dado el retraso con el que se dio la noticia oficial más el “detallito” que liga al dueño del buque con los juniors de la corrupción, es decir, con los López Beltrán, esto pudo obedecer a los tiempos que tardaron en negociar que el procedimiento judicial se llevará a cabo en orden, paz y calma.

También pudiera significar que Claudia Sheinbaum Pardo ya decidió ir muy derechita en unión con los gringos, aunque eso signifique la inminente separación con el clan.

Espacio para contarle un chiste: la que se rasgó sus vestiduras huachicoleras fue nada más y nada menos que la operadora -por decir lo menos- del Rey del Huachicol, Sergio Carmona Angulo, la Senadora Olga Patricia Sosa Ruiz, quien posteo en sus redes la tremenda alegría que su corazón chairo siente ante semejantes acciones que ponen freno al tráfico ilegal de hidrocarburos, esa cochina y corrupta sustancia llamada huachicol, gracias a la cuál, sus campañas fueron pagadas.

No hay palabras para medir el cinismo de Sosa Ruiz, o tal vez lo dijo porque creyó que el cargamento era de Perla McDonald, viuda de Carmona.

Omar García Harfuch creó la llamada Unidad Nacional de Operaciones Grupo Uno con 54 comandos capacitados por militares, CIA, FBI y  Gobierno Israelí.

Este grupo élite de García Harfuch suena igual a los grupos creados por Genaro García Luna “Los 12 apóstoles” y “Los 7 jinetes del apocalipsis”. Así se hacían llamar y fueron creados para eliminar, neutralizar o asesinar a quien ellos consideren una amenaza.

Violencia más violencia, violencia al cuadrado pero en este México asesino, plagado de fosas, de secuestrados, de crímenes terroristas, le digo de una vez que si Omar García Harfuch logra posicionar resultados visibles en el combate a los narco terroristas, de inmediato se convertirá en el candidato natural de la sucesión de una Claudia Sheinbaum Pardo separada de los López Obrador y Beltrán.

    Nos leemos la próxima vez.

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