
Así fue como Los Beltrán y el Cártel de Sinaloa reclutaron a Genaro García Luna
El Barbas se acomodó frente a Zambada. Transcurrieron unos minutos antes de que comenzara el diálogo. En la antesala de cualquier negociación de importancia, era costumbre de Arturo Beltrán, casi una especie de mantra o superstición, primero beber unos tragos en silencio. El Barbas paladeó el whisky con hielo, que miró abstraído en el fondo del vaso que sostenía entre las manos. Con la mirada —contó el Grande—, el Barbas ordenó a sus hombres que lo dejaran solo